El nuevo Guggenheim dará mucho miedo

El nuevo Guggenheim estará en Helsinki y, a juzgar por el proyecto arquitectónico que ha ganado el concurso de la Fundación Solomon R. Guggenheim, va a tener un impacto sobre la ciudad que no se le ocurrió a Iñaki Esteban cuando escribió su famoso ensayo El efecto Guggenheim. Del espacio basura al ornamento (Anagrama, 2007). Potencialmente, el mismo que experimenta un joven mago cuando llega a las puertas de la prisión de Azkaban. O en un típico día de invierno - niebla cerrada, aguas convertidas en negros bloques de hielo fragmentados y densas capas de nieve sobrevolando la fachada- la de un viajero al encontrarse con el ojo de Sauron en llamas.

El diseño es impactante, se llama Art in the City y es de Moreau Kusunoki Architectes, la firma de Nicolas Moreau y Hiroko Kusunoki, que han diseñado un complejo de pabellones conectados con plazas dentro y fuera del recinto. También tiene un observatorio al que se accede por un puente y un paseo marítimo en la bahía.

Moreau y Kusunoki han declarado que querían crear algo distinto a los monolíticos museos que han dominado el paisaje escandinavo, ofreciendo en su lugar un “campus fragmentado, no-jerárquico y horizontal, donde arte y sociedad puedan encontrarse”. Esto probablemente tiene que ver con las plazas, un entorno muy al día con los acontecimientos internacionales. Los aspectos más inquietantes del diseño son homenajes a la naturaleza del entorno de la capital finlandesa.

Los arquitectos han explicado que la torre quiere “reflejar los fuertes elementos verticales de la ciudad” y que la fachada de madera quemada refleja “la gran tradición de construcción en madera” y “el proceso de regeneración que tiene lugar cuando los bosques se queman y vuelven a renacer con más fuerza” (sic).

No todo el mundo lo ve claro, podría no ocurrir. “El eslogan de nuestra ciudad es 'Hija del Báltico' o 'La Ciudad Blanca del Norte' - comentaba el arquitecto local Eric Adlercreutz, quien le aseguró al Times que no había presentado ninguno de los 1.715 proyectos que competían por el contrato- y este ganador ha elegido la madera ennegrecida como su material principal. Espero que lo que construyan en la bahía del sur no perturbe los edificios icónicos de la iglesia luterana y la iglesia rusa”. En la última encuesta de la ciudad, en 2011, la mayor parte de los habitantes rechazaban el proyecto por que venía a competir con el Helsinki City Art Museum. Aunque el jurado de 11 jueces de la fundación ha elegido su favorito, pero la ciudad de Helsinki todavía tiene que aprobar un presupuesto estimado que supera los 130 millones de euros.

Es el mismo protocolo que tuvo lugar en 1994, cuando se firmó el Acuerdo de Gestión entre la Fundación Solomon R. Guggenheim y las autoridades vascas. Aquel pacto, del que el próximo domingo se cumplen 20 años, renovado el año pasado. Y que, por cierto, costó 100 millones de euros y se inauguró a tiempo, en 1997.