Bruce Springsteen mueve millones. Por lo menos, tantos como entradas ha vendido a lo largo de su carrera. El pasado mes de febrero se anunció que The Boss daría tres únicos conciertos en España y se desató la locura. Habrá que esperar hasta mayo para verle subido en los escenarios de Barcelona (día 14), San Sebastián (día 17) y Madrid (21 del mismo mes), por este orden. Los tickets para el último concierto se pusieron a la venta el día 8 por Ticketmaster y Bruce Springsteen agotó las 55.000 localidades en tres horas. Lo que pasó durante esas horas hizo que ardiera Twitter.
Casi se quema la red de microblogging por dos motivos. El primero, el cabreo de los usuarios al comprobar que Ticketmaster estaba colapsada, haciendo imposible la compra de entradas. El segundo, la ira contenida al ver que, mientras una página web era prácticamente inoperativa, otra página -Seatwave, “una empresa de Ticketmaster”- vendía las entradas sin problemas a un precio mucho más alto. Bruce Springsteen fue trending topic en Twitter durante todo el día. Pero no por el concierto, sino por la frustración de todos esos que intentaban comprar un ticket sin éxito.
Los representantes de Ticketmaster con los que eldiario.es ha contactado, Doctor Music, aseguran que Seatwave “no es un punto de venta oficial y no vende en ningún caso entradas como punto de venta autorizado”. También advierten: “alertamos continuamente de la no fiabilidad de este tipo de webs de reventa”. Pero Seatwave es una página web de compraventa de entradas propiedad de Ticketmaster, que la presenta como “El marketplace oficial”. Tanto la compra como la venta de entradas solo está permitida a sus miembros registrados, que han de ser particulares pero aunque esos particulares no estén vinculados, Seatwave se lleva hasta un 12% de comisión por cada transacción que realiza.
La imagen de arriba muestra una transacción en Seatwave. Un usuario vende una entrada para un concierto de Black Sabbath por 145 euros. La página web se queda con un 12% de la transacción. La persona que vende recibe 127,46 y la que compra lo hace por 145 euros. Ese 12% va íntegro para la subsidiaria de Ticketmaster, esto es, Seatwave.
“Ticketmaster es un desastre y es reincidente”
Jesús fue uno de los usuarios que no pudo hacerse con su entrada para The Boss y cuenta a eldiario.es: “Yo me metí a las 10 de la mañana en la web y ya me ponía en cola virtual. Primero, Ticketmaster te decía que esperases dos minutos y luego subía a tres. Pasado un rato, la web te informaba de que era imposible, que actualizases la página. Actualizabas y pasaba lo mismo. Así estuve hasta las 12. A partir de ahí, a veces me metía en cola virtual de 30 minutos y otras veces directamente te volvía a pedir que actualizases la web otra vez. Y así toda la mañana”.
Las entradas que ofrecía Ticketmaster oscilaban entre los 70 y los 115 euros, y se agotaron en tres horas. Las entradas que ofrece la página web Seatwave van desde los 155 a los 1.500 euros. “La vergüenza es la reventa en Seatwave: Ticketmaster se queda con cientos de entradas y la misma mañana te las vende desde allí a precios abusivos”, dice Almudena. Ella es una de las 55.000 que consiguieron comprar su entrada en la mañana del lunes. “Tuve suerte y no me dio problemas. Entré a las 10:00, me pusieron en cola poco más de un minuto y pude comprarlas. Pero eso sí, para imprimirlas no hubo manera”.
“Me gustaría incidir en lo pésimo del servicio. Lo mío fue pura potra”, dice Almudena. También piensa en los que como ella y como Jesús, entraron por la mañana pero no pasaron de la primera pantalla: “Hubo gente que entró a las 10 y no pudo comprarlas. Las comisiones son abusivas para la basura de servicio que dan”, concluye. Y ella fue de las afortunadas que obtuvo dos entradas. Otros, como Jesús, no consiguieron su objetivo; pero sus sensaciones van por la misma línea que las de Almudena: “Ticketmaster es un desastre y es reincidente”, dice. Por su parte, desde Doctor Music aseguran a eldiario.es que “en ningún caso se trata de una web colapsada o caída, sino de una cola virtual extensa en número de usuarios y por tanto extensa en tiempo, que dosifica el acceso de los usuarios a la compra de entradas”.
La reventa en páginas como milanuncios ya alcanza los 1.500 euros. En otras webs los precios rondan los 200 y los 250 euros, aunque conforme se acerque la fecha del concierto las entradas irán aumentando su valor. A esto hay que sumarle el hecho de que el sistema asignaba las entradas automáticamente. No había posibilidad ni de elegir localidad, ni número de asiento, ni sector. Esta última cualidad dependía del precio. “Solo pude elegir el tipo de entrada”, dice Almudena. A partir de ahí el sistema asignaba automáticamente la localización. Doctor Music dice que este hecho “no debería ocurrir” ya que “el sistema de Ticketmaster asigna entradas consecutivas cuando son más de una. En caso que no las hubiera, el sistema avisa antes al usuario”.
No es la primera vez que Ticketmaster tiene problemas en sus servidores. Cuando en abril de 2014 los Rolling Stones anunciaron que vendrían a nuestro país, la página también se sobrecargó. De hecho, España fue el país que más tiempo tardó en vender las entradas, ya que la plataforma de venta colapsó. Una pregunta que nos hicimos en su día fue por qué la página web no contrató más servidores para aumentar su respuesta ante la gente. Hoy, ya sabemos que ni hace dos años lo tuvo en cuenta ni ahora lo ha tenido a consideración.