Fernando Delgado “recrea un tiempo irrepetible” en “Mirador de Velintonia”, un libro sobre los valores del exilio con testimonios de quienes lo vivieron, articulados en torno a la figura y la casa de Vicente Aleixandre, aunque, ha recalcado en la presentación, esta “no es” una biografía del poeta.
“Mirador de Velintonia. De un exilio a otros (1970-1982)”, editado por la Fundación José Manuel Lara, retrata a nombres fundamentales como Francisco Ayala, Max Aub, Rosa Chacel, Rafael Alberti o Juan Marichal, todos ellos reunidos en sus páginas en torno a la casa madrileña de Aleixandre, un lugar de “encuentro” intelectual.
“Yo quería hacer un libro sobre el exilio con gente del exilio, y eso está ahí. Ahora me parece que va a ser inevitable que parezca un libro sobre Vicente Aleixandre y me fastidiaría que alguien pensara que yo he intentado hacer la biografía que no se ha hecho porque no lo he intentado ni lo voy a intentar”, ha recalcado el escritor.
Delgado (Santa Cruz de Tenerife, 1947) fue amigo íntimo del ganador del premio nobel de literatura en 1977, alguien que era “muy prudente” con su intimidad -“sobre todo, con su homosexualidad”, apunta el escritor- y, por ello, él “jamás haría una biografía de Vicente Aleixandre.
Aunque Aleixandre (1898-1984) es el hilo conductor del relato y su domicilio en la madrileña calle Velintonia el refugio intelectual para los exiliados en el tardofranquismo, no es el protagonista de “Mirador de Velintonia”, un lugar que para Delgado, cuando se trasladó a vivir a Madrid, se convirtió en una “obsesión” para él.
Construido a partir de recuerdos y notas de esos años, el nuevo libro de Delgado se centra sobre todo en los otros y en particular en los exilios de fuera y de dentro -los habitantes del llamado exilio interior y su círculo de amigos-, que fueron reintegrados a la vida colectivo durante la década de los 60.
Delgado, que tuvo el privilegio de codearse con aquellos intelectuales, traza sus retratos y recuenta sus palabras, en un relato que concluye con la última entrevista que el periodista le hizo a Aleixandre para el diario El País, el año 1982.
“La historia y la memoria histórica es una fuente fundamental de conocimiento”, ha asegurado Delgado, quien también retrata en el libro a figuras como Gil-Albert, Pérez Minik, Cano, Bousoño, Aranguren, Gullón, Nieva o García Baena para reflejar, en sus evocaciones o anhelos de entonces, el nuevo aire de la época.