El Primavera Sound, que este año cumple 15 primaveras, optaba por unos pioneros de la electrónica bailable como cabeza de cartel de la jornada gratuita que se ha celebró ayer en el recinto del Fòrum, a modo de preámbulo del festival que oficialmente empieza hoy. Miles de personas de edades y procedencias diferentes bailando al mismo son y sin complejos, porque, como ha dicho esta mañana el vocalista de OMD, “hoy en día la gente escucha todo tipo de música” y “los géneros ya no marcan una identidad tan claramente como antes”.
Andy McCluskey habla con conocimiento de causa porque lleva más de treinta años sobre los escenarios. Una experiencia que ha utilizado esta noche para dar al público lo que estaba esperando: fiesta. El espectáculo ha arrancado con todo un himno, Enola Gay, que ha marcado el ritmo de un concierto salpicado de éxitos de los ochenta, como Joan of Arc y Souvenir, y alguno de los setenta como Electricity.
Espectadores maduros, que eran unos críos cuando OMD despuntó, han bailado codo a codo con hipsters de barba poblada, treintañeros habituales de los festivales, turistas y jóvenes recién llegados al mundo de la música en vivo. Los de Liverpool han ofrecido un concierto de una hora en el que han alternado los 'hits' que todo el mundo esperaba con temas de su último disco English electric.
“Si no conocéis la canción, bailad!. Es lo que yo hago cuando me olvido la letra”, ha dicho McCluskey, que ha bailado desaforadamente durante buena parte del concierto y ha dado el do de pecho en los redobles de batería de Joan of Arc. Una batería convenientemente franqueada por dos teclados, como corresponde a una banda pionera del techno, que se mantiene fiel a sus raíces, pero sigue en la brecha, convencida de que puede ganarse al público joven.
Y que mejor sitio para ello que el Primavera Sound, uno de los festivales más reputados del Europa, por donde pasarán 150.000 personas durante los tres próximos días y que reunirá 193 conciertos en varios escenarios junto al mar. Todo un reclamo para los aficionados a la música, que OMD ha sabido aprovechar.