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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Contra Franco se cantaba mejor

Esta es una selección de canciones que se cantaron contra Franco y todo lo que el general golpista representaba. La lista podría ser mucho más amplia, pero lo que sí está claro es que todos los intérpretes presentes en la relación fueron militantes antifranquistas y, gracias a ellos, muchos tuvimos conciencia de que también la música podía ser un arma para combatir la dictadura.

Al vent (Raimon)

Al ventAunque nacido en Xátiva (Valencia), Raimon fue apadrinado por Els Setze Jutges, que a la sazón era el grupo paladín de la canción comprometida en catalán en los años sesenta. Compuso la canción en 1959 (tenía 19 años), aunque no fue hasta 1963 cuando apareció en disco. Como ocurría habitualmente en las canciones de la época, las palabras se disfrazaban para eludir la censura: sugerían, evocaban, connotaban, vinculaban. Ya que hablar de libertad directamente estaba prohibido (en los setenta se detectó una cierta permisividad), Raimon acudió al viento para que expresara su búsqueda de libertad.

Era habitual en aquella época que los conciertos de intérpretes como Raimon tuvieran problemas para ser celebrados. Si no eran prohibidos, la presencia policial se hacía tan patente que los asistentes, irremediablemente, acababan enfrentándose a la pasma. Yo fui testigo de ello en Santiago de Compostela, a finales de los sesenta, cuando un concierto de Raimon en el complejo deportivo universitario, en las afueras de la ciudad, se convirtió a su finalización en una batalla campal en el centro histórico.

Gallo rojo, gallo negro (Chicho Sánchez Ferlosio)

Gallo rojo, gallo negroSánchez Ferlosio no fue un cantautor tan notorio como otros compañeros de lucha, pero sus canciones estuvieron presentes en muchos actos reivindicativos contra el franquismo. Hijo de Rafael Sánchez Mazas, uno de los fundadores de la Falange, Chicho, sin embargo, se apartó pronto de las enseñanzas paternas y se enroló en el movimiento antifranquista a través de su música y su poesía.

Fruto de ambas fue Gallo rojo, gallo negro, un verdadero himno compuesto en 1964, pero que circuló clandestinamente hasta 1978, cuando fue incluido en su único LP. Por esta razón, durante mucho tiempo se llegó a creer que esta canción era un tema anónimo procedente de la Guerra Civil española.

A galopar (Paco Ibáñez)

A galoparComo muchos otros, Paco Ibáñez recurrió a los poetas para plasmar a través de ellos su propio compromiso antifranquista. Pareciera que la sabia forma en que los poetas interpretan sus sentimientos y denuncias sorteaban más fácilmente la mirada alerta de los censores.

“A galopar”, un poema de Alberti que el propio Rafael recitaba a los soldados republicanos durante la Guerra Civil, se convirtió en un himno gracias a la música que Paco Ibáñez le puso desde su exilio parisino en los años previos a Mayo del 68. “A galopar hasta enterrarlos en el mar” era un grito contra el fascismo durante la guerra y un lamento contra el franquismo durante la dictadura.

L'estaca (Lluís Llach)

L'estacaOtro himno. Su autor, Lluís Llach, un catalán comprometido con su tierra, pero también con la libertad en su concepción más amplia, fue probablemente el cantautor más represaliado de la época, con prohibiciones continuas, multas e incluso detenciones.

Como anécdota, cabe contar que en 1975, con Franco aún vivo pero ya no coleando, ve interrumpida una serie de recitales que celebraba en Barcelona y es multado con 100.000 pesetas. Una pasta para la época. El entonces gobernador civil de Barcelona y hoy demócrata de toda la vida, Rodolfo Martín Villa, justificó la medida por las infracciones cometidas, ya que el reglamento de espectáculos “prohíbe terminantemente que los artistas se dirijan al público y establezcan diálogo con él”.

L'estaca, como su autor, también sufrió los embates y acometidas de la censura. Aprobada inicialmente en 1968, un año más tarde fue prohibida, pero la canción ya se había convertido en un himno colectivo. Cuentan algunos que en sus recitales Lluís Llach tocaba la canción al piano, sin pronunciar una palabra, y era el público quien, a coro, la cantaba. Los problemas con las autoridades venían al final del concierto.

Poetas andaluces (Aguaviva)

Poetas andalucesOtra muestra de la utilización de los poetas como vehículo de comunicación de los músicos. Era Rafael Alberti quien en 1950 reprochaba que los andaluces no alzaran su voz contra la situación que padecía España en aquella época. Aguaviva, un grupo que nació con una vocación reivindicativa más literaria que musical, la grabó en 1970, cuando Alberti había reconocido que muchos poetas andaluces ya se habían manifestado contra la dictadura.

No obstante, la canción siguió adelante y fue la bandera de un grupo que, si en España tuvo una buena repercusión, aunque sin grandes alardes, en otros países llegó a ser considerado un grupo estrella, especialmente en Italia, donde incluso participó en dos ocasiones en el entonces celebérrimo Festival de San Remo.

A cántaros (Pablo Guerrero)

A cántarosFrente a los cantantes que ponen música e interpretan a los poetas, Pablo Guerrero es un poeta que canta. Probablemente no es un buen cantante, pero es un magnífico poeta al que un día se le hará justicia en esta faceta. Muy influenciado por la canción rural y el folk, con A cántaros, su primer y gran éxito, se introduce en una temática urbana.

No es un tema claramente de denuncia, pero en su época se convirtió en un estandarte de los libertarios, posiblemente mecidos por los versos “Estamos amasados con libertad, muchacha, pero ¿quién nos ata? Ten tu barro dispuesto, elegido tu sitio, preparada tu marcha”.

Vientos del pueblo (Los Lobos)

Vientos del puebloOtra muestra de la puesta en música de poetas comprometidos. Los Lobos (no confundir con el rockero grupo méxico-americano que versionaron La bamba) fue un grupo que parecía folk en las formas, pero que estaba más cerca de la canción de autor, fundamentalmente a través de sus versiones musicadas de poemas de autores como Rafael Alberti, Nicolás Guillén o Celaya.

Pero su gran éxito les vino gracias a la versión de Vientos del pueblo, de Miguel Hernández, que colocó al grupo en la lucha contra la dictadura gracias fundamentalmente a la impronta del poeta alicantino, fallecido en una cárcel franquista a los 31 años de edad.

Can de palleiro (Bibiano)

Can de palleiroBibiano fue uno de los componentes del movimiento Voces Ceibes (Voces libres), surgido con enorme fuerza en Galicia a finales de los sesenta, aunque casi desconocido en el resto de España. Can de palleiro hace alusión a un perro que vive amarrado al palleiro (pajar) que hay (o había) en prácticamente todas las casas del campesinado y que hacía las veces de guardián de la finca (imagen muy común en el medio rural gallego).

Bibiano se dirige al viejo y rabioso perro que siente próxima su muerte y que ve cómo se van cayendo sus podridos dientes. La soflama es clara: “Tu fuerte dentadura se va para abajo. ¡ABAJO LA DENTADURA! Prácticamente desapercibida fuera de Galicia, esta canción causó furor entre las fuerzas antifranquistas gallegas. En sus conciertos, mientras Bibiano decía ”Abaixo a dentadura“, el público, obviamente, cantaba otra cosa.

Para la libertad (Joan Manuel Serrat)

Para la libertadProbablemente, Serrat es el cantautor con más talento y con mayor repercusión de los surgidos en los años sesenta, y sólo Lluís Llach le disputaría este cetro si se juzgara sólo la calidad de sus músicas. Serrat, además, fue uno de los más comprometidos contra el franquismo.

Muchas de sus canciones tenían un alto contenido reivindicativo, pero quizá Para la libertad haya sido la que más ha ocupado el papel de estandarte en esa lucha antifranquista que comentamos. Estaba incluida en el disco que Serrat grabó en 1972 con poemas de Miguel Hernández, en el que repitió la experiencia de 1969 con poemas de Antonio Machado.

Canto a la libertad (José Antonio Labordeta)

Canto a la libertadExcepto en su tierra aragonesa, José Antonio Labordeta no fue un cantante de gran repercusión hasta los últimos años de su vida, cuando alcanzó notoriedad pública, primero como presentador del programa televisivo “Un país en la mochila” y más tarde por sus intervenciones como diputado de Chunta Aragonesista en el Congreso. Pero gran parte de su vida la dedicó a la música y a la poesía, con múltiples actuaciones en público, además de unos 15 discos y 10 libros de poemas.

Su canción con mayor impacto popular la compuso en 1975, en los albores del final del franquismo: Canto a la libertad fue eso, una sinfonía en pro de un mundo en el que los yugos sólo sean pieza de museo. Casi 40 años después de ser creado, el canto a la libertad de Labordeta sigue plenamente vigente con su carácter profético: “Habrá un día en que todos, al levantar la vista, veremos una tierra que ponga libertad”.

La muralla (Quilapayún) /Grândola, vila morena (J. Afonso)

La murallaGrândola, vila morenaPermitidme acabar este análisis con una incursión fuera de España. De un lado, La muralla, con letra de Nicolás Guillén e interpretada por el grupo chileno Quilapayún. De otro, Grândola, vila morena, una canción de José Afonso que sirvió como señal para que los militares portugueses iniciaran la Revolución de los Claveles, el 25 de abril de 1974.

Ambas canciones fueron adoptadas por el movimiento musical antifranquista en los últimos años de la dictadura española cuando, curiosamente, Portugal acababa de ganar la democracia después de muchos años de cruel dictadura, y Chile, por el contrario, perdía su democracia tras el golpe de Estado de Pinochet.