El coronavirus ha desplazado a casi cualquier otra noticia de la actualidad informativa, pero el 2020 no solo será recordado por la pandemia. También fue el año en el que los incendios en Australia calcinaron más de 10 millones de hectáreas y acabaron con la vida de 1.000 millones de animales.
El mayor problema, según los expertos, es que lo ocurrido en Australia no es un hecho aislado: es un presagio de lo que le espera al planeta en el futuro si las temperaturas siguen aumentado a este ritmo. “Estamos viendo lo que serían las condiciones normales en un mundo con unas temperaturas de tres grados centígrados por encima del período preindustrial. Los incendios son una muestra de cómo podría ser el planeta en el futuro y nos ayuda a comprender lo que significa el cambio climático”, advirtió Richard Betts, profesor de geografía de la Universidad de Exeter.
Esa es la razón por la que el Premio del público del concurso Wildlife Photographer of The Year, que dio a conocer sus ganadores el pasado mes de octubre, ha recaído precisamente en una instantánea que incide en las cicatrices que dejan los incendios en los bosques. La toma aérea, captada por el conservacionista Robert Irwin, muestra el rastro de una línea de fuego que cruza la reserva natural Steve Irwin Wildlife Reserve, nombrada así en honor al padre del fotógrafo (un reconocido cuidador de zoológico popular en Australia por sus programas en televisión con cocodrilos). Treinta ecosistemas diferentes, hogares de muchas especies en peligro de extinción, fueron cubiertos por las llamas.
Sin embargo, la de Irwin no es la única captura que ha llamado la atención del público. También ha sido alabada una imagen que crítica la caza de rinocerontes, una pequeña liebre que se resguarda de la nieve haciéndose un ovillo e incluso un encuentro fortuito entre un alce y un perro. Las repasamos.