El presidente de la Fundación Teatro Real, Gregorio Marañón y Bertrán de Lis, ha afirmado hoy en Barcelona que el Teatro de la Zarzuela “no se privatizará ni peligran los derechos de sus trabajadores, ni el futuro del género de la zarzuela; todo lo contrario”.
Marañón y Bertrán de Lis se ha pronunciado en estos términos después de que el pasado mes trascendiera que se estudia la fusión del Teatro Real y el de la Zarzuela.
Tras recibir uno de los premios Ópera Actual 2018, Marañón se ha preguntado: “¿Por qué se repiten en un ejercicio injustificable de posverdad unos mensajes que son obviamente falsos, de que la Zarzuela se privatiza?”
A la espera de lo que ocurra dentro de un mes, el presidente del Teatro Real ha indicado que se está ante “un ambicioso proyecto artístico que solo puede beneficiar a nuestra cultura y a nuestros géneros líricos y a quienes colaboren profesionalmente con lo que pasaría a denominarse Teatro Nacional de la Ópera y la Zarzuela”.
“El acuerdo -ha precisado-, si finalmente procediera, respetaría todos los derechos y condiciones laborales de los 140 trabajadores de la Zarzuela sin limitación ni recorte alguno, y lo que se intentaría es trasladar en términos jurídicos este teatro, desde un organismo autónomo del ministerio de Cultura a una fundación adscrita al ministerio”.
A su juicio, se tratará de “una pequeña, modesta reorganización, que afecta a 140 personas dentro del propio ministerio, pasando lo que hoy está en el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (Inaem) a una fundación pública del ministerio”.
Para decirlo en otros términos, ha continuado, “lo que hoy está en el Inaem teniendo como vecino al Centro Dramático Nacional pasaría a estar en una institución del Ministerio, pero teniendo como vecino a otro teatro lírico, que es el Teatro Real”.
Gregorio Marañón y Bertrán de Lis ha lamentado que cantantes como Teresa Berganza hayan firmado “ingenuamente” un manifiesto en contra de la privatización de la Zarzuela, “un 'leitmotiv' de estas posverdades que se van repitiendo”.
En su alocución, ha insistido, además en que tanto el Teatro Real como el Gran Teatro del Liceu son los dos principales teatros de ópera de España, “por no decir los únicos”, aunque a nivel presupuestario “equivalen a una ópera de provincias de Francia”.
Ante este hecho, “no se trata de crecer por crecer, sino de valorar las inmensas posibilidades artísticas que comporta disponer de dos escenarios y de contribuir desde esta fortaleza a la proyección nacional e internacional del género de la zarzuela”.
Gregorio Marañón se ha mostrado partidario de que los dos principales centros operísticos españoles sigan colaborando y ha bromeado con que, si algún día se hablara de una presidencia común, su candidato “sería Salvador Alemany”, en referencia al actual presidente del patronato del Gran Teatro del Liceu.