Los Premios Princesa de Asturias han recuperado plenamente la normalidad en su ceremonia de entrega celebrada este viernes en el Teatro Campoamor de Oviedo. Las más de 1.300 butacas disponibles se han llenado de nuevo para asistir a la entrega de unos galardones que supone uno de los actos más relevantes del año de la Casa Real.
En total han sido ocho las categorías entregadas un año más, y van 42, en la ciudad asturiana, con un total de 13 galardonados, con la ausencia de dos de ellos por razones médicas, los científicos Yoshua Bengio y Geoffrey Hinton del Premio de Investigación Científica y Técnica.
La escultura de Joan Miró y la dotación de 50.000 euros marcan la entrega del galardón que lleva el nombre de la princesa de Asturias, Leonor de Borbón, que ha estado acompañada de sus padres los reyes Don Felipe y Doña Leticia, su hermana la infanta Leonor y la reina emérita Doña Sofía. La ceremonia ha sido la última del presidente actual de la Fundación Princesa de Asturias, el financiero Matías Rodríguez Inciarte, que da paso en el cargo a la economista Ana Isabel Fernández.
Los premios de esta edición 2022 han recaído en el arqueólogo Eduardo Matos en la categoría de Ciencias Sociales; al escritor Juan Mayorga en Letras; a la cantaora Carmen Linares y la bailaora María Pagés como Premio Princesa de Asturias de las Artes; a los científicos expertos en inteligencia artificial Geoffrey Hinton, Yann LeCun, Yoshua Bengio y Demis Hassabis en Investigación Científica y Técnica; al arquitecto japonés Shigeru Ban el reconocimiento de Concordia le ha llegado por su labor hacia los menos favorecidos y la británica Ellen MacArthur en Cooperación Internacional por impulsar la economía circular. La lista de galardonados la completa la Fundación Olímpica para los Refugiados y el Equipo Olímpico de Refugiados, creados por el Comité Olímpico Internacional (COI) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en la categoría de Deportes.
La guerra de Ucrania y la situación económica y de sostenibilidad del mundo han centrado buena parte de los discursos pronunciados en el escenario del Campoamor, incluyendo el del rey Felipe VI, que no dudó en señalar el horror de la guerra de Ucrania y que “La cultura es víctima de la guerra, pero la guerra jamás va a destruir los valores que representa”. En su discurso final el rey también puso en valor la Unión Europea y la necesidad de unión ante los retos de futuro.
La princesa de Asturias, Leonor de Borbón, señaló en su discurso la importancia de la labor de los galardonados, “los premiados son un ejemplo de lo que el mundo necesita”. Haciendo referencia al esfuerzo y la juventud la heredera del trono incidió en su cuarto discurso en confiar en que “las cosas siempre pueden cambiar para bien”.
Carmen Linares y María Pagés han protagonizado uno de los momentos de la ceremonia al cantar y bailar de forma improvisada por Juan Ramón Jiménez al recoger su Premio Princesa de Asturias de las Artes, como representantes de una larga trayectoria al frente del flamenco. En la ceremonia han tomado la palabra cuatro de los galardonados en representación de todos ellos: el escritor Juan Mayorga, el periodista Adam Michinik, el activista Eduardo Matos y la emprendedora social Ellen MacArthur.
No la guerra de Ucrania
El periodista polaco Adam Michnik, premio de Comunicación y Humanidades, ha puesto a España como un modelo a seguir para su país, “La experiencia española nos enseñó a enfrentarnos a la dictadura y a buscar un camino hacia la democracia a través del diálogo y el consenso”. El galardonado ha ampliado el premio al periódico que fundó en 1989, Gazeta Wyborcza, y referente de la lucha por la democracia en el país.
El periodista ha realizado en Oviedo un contundente discurso contra la guerra en Ucrania, “es una guerra malvada, desatada por hombres malvados”. Michnik ha señalado que “La guerra de Putin contra Ucrania es una guerra contra el mundo democrático, pero Putin no es Rusia”, pidiendo respeto a los ciudadanos rusos contrarios a la guerra. En el Teatro Campoamor su discurso a favor de la democracia y en contra de la invasión rusa alertó contra los fascismos, “que a menudo cambian de camisa”, advirtiendo que “los herederos de las tradiciones totalitarias prometen, en lugar de la democracia, una visión absurda de un mundo étnicamente puro o perfectamente igualitario”.
Citando a Unamuno y referenciando a El Quijote el periodista finalizó señalando que “El Premio Princesa de Asturias es una muestra de que merece la pena mantener la libertad, la decencia y el derecho a equivocarse cuando se busca la verdad”.
El teatro, lugar de respeto
Juan Mayorga, reconocido con el Premio Princesa de Asturias de las Letras, ha agradecido el galardón con un discurso en el que ha explicado su relación con las letras, “íntima y apasionada”, evocando su infancia y a su hija Raquel. El dramaturgo evocó las obras de teatro que vio y oyó en su adolescencia, “como lugares donde me respetaban”. De ahí a escribir a los teatros, “he escrito siempre para las personas de las que espero mucho: los espectadores (...) que están siempre a mi lado desde que pongo la primera palabra en la hoja blanca”.
“Los que escribimos teatro lo hacemos, desde luego, para compartir con otros. Para compartir un tiempo, un espacio, una vocación de examinar la vida y, cuando lo hay, un pan”, señaló. Mayorga no se olvidó de dar las gracias a todas las personas que componen una compañía para dar vida a las letras que ha escrito.
Premios, un canto a la inteligencia
El premio de Ciencias Sociales, el arqueólogo mexicano Eduardo Matos Moctezuma, puso en valor las relaciones de España y su país a lo largo de la historia -“unidos por lazos indisolubles” y reivindicó que los galardones no son solo para quienes los reciben sino que “son también para aquellos maestros que nos formaron”.
Matos ha defendido sobre la historia que “No se puede pretender manipularla ni cometer el despropósito de tergiversarla”, advirtiendo que “Mala consejera es la ignorancia que en muchas ocasiones lleva a la mentira”.
En su discurso, Matos Moctezuma no se ha olvidado de poner en valor la educación, con referencia a Miguel de Unamuno y sus palabras ante la Guerra Civil en 1936, señalando que “Las universidades y las academias son los espacios donde se cultiva el pensamiento y la razón”, agradeciendo a la UNAM proponerle para el galardón que ha recogido hoy en Oviedo.
Un planeta para futuras generaciones
La exregatista y emprendedora social británica Ellen MacArthur, galardonada con el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional, ha recordado en su discurso sus viajes en solitario alrededor del mundo y los aprendizajes conseguidos a solas en el mar. Allí reflexionó sobre la limitación de los recursos, “Nuestro mundo es nuestro barco y tiene recursos finitos, sin embargo, nos comportamos, y manejamos nuestra economía, como si nuestros recursos nunca se agotarán”.
MacArthur cree que el mundo “puede hacerlo mejor” si canaliza sus residuos y regenera los sistemas de la naturaleza, “es una economía que entonces nunca se acaba”. Y advierte que “no es mera teoría” sino necesidad, poniendo a España como ejemplo mundial de una estrategia circular, “Si nuestra ambición se combina con la acción, podemos hacerlo”.
“Se trata de ser la primera generación que permitió que las futuras generaciones pudieran transmitir un planeta más saludable”, ha remarcado, porque “Un planeta que tiene una economía próspera crece en armonía con la naturaleza, y no contra ella”.
Los actos de la Familia Real relacionados con los premios finalizan este sábado con la visita a la localidad de Cadavedo, ubicada en la franja costera de la comarca occidental del Principado, reconocida este año con el premio al Pueblo Ejemplar de Asturias.