Hardcore Hits Cancer: el colectivo que usa música cañera para echarle un pulso a la enfermedad

Todo fue idea de Daniel Sadurní, un aficionado a una de las variantes más duras del punk, el hardcore. Este melómano de Santa Perpetua de Mogoda (Barcelona) está detrás de la asociación Hardcore Hits Cancer ('el hardcore golpea al cáncer', HxC, en sus siglas inglesas). Desde 2015, año en el que se fundó, el objetivo de este colectivo es recaudar fondos para La Casa dels Xuklis, un hogar de acogida para los niños que padecen esta enfermedad y se tienen que trasladar a hospitales especializados de Catalunya.

Sadurní padeció el cáncer a principios de esta década: “A raíz de eso pensé que, si todo iba bien, haría algo para la gente que también estaba en esa mismo situación”. Pero algo estaba claro: la música sería fundamental en el proyecto. “Cuando estaba con la quimioterapia, tenía que pasar hasta 7 u 8 horas encerrado en un tubo”, cuenta este catalán, que tenía un truco para sobrellevar aquello: “Llevaba música cañera, que es lo que apetecía y me animaba. Es un sitio y una situación deprimente, y el hardcore ayudaba para venirme arriba”.

“Era un reconocimiento a lo que había escuchado”, cuenta el fundador que, no obstante, ya estaba familiarizado con el mundo del hardcore. Así, comenzaron organizando conciertos para recaudar fondos y diseñaron merchandising, pero sin grandes ambiciones: “Solo era para difundir el problema, vimos que se podrían mover cosas, hacer algún concierto para recaudar, vimos las camisetas se vendieron bien en algunos conciertos a los que nos invitaban... Y nos animamos a ir un poco más allá”.

En efecto, uno de los puntos más fuertes para darse a conocer es el merchandising, donde han llegado a crear hasta su propio calendario (de hecho, las fotografías que ilustran el artículo, fueron cedidas para ilustrarlo). “La gente realmente quería ayudar y le gusta hacerlo, pero faltaba algo para echar esa mano”, explica Sadurní: “Compran una camiseta y ya están colaborando. Es una forma de ponerlo fácil, y creo que ahí está el éxito”.

Sus camisetas ya las han llevado referentes internacionales del género, como Billy Graziadei, pero también algunas bandas de amplio reconocimiento del panorama estatal, como Berri Txarrak o Hamlet, aunque no coincidan estrictamente con el sonido hardcore. “No iba a pensar que iba a llegar a algo tan grande”, cuenta este barcelonés: “La idea era simplemente llamar la atención sobre el tema, tener una página una Facebook y poco más, ni siquiera constituirnos”. Pero de lo que era una difusión de la causa, pronto se derivaría todo lo demás.

Otro de los aspectos clave para darse a conocer es a acudir a conciertos –lo hacen casi todas las semanas–, aunque también organizan uno propio cada año: el próximo, el 27 de diciembre en la sala Sidecar de Barcelona. “Se mueven muchísimo, van a muchos conciertos a montar en un stand. Además, es algo que, si lo ves en un concierto, te llama la atención”. Quien habla es Edgar Beltri, batería en bandas como Tiki Phantoms, The Lizards –que actuarán en el evento citado– y Mountcane, y colaborador frecuente de HxC. “Cuando coincidimos la primera vez, vi que era gente muy maja y que lo vivía con mucha pasión”, recuerda sobre su incursión en esta asociación, aunque también le animó el factor personal: “Por desgracia, nos toca o nos ha tocado a muchos de cerca”.

Este músico se ofreció a colaborar “de la manera que pudiese”: ha grabado tres canciones para los recopilatorios de HxC –en los que grupos del panorama estatal interpretan versiones de clásicos del hardcore, financiando ellos mismos la grabación–, y también ha echado una mano para masterizarlos. “La mayor parte de la gente de la escena de hardcore ya les conoce, y casi que también la de rock y metal”, recuerda Edgar, que subraya que “se les conoce sin que haya publicidad ni nadie que les patrocine”.

31.000 euros desde 2015

Todo el dinero recaudado destina a La Casa dels Xuklis. “Para determinados tratamientos, muchas familias tienen que desplazarse a determinados centros en Catalunya. Cuando son gente de fuera, también necesitan estancia: eso supone un coste importante, o que en algunos casos se tenga que abandonar el trabajo, así que ellos les ofrecen una vivienda”, comenta el creador de HxC, que subraya que “se hacen cargo de todo lo que necesitan”, también de realizar actividades con los infantes.

Desde 2015, año de su fundación, Hardcore Hits Cancer ha donado ya 31.000 euros a esta casa de acogida, aunque reivindican que su aportación no queda ahí: “Difundimos todo lo que hacen en la casa, llevamos flyers para que la gente conozca el proyecto y sepa a qué se destina”.

Maite Golmayo, portavoz de La Casa dels Xuklis, da fe de ello: “Es una colaboración de las más queridas que tenemos, por lo que implica y por el mensaje tan contundente que lleva”. “El cáncer es una situación difícil que hay que afrontar con todos los medios y soporte necesario”, explica Golmayo, que reconoce que “a través de sus iniciativas, nuestra labor llegar a sitios que quizá no llegaría de otra manera”: “Son muy buen altavoz para concienciar”.

Pero en esta casa de acogida destacan también la “relación de proximidad” con Hardcore Hits Cancer. “Vienen muy a menudo, y nosotros vamos a los eventos que organizan: no es simplemente hacer una donación, aquí hay un día a día”, añade Golmayo que explica que “la solidaridad está muy bien, pero la implicación es mejor: es dar un paso más, estar en contacto, colaborar trabajando en el proyecto”.

La 'filosofía' del hardcore

Aunque buena parte de lo que se llama el 'gran público' tenga una imagen áspera de los hardcoretas, lo cierto es que cuestiones como la solidaridad, el apoyo mutuo o la autogestión han sido las bases de esta música que, también, es un movimiento en sí mismo. “La base del hardcore está en la ayuda mutua”, recuerda el batería de Tiki Phantoms que destaca que “la actitud punk viene de la rebeldía, pero siendo totalmente consciente de las decisiones que se toman”.

Por su parte, Sadurní también apunta que esta corriente “siempre ha sido como una hermandad, donde compartir cosas” y explica que “si no hay ayuda entre grupos, es difícil que se puede mover toda esta escena”. “Ese rollo me gustaba para la asociación, y el hardcore lo representa”, apunta, recordando que “aquí también se pueden hacer cosas bonitas y solidarias, aunque el tema enfermedades no era tan habitual”.

“Cuando piensas en conciertos solidarios, suelen ser algo más comercial”. “Es un género que tiene pinta de duro”, reconoce el barcelonés, que cuenta a modo de anécdota: “Cuando fuimos la primera vez a La Casa dels Xuklis, se rieron”. “Nos sorprendió muy positivamente, parece que la ayuda al cáncer solo se puede hacer con huchas por la calle, pero no”, comentan en la casa de acogida, que añaden: “Que los 'tipos duros' tengan esa conciencia es muy importante y muy necesario”.