Ian Gibson, hispanista: “Es lamentable que Juan Carlos nunca, nunca, condenara el régimen franquista ni aludiera a sus miles de víctimas”
Ian Gibson (Dublín, 1939) llegó a España un verano con 18 años y ya no se marchó. Biógrafo de Lorca, Dalí, Machado y autor de varias obras sobre la Guerra Civil, el reconocido hispanista ha sido también uno de los autores más críticos con el silencio ante el genocidio franquista.
Gibson, que ha escarbado hasta la desesperación en documentos tratando de desenterrar la verdad sobre la muerte de Lorca, reconoce que él no es un experto en la monarquía española actual, pero accede a responder a las preguntas de elDiario.es sobre los últimos acontecimientos que han sacudido la Corona con la marcha del emérito fuera de España en plena investigación sobre sus finanzas.
El experto hace alusión a cómo llegó al trono Juan Carlos I, de la mano de Franco y jurando lealtad al llamado Movimiento Nacional. “Es un hecho”, recuerda. “Yo no sé si, en aquel momento, ya rumiaba con otras personas una estrategia para encaminar a España hacia la democracia. Lo cierto es que nunca, nunca, hasta hoy, cuarenta y cinco años después, condenó el régimen franquista ni aludió a los muchísimos miles de víctimas del Caudillo que están todavía en cunetas”, señala. “En este sentido su comportamiento como Jefe de Estado, así como rey emérito, me pareció lamentable”, añade.
Gibson, que ha denunciado en numerosas ocasiones la impunidad del régimen, la pervivencia de sus símbolos y que no se haya reparado a las víctimas, recuerda que el actual monarca, Felipe VI, “tampoco ha condenado el régimen franquista”. Esto, a su juicio, “es igualmente lamentable”. “¿Estamos o no en una democracia?”, se pregunta.
Cuestionado sobre si presenciamos uno de los peores momentos de la monarquía española, el irlandés, residente desde hace años en el madrileño barrio de Lavapiés, considera que “debido a las torpezas del rey emérito la monarquía está hoy en una situación indudablemente difícil”. Gibson pone como ejemplo del deterioro de su imagen el episodio de la caza de elefantes en Botswana. En el año 2012, en plena crisis económica, Juan Carlos I posaba rifle en mano junto a un elefante muerto. Los españoles se enteraban porque, poco después de ese macabro posado, tuvo que ser operado de urgencia al romperse la cadera. “Para mí lo del elefante fue la demostración de que, pese a sus buenas cualidades, que las tiene, Juan Carlos era al fin y al cabo un borbón hecho y derecho”, afirma. “¡Qué vergüenza, qué insensibilidad!”, clama el escritor en referencia a aquel momento protagonizado por el entonces “nada menos” que presidente de honor del World Wildlife Fund (WWF), organización que acabó expulsándolo inmediatamente.
La huida al extranjero del emérito encadena tres generaciones de Borbones fuera de España. La II República llegó en un momento en el que la credibilidad en la monarquía estaba totalmente rota y, cuando se proclamó, en las calles se coreaban insultos contra el rey Alfonso XIII por su presunta corrupción. El historiador apunta que la trayectoria de este linaje “es más o menos desastrosa”. “¡Había que ver la corte de Isabel II!”, señala. A este respecto recuerda las palabras del hispanista británico John B. Trend, “gran amigo de la España progresista”, y cita un fragmento extraído de su libro The Origins of Modern Spain (1934), “por desgracia sin traducir al castellano”. En él, haciendo alusión a la restauración de 1875 y el comportamiento de Alfonso XII y luego de su hijo, Alfonso XIII, formuló un comentario que para Gibson es “demoledor”: “La característica de los Borbones que más les llama la atención a los observadores españoles es su incurable y criminal falta de seriedad”.
“Tarde o temprano, tras la pandemia, habrá que entablar el debate monarquía o república”
En un momento en el que son patentes las tensiones en el seno del Gobierno de coalición por el debate sobre el futuro de la monarquía, Gibson habla abiertamente de un futuro republicano. “Yo soy republicano y mi deseo es que España sea una república federal”, explica. Así, considera que “tarde o temprano, tras la pandemia, habrá que entablar el debate”. Reconoce que lo de poner en marcha un referéndum, aunque lo ve posible, está difícil en estos momentos, por lo que anima a, entretanto, “ir reformando la Constitución en un sentido federalista y, sobre todo, sustituir el Senado por una Cámara Territorial de verdad”, algo que para él sería “un gran paso adelante”.
El hispanista apuesta por la creación de una República Federal con Portugal y sigue defendiendo que sería la solución al conflicto nacionalista catalán, y no solo eso. “Yo estoy con Pessoa y Saramago, por el lado portugués, y Joan Maragall, entre otros muchos, por el catalán, en que una Iberia federal, por supuesto republicana, podría ser una aventura extraordinaria para la península entera, con todas sus posibilidades lingüísticas, culturales y económicas, que son enormes”. Para Gibson, la proclamación de la III República “sería el primer paso hacia la Iberia soñada”, aunque duda que lo veamos “pronto”.
Volviendo a la figura del emérito, Gibson cree que todavía faltan muchos datos para saber cómo pasará a la historia Juan Carlos I. “Creo que nos falta todavía mucha información sobre él, su relación con su padre, por ejemplo, o su actuación durante la larga noche de la intentona de Tejero”, asegura. Por eso lanza una propuesta al emérito, donde quiera que esté: “¡Sería bueno que se dedicara, en el exilio, a escribir su autobiografía! Además, le daría sin duda unos copiosos ingresos legítimos”, ironiza.
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