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Una iglesia renacentista de Úbeda se salva gracias a la iniciativa privada
La iglesia renacentista de San Lorenzo de Úbeda, en Jaén, abrirá de nuevo sus puertas en Semana Santa, tras 80 años cerrada, y después de ver cómo entre sus ruinas, asentadas, según se cree, en una antigua mezquita, convivían personas sin hogar, vándalos, imágenes sagradas y talleres de pintores.
El abandono de sus muros no era real porque desde hace décadas han sido muchas las iniciativas de los ubetenses para que se recuperara, con concentraciones, pancartas, velas, camisetas, música, o perfiles en facebook, hasta que los tres hermanos Berlanga han conseguido sacarla de la lista roja del patrimonio, a través de la Fundación Huerta de San Antonio.
El 18 de abril de 2013 el Obispado de Jaén, dueño del edificio, y la Fundación acordaban realizar intervenciones urgentes en la iglesia, donde se ha trabajado durante seis meses y en la que se ha invertido un total de 300.000 euros, al cincuenta por ciento.
La Fundación, que debe su nombre a los huertos que trabajaba el abuelo de los hermanos en la ciudad, tiene la cesión para uso y disfrute del edificio durante cincuenta años.
Los fines son culturales, con su arreglo se ha querido “abrir ventanas, desvelar sus misterios y hacer que sea un proyecto diferente”, tal y como asegura Nicolás Berlanga.
En definitiva “darle vida” para otra generación futura, “que sea otro centro de gravedad cultural, de expresión, de juventud, de cultura, de mestizaje, de todo aquello que signifique conocernos mejor y respetar nuestro patrimonio”.
Dejó de ser parroquia en 1842 y fue cerrada al culto tras su saqueo e incendio en 1936, sin embargo, cuenta con un extenso currículum, que la remonta a la época almohade, ya que está construida encima del adarve de la muralla, y se sustenta sobre la barbacana de la puerta de Granada.
Un edificio con mucha historia, cuya iglesia es renacentista del siglo XVI, pero que conserva artesonados y una torre almohade del siglo XIV, que también fue lugar de enterramiento familiar de los Dávalos, y plantada en una ciudad Patrimonio de la Humanidad, en un barrio que emana cultura.
En el barrio de San Lorenzo nacía y correteaba en su niñez el escritor Antonio Muñoz Molina, que la nombra en alguna de sus obras, junto a la Casa de las Torres, primer palacio plateresco de la ciudad y que alberga la Escuela de Artes, ahora también vinculada a este proyecto.
Los tres hermanos Berlanga no solo han conseguido abrir las puertas de un edificio, sino que con su iniciativa ven la luz algunos de sus misterios, ocultos durante siglos como un arco románico o protogótico escondido en un doble muro de la ante sacristía.
O la puerta cegada a los pies de San Lorenzo, que probablemente sea del siglo XV, con las letras góticas de su clave: “alvaro de molyna mayordomo”. “¿Cuándo se cegó y porqué?, ¿quién era Álvaro de Molina? ¡Cuántos secretos por estudiar todavía!” se preguntan en la Fundación.
Ana Sola
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