Singular como siempre en su mezcla de tendencias, de ritmos latinos al bakalao, como se vio en el himno que creó para Podemos, Joe Crepúsculo presenta estos días el octavo álbum de su carrera, una reflexión sobre la pervivencia del disco como formato y, conforme a su experiencia, también sobre la crítica.
“Creo que a (Íñigo) Errejón le gustaba mi himno y a (Pablo) Iglesias no. Quería algo que tuviera que ver conmigo, ya que fue a mí a quien se lo pidieron, pero cuando haces música tienes que saber que no puedes agradar a todo el mundo”, señala en una charla con Efe este compositor al que la también polémica versión merengue que el PP lanzó de su sintonía le pareció “muy fresca”.
En “Disco duro” (El Volcán/Ópalo Negro), que sale a la venta este viernes, la exposición a la crítica está presente desde el primer corte, “Te voy a pinchar”, un tema con múltiples lecturas, en línea con su gusto por el juego.
Este prosigue en los siguientes cortes, merced a un discurso de contrastes “tanto por temáticas como por sonidos”, que reflexiona sobre la vigencia y sentido actual del disco en los tiempos de Youtube y Spotify, “cuando lo que más se escuchan son canciones”.
“Igual sería más inteligente, como hacen los raperos, lanzar mixtapes o 'singles', pero a mí me gusta el disco como formato”, aclara este artista, llamado realmente Joël Iriarte (San Juan Despí, Barcelona, 1981).
De hecho, Crepúsculo concibe cada uno de sus trabajos como una entidad global, desde la parte musical a la gráfica, que en este caso corre a cargo de Setanta. “No hay dos canciones iguales, pero creo que es el álbum en el que todo está remando más en una misma dirección”, opina.
La intención de choque se percibe, por ejemplo, en el paso directo entre el melancólico “Rosas en el mar” (un guiño a Aute compuesto por uno de sus músicos, Aaron Rux) y el trabalenguas de “El dicho” (escrita por Gabriel Pascual Nieto).
“Tengo la sensación de que la gente, o algún crítico, no se siente a gusto cuando mezclas humor y seriedad. Si haces humor tienes que ir vestido de bufón, aunque hay grupos a medio camino que llevan rompiendo esas fronteras desde hace años”, afirma, en alusión al significado de otro de sus sencillos, “Música para adultos”.
La “dualidad de conceptos” y el muy pensado orden establecido en “Disco duro” (título cuya rotundidad contrasta a su vez con el color azul celeste escogido para la edición en vinilo) llega a su apogeo en “Un demonio con piel de cordero”, donde se encuentran “la calidez de la guitarra y lo frío del sintetizador, la voz femenina y la masculina, lo nuevo y lo viejo, el mundo animal y el humano”.
“Está como buscando la esquirla”, analiza su autor, licenciado en Filosofía, para quien constituye “una representación de lo que los griegos consideraban el gnomos (o ley de la ciudad, por el demonio) y la physis (o la ley de la naturaleza, por el cordero)”.
Producido por él después de su experiencia con los mandos en el previo “Nuevos misterios” (2015), la dualidad también está presente en la parte instrumental, pues ha utilizado sintetizadores analógicos y digitales con la pretensión, esta vez, de que no se notara la diferencia.
Joe Crepúsculo, que reside desde hace 3 años en Madrid, volverá mañana a Barcelona para ofrecer un primer concierto de “Disco duro” en el Festival Cara B. Ya en marzo, concretamente el día 25, tocará en EbroFest de Miranda de Ebro (Burgos) y el 4 de mayo ha anunciado otro concierto en la sala OchoyMedio de la capital, a la espera de nuevas confirmaciones.