Oviedo, 30 sep (EFE).- La Fundación Princesa de Asturias ha ensalzado la voz y la pluma “siempre lúcidas, siempre certeras, siempre humanas” del dibujante argentino Joaquín Salvador Lavado, conocido como “Quino” y creador de Mafalda, fallecido este miércoles en Mendoza, su ciudad natal, a los 88 años.
“Quino”, Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2014, fue “uno de los más destacados humoristas gráficos del mundo” y “además y sobre todo, el padre de Mafalda”, ha expuesto la institución con sede en Oviedo en un comunicado.
Con su fallecimiento, ha resaltado, “desaparece con él una forma de mirar al mundo irónica, tierna, original y verdadera, por la que siempre le recordaremos con especial admiración, cariño y gratitud”.
“En estos tiempos de incertidumbre, echaremos de menos su voz y su pluma, siempre lúcidas, siempre certeras, siempre humanas. Cada día, en su memoria, saludaremos con una sonrisa a Mafalda al pasar por el Campo San Francisco de Oviedo”, ha añadido la Fundación Princesa de Asturias en referencia a la estatua que el propio “Quino” inauguró en 2014 en la capital asturiana, la única autorizada por el autor al margen de la existente en Buenos Aires.
El jurado que le concedió el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2014 recordaba que “Quino” alcanzó fama internacional con la creación del universo de Mafalda, una niña “inteligente, irónica, inconformista, contestataria y sensible”, que “percibe la complejidad del mundo desde la sencillez de los ojos infantiles” y “sueña con un mundo más digno, justo y respetuoso con los derechos humanos”.
Cuando se cumplía el 50 aniversario del nacimiento de Mafalda, “los lúcidos mensajes” de Quino, cuyos personajes “trascienden cualquier geografía, edad y condición social”, seguían “vigentes por haber combinado con sabiduría la simplicidad en el trazo del dibujo con la profundidad de su pensamiento”, ensalzaba el acta.
“Quino” aprovechó su visita a Oviedo en octubre de 2014 para recoger el galardón de manos de los reyes de España para inaugurar en el céntrico parque de San Francisco de Oviedo una réplica de ochenta centímetros de la estatua que Mafalda ya tenía en Buenas Aires desde 2009, y que en estos años se ha convertido en un atractivo para pequeños y mayores.
La escultura, recubierta con resina epoxi y fibra de vidrio para hacerla resistente al invierno asturiano, cambió el color verde del vestido de Mafalda en la estatua bonaerense por un rojo “que entonaba mejor en este hermoso parque”, resaltó su creador durante la inauguración.