Toledo, 31 oct (EFE).- El Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha ha declarado Bien de Interés Cultural (BIC), con la categoría de Bien Inmaterial, las labores de Lagartera (Toledo), sus indumentarias y otras producciones textiles.
La consejera portavoz, Esther Padilla, en una rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno, ha destacado que esta declaración supone el reconocimiento del valor patrimonial de “una manifestación cultural singular, como es este conjunto de procesos textiles con siglos de tradición” en la provincia de Toledo.
Padilla ha comentado que las labores y los bordados de Lagartera han formado parte de la vida cotidiana del pueblo desde hace siglos y se han manifestado en su indumentaria, en piezas que formaban parte de los ritos de paso como los bautizos, las bodas y los entierros.
Representan además la seña de identidad de todo un pueblo y contribuyen a la dinamización económica en la que, además, ha destacado, las mujeres tienen un papel protagonista.
La declaración de BIC tiene como objeto la protección jurídica y medidas de salvaguarda del bien patrimonial, lo que puede propiciar “la creación de centros de interpretación, el acceso a la convocatoria de líneas de ayudas o el fomento de la educación al respecto de nuestro legado, como puede ser su inclusión en los planes de estudio de centros escolares”, ha explicado la consejera.
Las labores de Lagartera precisan de agujas variadas e hilos de distintos colores, y materiales como lana o seda, y además de los bordados se realizan deshilados sobre la trama y urdimbre del tejido.
La consejera ha subrayado la complejidad y la riqueza etnológica de esta indumentaria, cargada de simbolismo y confeccionada artesanalmente, así como las derivaciones socioeconómicas a que ha dado lugar su comercialización.
Esther Padilla ha explicado que, aunque es complicado dar una fecha exacta del origen de las labores de Lagartera, seguramente eran practicadas desde época medieval y, a partir del siglo XVI, existen referencias documentales.
Entre ellas, un documento que vincula a la condesa de Orgaz, Juana de Toledo, con tres mujeres lagarteranas a las que acudió para que decoraran algunas prendas litúrgicas con punto de espíritu; y, por otro lado, una mención en la obra del confesor de los Reyes Católicos, fray Fernando de Talavera, quien señala en el siglo XV las ricas y excesivas decoraciones de las indumentarias en Lagartera, recogidas en el tomo VII de la obra “Demasías en el vestir y en el comer”.