El escritor y periodista César de la Lama desentraña en su último libro las raíces de la “sublevación secesionista” en Cataluña y expone las lecciones que cabe extraer de lo ocurrido para recuperar la estabilidad y encontrar un equilibrio entre el “soberanismo radical” y el “anticatalanismo absoluto”.
Bajo el título “El procés”, esta obra, editada por Atlantis, analiza, a partir de una síntesis cronológica de los acontecimientos previos y posteriores al referéndum ilegal del 1 de octubre, las “causas, acciones, reacciones, intereses y consecuencias” de un “golpe de Estado” que el autor considera el resultado de “un plan de insurrección” programado “desde hace años”.
“Todos somos culpables de lo que ha pasado en Cataluña, aunque la mano ejecutora sea otra”, reflexiona De la Lama, autor en 1975 de la primera biografía autorizada y publicada sobre el Rey Juan Carlos, que lamenta cómo los promotores del intento independentista aprovecharon la “permisividad” de las últimas décadas para sumar el “oportunismo político” al tradicional “sentimiento catalanista”.
“Los políticos independentistas han logrado convertir el mito histórico en un ideario victimista respecto al Estado” que “les ha servido para coaccionar a los Gobiernos nacionales”, afirma el autor, tras preguntarse si ha habido interés real “por atraer a todo el pueblo catalán a la vida española” aparte del dinero aportado “tan generosamente” para “conseguir sus votos o tapar sus bocas”.
Ante una relación Estado-autonomías plagada de “improvisaciones e infortunados desencuentros”, propone un “diálogo dentro de los cauces legales” para “recuperar la estabilidad social” y remodelar el sistema, hasta alcanzar un modelo de España unida y plural “tal vez inspirado en el federalismo”, si bien advierte de que será imposible acometer esta “ardua labor” en plena crisis catalana.
De la Lama (Bilbao, 1929) cuenta con más de una veintena de obras y una dilatada trayectoria periodística, que ejerció en numerosos diarios y publicaciones, especialmente en la Agencia EFE, medio en el trabajó durante tres décadas y dirigió diversos departamentos, entre ellos Reportajes -que él mismo fundó-, Enviados Especiales, Gráfica y Delegaciones y Corresponsales.