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Católica devota y feminista radical: la biografía que explica las paradojas de Emilia Pardo Bazán

Emilia Pardo Bazán, católica y feminista radical

Miguel Ángel Villena

Católica practicante y a la vez feminista radical; aristócrata elitista y, sin embargo, mujer libre; muy conservadora en lo político, pero liberal en sus costumbres, la figura de Emilia Pardo Bazán (A Coruña, 1851–Madrid, 1921) define con sus paradojas la segunda mitad del siglo XIX.

Escritora extraordinaria de múltiples registros y que cultivó diversos géneros literarios, Pardo Bazán se escapa sin duda alguna a los encasillamientos fáciles. La catedrática de Historia de la Universidad de Valencia, Isabel Burdiel, ha necesitado cinco años de investigación y redacción hasta publicar Emilia Pardo Bazán (Taurus) y confiesa que nunca imaginó que la autora gallega albergara tantas paradojas y contradicciones ni una ambivalencia tan enorme.

“Ella tenía una cierta coherencia –aclara la biógrafa– pero esa actitud no encajaba en los cánones de la época. En cualquier caso, podemos decir que la vida y la obra de Pardo Bazán representan un observatorio estupendo para entender la pluralidad del siglo XIX, en especial durante la Restauración, cuando comienzan a romperse las dicotomías de viejo-nuevo o conservador-progresista”.

Premio Nacional de Historia en 2011 por su biografía sobre Isabel II y experta en un siglo tan convulso y enrevesado como el XIX, Isabel Burdiel (Badajoz, 1958) confiesa que hubo dos momentos en la vida de su ilustre biografiada Pardo Bazán que le apasionaron de modo especial.

“La vida de la escritora –explica– resulta muy interesante en la etapa en la que pasa de la oscuridad a la luz, del anonimato en una pequeña ciudad como A Coruña a la fama nacional e internacional, un periodo en el que Pardo Bazán encuentra su propia voz y su forma de estar en el mundo. La otra época importante se centra en su declive porque a la intelectual gallega no le gustó nada envejecer, a pesar de que se reinventó como escritora y fue aceptada por escritores jóvenes como Unamuno o Martínez Sierra”.

Mujer valiente y ambiciosa, con una formación cosmopolita a sus espaldas, dominadora de varios idiomas, la autora de obras tan célebres como Los pazos de Ulloa, La cuestión palpitante o Insolación, pudo triunfar contra viento y marea en un mundo literario y periodístico monopolizado por los hombres. Es cierto que su acomodada situación económica le permitió ciertas licencias, pero no obstante ella se empeñó en vivir en buena medida de la literatura y así transitó de los cuentos a la novela, del teatro a los libros de viajes, del ensayo y la crítica literaria a la poesía.

Toda esa proyección literaria, en muchas ocasiones plasmada en los periódicos que solían publicar relatos por entregas, convirtió a Emilia Pardo Bazán en una celebridad polémica que contaba con furibundos detractores y también con fervorosos admiradores. En una palabra, era un personaje que a nadie dejaba indiferente. Isabel Burdiel responde, en una charla con eldiario.es, a la pregunta sobre las claves del éxito en vida de la escritora gallega.

“En primer lugar –señala la historiadora–, ella tenía un talento enorme como escritora y, de hecho, se encuentra entre las mejores literatas europeas de su época. Además, su literatura era muy versátil dentro del campo del naturalismo y conectaba muy bien con un público amplio, en especial en sus cuentos y relatos breves, donde fue una auténtica maestra. Tampoco cabe olvidar que recibió muchos apoyos de personalidades culturales de la época como Francisco Giner de los Ríos, Leopoldo Alas, Clarín, y Benito Pérez Galdós”.

A continuación surge una nueva paradoja porque la popularidad en vida de Emilia Pardo Bazán se fue apagando después de su muerte hasta el punto de que hoy es una autora poco leída, a pesar de que aparezca en todos los manuales de literatura del Bachillerato. De nuevo la biógrafa ofrece un lúcido punto de vista.

“En parte –apunta Isabel Burdiel–, dejó de leerse durante décadas por el hecho de ser mujer. Ahora bien, influyó de forma decisiva que los sectores conservadores, desde la Restauración hasta el franquismo, se apropiaron de la figura de Emilia Pardo Bazán y, al mismo tiempo, apagaron su obra. Es decir, novelas como Insolación o Memorias de un solterón no se corresponden con el cliché de una católica devota y, por tanto, no eran asumibles para la carcundia”.

Burdiel reivindica con esta amplia biografía, un libro útil y ameno para cualquier aficionado a la Historia, la necesidad de engarzar a Pardo Bazán dentro de la historia del feminismo en España, a pesar del carácter conservador y católico de la escritora, tal como se ha hecho con algunas feministas anglosajonas.

“Una cierta cultura de izquierdas en nuestro país –declara la catedrática– no ha sabido encontrar la faceta rompedora de Pardo Bazán ni destacar la relevancia de su lucha feminista y de defensa de los derechos de las mujeres. Algunos le reprocharon y le reprochan sus privilegios de una clase social alta. Pero cabe recordar que, décadas más tarde, Simone de Beauvoir dijo aquello de que con los privilegios podían hacerse dos cosas: o bien sentarse encima de ellos o bien aprovecharlos para cambiar el mundo. Doña Emilia eligió la segunda opción”.

Descendiente de una familia hidalga gallega, más tarde ennoblecida, con unos padres liberales, Emilia Pardo Bazán se casó muy joven con José Quiroga, un abogado carlista con el que tuvo tres hijos: un varón y dos hembras. Separada de modo amistoso unos años más tarde, la escritora pudo reorientar su vida sin las ataduras de un matrimonio convencional, una actitud que le granjeó críticas y ataques machistas.

Sin embargo, su biógrafa rechaza, por falsa, esa imagen de la intelectual gallega como “una casquivana devoradora de hombres”. “Es cierto que Pardo Bazán –señala Isabel Burdiel– mantuvo una intensa relación amorosa con Pérez Galdós entre 1888 y 1891 que más tarde derivó en una respetuosa amistad hasta el fallecimiento del autor de Los episodios nacionales. Aparte de esta pareja, la escritora solamente vivió un breve idilio con el mecenas cultural y empresario Lázaro Galdiano. De todos modos, en una época en que el divorcio resultaba impensable, ella no quiso ligarse ni comprometerse con ningún hombre. De hecho, trató siempre a los varones de tú a tú”.

Tras varios años dedicados a estudiar la figura de Pardo Bazán, su biógrafa reconoce que su mayor descubrimiento ha sido la enorme talla literaria de la autora gallega. Si tuviera que recomendar algunas obras para comenzar a leer a doña Emilia, Isabel Burdiel no duda: los cuentos, Los pazos de Ulloa e Insolación. Y espera que esta biografía sirva para iluminar de nuevo a la contradictoria y ambivalente, pero siempre brillante Emilia Pardo Bazán.

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