Las sensaciones de un libro en papel son inigualables. De hecho, la “fatiga a la pantalla” ayuda a que el formato tradicional se consolide: los lectores prefieren el aroma de las hojas y el sonido al las páginas en lugar de presionar un botón. Sin embargo, los e-readers no dejan de ser buenos aliados para transportar cientos de obras cuando el espacio en la maleta es un problema.
Los lectores electrónicos alcanzaron su pico máximo de ventas en 2011, año en el que se distribuyeron más de 23 millones en todo el mundo. Desde entonces, su tecnología ha ido mejorando para ofrecer una mejor experiencia de usuario. Aspectos como la calidad de la pantalla o procesador son esenciales, pero no los únicos a tener en cuenta.
Así, para no echar de menos los libros de papel, o al menos intentarlo, se deben estudiar algunas características de los e-readers para elegir un dispositivo que, entre otras cosas, no refleje la luz del sol o sea capaz de pasar páginas rápidamente. Pero, ¿cómo elegir el mejor?
¿Tinta electrónica o LCD?
Aunque también es válido, comprar una tablet no debería ser la principal opción si se busca un dispositivo para la lectura y nada más que eso. Frente a las típicas pantallas LCD de móviles o televisores, los lectores electrónicos apuestan por una tecnología que, hasta ahora, es la más cómoda para leer un texto digital: la tinta electrónica.
Como explican en Xataka, el LCD necesita consumir constantemente energía para refrescar la imagen que aparece en pantalla. Mientras, la tinta electrónica está compuesta por millones de microcápsulas que se rellenan cada vez que se pasa página.
¿Las ventajas? Se pueden construir pantallas más delgadas y menos pesadas, evitan reflejos, la autonomía dura semanas, y la principal: reduce el esfuerzo del ojo en usos prolongados. De hecho, el Colegio de Ópticos-Optometristas de Andalucía aconsejó dispositivos de lectura digitales con tinta electrónica frente a pantallas LCD.
Los puntos por pulgada
A pesar de que todos los e-books son de tinta electrónica, esto no basta para medir la calidad de sus pantallas. Uno de los elementos más importantes es la densidad de píxeles, la cual define el nivel de detalle que tendrá la imagen mostrada por el dispositivo.
Para ello hay que fijarse en los puntos por pulgada (ppp), que indican la cantidad de puntos de tinta existentes en el espacio de una pulgada. Así, a mayor número, mayor calidad.
Cuando se alcanza a la cantidad de 300 ppp, se llegaría a lo que en Apple llaman “pantalla Retina”. Como afirma la página de la compañía de Cupertino: “la densidad de píxeles de las pantallas Retina es tan alta que los ojos no pueden distinguir píxeles individuales a una distancia de visualización normal”.
Aunque esta tecnología es una estrategia de marketing presentada por Steve Jobs con el iPhone 4 y ha sido cuestionada por algunos medios, lo cierto es que los 300 puntos por pulgada se han implantado como un estándar de calidad en pantallas que ya ha sido adoptado por dispositivos como el Kindle Paperwhite.
Procesador y sistema operativo
Cada vez que se refresca la pantalla, la tinta electrónica debe cambiar los tonos para crear nuevos caracteres. Por ello, el procesador del e-reader determinará la fluidez con la que se puede navegar por el menú del dispositivo.
Aunque puede ser un indicador, los gigahercios y la marca de su procesador no siempre determinan su rendimiento. Lo más útil es buscar entre sus especificaciones la velocidad a la que el dispositivo es capaz de pasar página y, si no se indica, acudir a lo más sencillo: algún vídeo que muestre cómo funciona.
Por otro lado, también hay que fijarse en el sistema operativo del lector electrónico. Su interfaz es la que establece cómo se van a presentar los libros o incluso qué tipo de fuentes tipográficas se pueden utilizar. De hecho, algunos como el Energy eReader Pro trabajan bajo Android y permiten instalar apps como Evernote o Pocket para expandir la experiencia de lectura más allá de los libros.
Formatos compatibles
Dependiendo del fabricante, el e-reader será compatible con ciertos formatos. Ya no solo ya no solo de archivos de texto, sino también de imagen. El más generalizado para libros electrónicos el ePub, que al ser de código abierto es en el que están publicadas las mayorías de obras.
Una de las desventajas de los Kindle es que no aceptan el ePub, pero el problema tiene fácil solución. Con el programa Calibre se pueden convertir rápidamente a AZW o MOBI, las extensiones admitidas por el lector de Amazon.
Detalles al gusto del consumidor
No tiene mucho sentido preocuparse por aspectos como la batería (la mayoría duran semanas) o el espacio de almacenamiento (los ebooks ocupan muy poco). A pesar de ello, existen otras características cuya importancia dependerá del uso que cada cual haga del dispositivo.
Una de ellas es la pantalla retroiluminada, que tendría sentido si el usuario pretende leer en horas nocturnas o espacios con poca luz. También está la conectividad, que puede ser desde 3G, para descargar libros fuera de casa, hasta wifi.