Medusa era la única mortal de entre las tres gorgonas. Antes de verse convertida en la bestia de cabellos de serpiente que conocemos hoy, había sido una joven sacerdotisa al servicio de Atenea. Un día, Poseidón la violó en el templo dedicado a la hija favorita de Zeus. La blasfemia la convirtió en el monstruo cuyo mito aún pervive, y cuyo aspecto se encargaron de retratar Rubens, Caravaggio, Bernini y tantos otros. Un día, Perseo le cortó la cabeza y la enarboló como trofeo por haber derrotado a un monstruo malvado de poder inconmensurable. La mujer violada sufrió el ostracismo, el castigo y la decapitación… por haberlo sido.
Una revisión histórica de los mitos clásicos leídos en clave feminista ha venido contestando a la herencia falocéntrica de su influencia actual. Hoy, como ayer, se nos plantea casi como una necesidad subvertir mitos como el de Medusa -rescatada como icono feminista por no pocas pensadoras en los años 70-. Lecturas distintas de quimeras culturales como la figura de la sirena o la de la bruja, sobre la que perviven hoy imaginarios truculentos de mujeres que, en realidad, no se sometían a determinados cánones estéticos y roles de género.
Cuadernos de Medusa nace con esa intención: combatir estereotipos, subvertir ideas preconcebidas en torno a lo que consideramos normativo, a lo que es porque nos han dicho que así son las cosas. Un libro formado por quince relatos escritos por autoras y autores feministas y comprometidos con la visibilización de colectivos LGBTI. A su vez, más que un libro podría ser una declaración de intenciones. Es el primer título de la editorial Amor de Madre, un proyecto cultural formado por una madre y una hija que pisan con fuerza en el panorama literario español independiente.
Cultura como herramienta del cambio
Antes de fundar Amor de Madre, Inmaculada Puche Romero y Victoria Irene Borrás Puche –madre e hija respectivamente-, trabajaban en la editorial Pezsapo. Se trataba de un proyecto que había iniciado la primera para canalizar su pasión por la edición, que le venía de haber trabajado como lectora profesional en una editorial y tras años de experiencia en el mundo de la literatura. Cuando la segunda terminó sus estudios en Crítica literaria y literatura comparada, se incorporó a la empresa para ayudar a su madre. Con el tiempo, aquel sello se convirtió en otra cosa.
“Nos dimos cuenta de que teníamos la necesidad de responder a nuestra propia ideología, y de que la editorial podía ser una especie de vehículo para moverla”, nos cuenta Victoria. “Buscábamos autoras que respaldasen el movimiento feminista y necesitasen voz, así como a creadoras implicadas en colectivos LGBTI. Así que le propuse a mi madre, casi en broma, cambiarnos el nombre”, explica la cofundadora de Amor de Madre.
“Pezsapo fue el modo tutorial, pero queríamos pasar al modo pro. Así que cambiar el nombre parecía lógico, en la medida en que también habíamos cambiado nosotras como editoras”, explica.
Así nació Amor de Madre, una editorial que se precia de denominarse joven, feminista y LGBTI. Parto que vino con un libro bajo el brazo, Cuadernos de Medusa. “Queríamos dar herramientas desde la cultura para combatir una sociedad que no le pone las cosas fáciles a personas que pertenecen a colectivos LGBTI, a personas racializadas, o autores y autoras del ámbito del feminismo”, describe Victoria. “Cuadernos de Medusa fue una especie de manifiesto de lo que íbamos a hacer a partir de entonces”.
Recopilación de textos de autoras como Cassandra Vera, Eva Cid, Haizea M. Zubieta o Clara Morales. Coctel de ficciones de todo tipo, a cada cual más afilada, que transitan con total naturalidad paisajes de ciencia ficción y narrativas de elige tu propia aventura, género epistolar y hasta mitología hawaiana.
“Nosotras creemos firmemente en el papel de la cultura como motor de cambio de la sociedad”, asegura Victoria. Según ella, durante demasiado tiempo se ha tenido a la “perspectiva heteropatriarcal y blanca como la perspectiva universal homogeneizada. Eso eliminaba todas esas multiplicidades de realidad que no cuadraban con dichos ideales: las realidades en primera persona de voces racializadas o pertenecientes a una de las letras de los colectivos LGBT+”.
Para ilustrar el ideario de su proyecto, Victoria pone como ejemplo la escultura de El Pensador de Rodin: “Yo como mujer puedo sentirme identificada con esa escultura que representa el acto milenario de rallarse la cabeza, ¿no? Sin embargo, si la escultura representase a una mujer pensando, ¿los hombres se sentirían igual de identificados? ¿O esa escultura ya no estaría representando a la humanidad porque lo esculpido es una mujer y entonces es 'lo diferente' o 'lo otro'? Nosotras estábamos hartas de esto y reaccionamos a nuestra manera, con literatura”.
Panorama cambiante y cada vez más diverso
El panorama editorial español de hace diez años y el de hoy tienen poco que ver. Junto a Amor de Madre, cada día nacen y se consolidan proyectos comprometidos con las realidades de nuestros días. Por un lado, las grandes editoriales lanzan ensayos y celebran la apertura de líneas editoriales feministas. Por otra, florecen proyectos independientes cada día más fortalecidos.
Desde la vanguardia y la innovación se asimilan en el mismo ADN editorial voces distintas, nuevos discursos. Así lo hacen sellos como La señora Dalloway, Hoja de Lata, Esto no es Berlín, :Rata_, Barrett, Dos Bigotes y muchas, muchas más. Tal vez porque quienes plantaron esa semilla literaria habían recibido ese 'golpe en la cabeza' con el que Lucía Lijtmaer describía el momento en el que te percatas de la desigualdad que sufre la mitad de la población del mundo.
“Creo que todas las mujeres en determinado momento de sus vidas han sufrido un golpe de esta sociedad heteropatriarcal. A lo mejor han sido más o menos conscientes del dolor, o a lo mejor el feminismo las ha ayudado a comprender lo que ocurrió”, opina Victoria. Pero, “incluso si ese golpe no es algo drástico, sí es una cosa que se va fraguando con cierto malestar y que hace que llegue un día en el que dices: 'Joder, ya basta, ¿no?'. Ese día puede ser el día que leas la sentencia de la manada, el día en que un piropo te incomodó mucho, o el día que tuviste una discusión con tu padre”, reflexiona la hija de Inmaculada.
“Gracias al feminismo yo fui consciente de que hay todo un movimiento de apoyo que te dice que no estás sola. Y cuando te das cuenta de que no estás sola, entonces eres capaz de cambiar las cosas. Justo lo que buscábamos transmitir nosotras con nuestro trabajo. Por eso fundamos Amor de Madre”, resume la creadora de la editorial feminista.
Para ella, es bueno que muchas editoriales se hayan dado el 'golpe en la cabeza', pues es sinónimo de que el panorama se está diversificando y adoptando nuevas voces. “Este bullicio de discurso está surgiendo efecto y eso se ve en las estanterías de las librerías”, opina. Algo que ocurre porque hay quien escribe, pero también quien publica. Editoras y editores que son “conscientes de la necesidad de discutir ciertas perspectivas”.
Cuadernos de Medusa es algo más que un simple libro de relatos. Es la constatación de la diversidad de voces de nuestro país, y su necesaria aportación a un panorama editorial cambiante. De la misma forma, Amor de Madre es algo más que una editorial. “Para nosotras, publicar es un ejercicio de libertad en el que puedes conseguir que tu labor te represente y represente cosas en las que crees”, sentencia Victoria.