Compromiso político y ético en la Feria de Madrid

“Feria del Libro de Madrid. Espacio de convivencia, libre de intolerancia”. Así reza el cartel que han colocado varias librerías en la feria madrileña del Retiro. Bien visible, no escondido en una esquina de las casetas. Fue redactado la primera semana  por La Malatesta a raíz de las agresiones que sufrieron por un grupo de neonazis cuando montaban el espacio y fue inspirado por el empuje de otras librerías con un catálogo lleno de ensayos y novelas políticas. Desde entonces, todas ellas están alerta ante cualquier otro tipo de agravio. Los libreros se acompañan unos a otros cuando termina la jornada e, incluso, desde el Gremio se han movilizado para poner más seguridad y varios agentes custodian estas casetas cada día. Porque, como finaliza el texto, “Hoy es La Malatesta, ¿mañana quién?”

Traficantes de Sueños, Enclave de LibrosMujeres y Compañía y Muga son algunas de las librerías que se han solidarizado con La Malatesta. Todos están muy sorprendidos, ya que nunca habían vivido agresiones de este tipo. Nunca nadie había intentado forzar las puertas de los espacios o incluso amenazarles con quemar los libros de Gramsci gritándoles que “hay que limpiar la mierda de El Retiro”, como cuenta Ricardo, de la librería agredida. Desde Traficantes, que llevan más de diez años acudiendo a la feria con un catálogo de pensamiento político de carácter marxista y comunista, indican que es la primera vez que se vive tal tensión, si bien revelan que hace unos años una librera mexicana fue golpeada mientras la insultaban gritándole inmigrante en tono peyorativo y otros improperios del mismo calado.

Y, sin embargo, la paradoja es que esta feria está siendo una de las más políticas de los últimos años y una de las cuales hay un mayor interés por estos ensayos. De hecho, los libros más recientes de políticos como Íñigo Errejón, de Podemos, o Por qué las cosas pueden ser diferentes, de Manuela Carmena (Clave Intelectual) se han convertido en los más solicitados. De este último, su editora, Lourdes Lucía, ya tuvo que pedir la pasada semana una segunda edición con más de mil ejemplares, que se distribuyó en un solo día, por lo que para esta semana ya hay encargada una nueva tanda de 2.500 ejemplares. Y los autores clásicos comunistas, marxistas, anarquistas o feministas están viviendo días de gloria. Como señalan los libreros, ya no sólo se acercan los fieles lectores, sino que son muchos otros los que quieren conocer estos locales y comprar sus libros.

Mucho interés por los Feminismos

“Este año estamos notando un interés especial por la transexualidad y por aquellos libros infantiles y juveniles no sexistas, es decir, alejados de lo que puede ser una Blancanieves o Cenicienta”, confirma Miren Elorduy de Mujeres y compañía, una librería que lleva ya cuatro años en la Feria. Y añade que no han parado de vender, además del libro de Carmena, títulos como Artes subversivas para cultivar jardines, de Teresa Moure, Oso, de Marian Engel y Cómo se hace una chica, de Caitlin Moran. De hecho, si una espera varios minutos junto a la caseta observa cómo Miren no para de aconsejar y vender ejemplares. “Nos encantaría que no fuera una librería especializada en esta temática, pero es una cuestión de visibilidad. Si te das cuenta, la cultura es patriarcal y ahí tienes a María Dueñas frente a todos los tíos”, añade.

Unos metros más adelante –curiosamente todas estas librerías están muy cerca unas de otras en el Paseo de Coches, como si fuera una especie de ‘Isla del Compromiso’- se encuentra Enclave de Libros, que regenta el romano José. Lleva cuatro años en la Feria y se le nota cabreado con la situación. “Si es que son 25 niñatos, unos idiotas, los que están causando esta tensión, yo creo que en parte fomentada por la idiotez de algunos políticos”, afirma. A su alrededor, títulos de Gilles Deleuze, Ernesto Laclau o Foucault llenan el espacio librero. Y enfrente, los lectores, que le piden La nueva razón del mundo, de Christian Laval y Pierre Dardot, y Anarquía en acción. La práctica de la libertad, de Colin Ward, dos de los libros señeros de esta Feria para esta librería. José sonríe. Pese a todo le está yendo bien y resalta: “No creas que tenemos miedo, eh. No van a pararnos, porque una librería y editorial [Enclave es ambas cosas] tiene que estar comprometida con el cambio”.

Comunismo libertario

La presencia de los agentes de seguridad indica que hemos llegado a La Malatesta. Allí está Ricardo, envuelto un buen número de títulos de carácter anarquista y libertario. Son siete años ya en la Feria y el primero en el que han tenido el disgusto serio. Con todo, el librero no quiere dar demasiado pábulo al ataque y prefiere centrarse en los libros que piden los lectores y en que no son sólo una librería con este tipo de títulos, sino que ya otras como ella conforman el paisaje feriante. Para él, eso ya es un mensaje en sí mismo. Entre los libros más solicitados, todo lo de Eduardo Galeano, La conquista del pan y Abc del comunismo libertario. “Y lo estamos notando desde 2011, cómo crece el interés por el libre pensamiento o por temáticas como la agricultura urbana”, remacha bajo el sol mañanero de principios de junio. Lo dice con tranquilidad. Lo importante, al fin y al cabo, son los libros.

La misma opinión tienen en Traficantes de sueños, a unas casetas de distancia. Ellos fueron de los primeros en solidarizarse con La Malatesta y en implicarse movilizando al Gremio e instando a que se emitiera el comunicado que ahora cuelga en estas librerías. Pero tampoco le quieren dar mucha importancia. En cualquier caso, apenas tienen tiempo para pensarlo demasiado. Los lectores no paran de acercarse y tanto Julia como Carolina no se dan un respiro mientras colocan libros, recomiendan, venden, cobran… Sin parar. Entre los títulos, Bancocracia, los ensayos de Mundo Común, Por qué fracasó la democracia en España, “y por supuesto, este año, mucho sobre Podemos y Galeano”, destaca Carolina. Y, claro, Owen Jones y Caitlin Moran, sin olvidar Calibán y la bruja. Mujeres cuerpo y acumulación originaria, de Silvia Federici, que lleva siendo un superventas durante los últimos tres años.

Están aquí en la Feria y van a seguir estando. “Es nuestra apuesta, y ya no somos los únicos. Hay un sector que está apostando por esto, por visibilizar estos libros”, constata Julia. Por muchos ataques que reciban no van a echar ni mucho menos el cerrojo. La sociedad no es monocroma y los lectores quieren esta lectura. Acérquense a la Feria y compruébenlo.