'Zorro 8', una fábula con faltas de 'hortografía' sobre la bondad y el cambio climático

Matías de Diego

11 de abril de 2023 22:34 h

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¿De verdad va a tener que ser un zorro el que nos haga parar? No, no es una pregunta retórica. Ni un juego. Un zorro ha aprendido a escribir ‘Umano’ solo para preguntarnos qué demonios nos pasa. ¿Dónde está nuestra humanidad? ¿Y la amabilidad? Vale, el zorro es un personaje de ficción y escribe de aquella manera, pero no nos desviemos. ¿No vamos a pensar sobre lo que le estamos haciendo a nuestro planeta hasta que un zorro no nos mande una carta?

Zorro 8, que así se llama, es un personaje creado en el año 2013 por el escritor estadounidense George Saunders. “Todavía siento cierta debilidad por ese pequeño zorro”, reconoce el autor a elDiario.es cuando se le pregunta por la publicación en España de su libro casi 10 años después. Un trabajo ilustrado por Chelsea Cardinal y traducido al castellano por Javier Calvo.

Saunders creó a este personaje mientras escribía una de sus columnas humorísticas para el diario The Guardian. Pensó que podría ser divertido juntar dos conceptos con los que ya había estado trabajando: un perro muy elocuente y los errores gramaticales y sintácticos de un grupo de estudiantes que se dedican a criticar a su profesor.

“Se me ocurrió que esas dos piezas podrían combinar bien en el mismo plato”, explica Saunders. “También me rondaban por la cabeza un poema de Lynda Barry sobre un perro que toma ácido accidentalmente y las historias de Archie y Mehitabel [del humorista Don Marquis], escritas por un grillo que teclea a saltitos”.

Saunders siente debilidad por Zorro 8 por la manera “un tanto peculiar” en la que se le “reveló”, “sobre todo a través de su lenguaje y ortografía”. “Ese zorro empezó a decir cosas que nunca esperé que dijera y fue llevando el libro por caminos extraños. Parecía tener mente propia, pero, cuando terminé de escribir, descubrí que ahí había cosas en las que yo sí creía, la bondad radical y demás. Tal vez hasta entonces había estado creyendo en ellas sin darme cuenta”, explica.

Para quien no le conozca, Saunders es, sobre todo, autor de relatos. Guerracivilandia en ruinas, Pastoralia o Diez de diciembre. Sin embargo, su obra más reconocida es su única novela: Lincoln en el Bardo (Seix Barral, 2018). Una ficción experimental sobre la muerte del hijo del expresidente estadounidense Abraham Lincoln.

Su literatura destaca por una construcción minuciosa de los personajes y por su tono generalmente cómico para tratar temas como la muerte, la violencia o el cambio climático. Y por una preocupación extrema por la forma. Puede parecer un tópico, pero el cómo suele ser más importante que el qué con Saunders.

En Lincoln en el Bardo, por ejemplo, reconstruye el duelo del expresidente y el paso por el limbo de su hijo Willie, pero lo hace con una sucesión continua de breves fragmentos de fuentes bibliográficas, conversaciones y testimonios de los personajes.

Pero volvamos a Zorro 8 (Seix Barral, 2022). A primera vista parece un cuento infantil, pero, en realidad, es una fábula muy adulta sobre el cambio climático. Aunque también es una crítica a las sociedades modernas. Y, para complicarlo un poco más, algunos críticos lo han leído como una alegoría de la política estadounidense.

“Para mí”, explica Saunders, “es una historia sobre las secuelas de la violencia y sobre las formas que esta puede adoptar”. El autor habla en este libro del maltrato animal, del abandono y de la pérdida, del valor de ser diferentes y del exilio. Todo en poco más de 50 páginas, en forma de carta, recurriendo a un personaje que escribe de aquella manera y con decenas de juegos de palabras.

La historia tira de humor negro en sus primeras páginas: un zorro se presenta ante el “leztor” disculpándose por sus faltas de “hortografía”. “¡Es que soy un zorro! Así que no escrivo ni deletreo perfezto”. Pero, rápidamente, después de las explicaciones de rigor sobre cómo aprendió “Umano” y de los detalles sobre el “Acuerdo Súper Justo” que tienen los zorros con los “poyos”, la lectura de Zorro 8 empieza a ser un mazazo directo en la conciencia del lector.

Zorro 8, Zorro 7, Zorro 41 y el resto del grupo empezarán a sentir que sus bosques son cada vez más pequeños. Que el agua va desapareciendo de sus ríos. Que algunos de los “Estremadamente Viejos” enferman y mueren de hambre.

Saunders ha explicado en varias entrevistas que para construir un personaje como este necesita una voz de la que fiarse (suele utilizar siempre este verbo). De ahí es de donde surge el primer concepto que empieza siendo algo que solo es divertido. Conforme va desarrollando la idea es cuando la cosa empieza a ponerse cada vez más seria.

“Cuando escribo siempre trato de centrarme en los personajes, intentando que sean lo más reales posible”, asegura a este periódico. “Entonces es cuando se van produciendo todo tipo de ‘significados’ morales, aunque no suelo dejar que me limite uno solo”. Para Saunders, las historias deben ser “como un cristal que refracta distintos tipos de luz”.

El consejo de un simple zorro

Zorro 8 también es un alegato a favor de nuestra humanidad. Pese a todas las violencias que debe sortear, el personaje de Saunders nunca deja de creer que la generosidad y la bondad pueden cambiar el mundo. Es la influencia de las creencias budistas del autor en su obra. Y sin tener esto en cuenta tampoco se puede comprender del todo este libro.

La bondad es un tema que recorre gran parte de la obra de Saunders. Está en Zorro 8 y lo estuvo también en su famoso discurso en la Universidad de Siracusa del año 2013, que en España se editó como Felicidades, por cierto (Seix Barral, 2020). Ambos comparten fecha de publicación y pregunta: “¿Por qué no somos más amables?”.

Saunders dedicó aquel discurso a recordar cómo varios compañeros de su colegio se dedicaban a maltratar a una alumna recién llegada. Cómo reaccionaba cada vez que la insultaban o se metían con su pelo. Y como, de la noche a la mañana, su familia decidió marcharse del pueblo.

“¿Por qué me arrepiento? ¿Por qué 42 años después sigo pensando en ello?”, se pregunta. Sí, él fue amable con ella, nunca le dijo nada malo e incluso la defendió, pero podría haber hecho más. “De lo que más me arrepiento en mi vida es de los fallos de amabilidad. Esos momentos en los que otro ser humano estaba ahí, delante de mí, sufriendo y yo reaccionaba… con prudencia. Con reservas. Con suavidad”.

Al ser preguntado por qué es tan importante para él la amabilidad, Saunders responde: “Sinceramente, no lo sé. Pero tengo la sensación de que en mi vida todos los buenos caminos conducen a ella. También a la sensibilización, al altruismo y a la verdadera comprensión de la naturaleza de todas las cosas. Cuando pienso en mi vida, los momentos en los que me he sentido más vivo han sido aquellos en los que he sido más amable y más generoso. Y no dejo de preguntarme por qué no podemos ser siempre así, por qué el egoísmo y el ego son fuerzas tan poderosas en nuestro mundo”.

Algo de todo esto hay en las últimas páginas de Zorro 8. Cuando el zorro nos dice qué espera de nosotros y nos deja un último consejo: ‘Si keréis que vuestras Istorias tengan un final feliz, probad a ser más amables. Espero buestra respuesta’.