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López Vázquez: Un fascinante camaleón con 250 películas donde elegir

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Madrid, 8 mar (EFE).- José Luis López Vázquez (Madrid, 1922), uno de los actores más fascinantes del cine español que habría cumplido 100 años en un par de días, dejó un legado de más de 250 largometrajes en 60 años de carrera, entre ellos, algunas obras maestras del cine español.

Camaleón capaz de cualquier reto, su cómica manera de deletrear algunas palabras para provocar a la audiencia -su famosa “se-ño-ri-ta” - pasó a la historia como su seña de identidad. Pero era capaz tanto del mayor histrionismo como de la contención en su interpretación de la primera mujer trans de la historia del cine español, “Mi querida señorita”, probablemente su película más icónica.

“MI QUERIDA SEÑORITA” (1972), PRIMERA CINTA QUEER ESPAÑOLA

Dirigida por Jaime de Armiñán cuando el dictador Francisco Franco aún vivía, “Mi querida señorita” cuenta la vida de Adela Castro (López Vázquez), una mujer soltera enamorada de su criada, Isabelita (Julieta Serrano), que vive en un continuo desasosiego emocional; cuando finalmente acude al médico, descubre que sus genitales son masculinos, algo que desconocía porque su familia siempre la trató como una mujer.

El madrileño, que rodaba por entonces diez películas al año, había estrenado justo antes “Si fulano fuese mengano”, de Mariano Ozores, y “Blanca por fuera y Rosa por dentro”, de Pedro Lazaga.

Cuando apareció en la película vestido de mujer, y con su voz doblada por la de una actriz, ni De Armiñán ni el coguionista de la cinta, José Luis Borau, sabían que López Vázquez pasaría a la historia como el primer personaje queer del cine español (con permiso de Carlos Larrañaga, primer “travestido” en “El extraño viaje” de Fernando Fernán-Gómez).

La película fue seleccionada para representar a España en los Oscar de 1973, aunque no llegó al final; aún así, López Vázquez fue a Hollywood, donde fascinó su atrevimiento y contención interpretativa hasta el punto que hubo directores como George Cukor que quisieron trabajar con él.

DE “EL PISITO”(1958) A “PEPPERMINT FRAPPÉ” (1967)

En los años 60, López Vázquez abundó en su vis cómica con su peculiar forma de declamar le iban haciendo inconfundible. “Atraco a las tres”, “La gran familia”, “Vamos a contar mentiras”, “Historias de la televisión”, “Operacioón Plus Ultra”, “Amor a la española”...

Su físico, de españolito de a pie, su bigotillo y sus ojos expresivos -pero no bonitos- encajaban totalmente en esas historias, pero también en las de los directores más guerreros con el franquismo.

Como Luis García Berlanga, que lo situó en el eje de “Plácido” (1961), o Marco Ferreri, que contó con él en “El pisito” (1958) y en “El cochecito” (1960). Cuando López Vazquez dejó atrás al comediante, se salió del todo.

Eso ocurrió en “Peppermit Frappé” (1967), dirigida por Carlos Saura, con su obsesivo Julián, obsesionado con una Geraldine Chaplin que hacía dos papeles. Pero no dejó atrás las comedias del gusto de la época, como “Sor Citroën”, “Los guardiamarinas” o “Los chicos del Preu”-. Y llegó 1970.

“LA PRIMA ANGÉLICA” (1974), “EL BOSQUE DEL LOBO” (1971) Y “LA CABINA” (1972)

López Vázquez seguía rodando a destajo comedias de Ozores o Lazaga, pero Saura volvió a reclamarle para su empresario amnésico de “El jardín de las delicias” (1970) o el nostálgico Luis de “La prima Angélica” (1974): en ambas, el director dejó en sus manos la capacidad de contar entre líneas cosas más allá de la triste evocación de la memoria y el pasado.

López Vázquez volvió a deslumbrar con su hombre-lobo hispano, metáfora del sufrimiento y el dolor de la superchería en “El bosque del lobo” (1971) de Pedro Olea, con un muy serio registro dramático, impresionante en su repliegue hacia el licántropo que todos dicen que es Benito Freire.

Al tiempo, rodó con Antonio Mercero un experimento televisivo, un mediometraje de terror psicológico titulado “La cabina” (1972), escrito a medias entre José Luis Garci y el propio Mercero.

En ella, un hombre se queda encerrado accidentalmente en una cabina telefónica y, a pesar de innumerables intentos, no consigue salir. “La cabina” ganó el Emmy Internacional y López Vázquez siguió creciendo como actor dramático.

EL DESTAPE Y “LO VERDE EMPIEZA EN LOS PIRINEOS” (1973)

Del formalito personaje del padrino en la saga de “La gran familia”, López Vázquez pasó a ser todo lo contrario en las películas del destape, y las previas a la muerte de Franco, donde su pareja dejó de ser Gracita Morales para acompañarle Nadiuska.

Con ella rodó “Lo verde empieza en los Pirineos” (1973), de Vicente Escribá. Su Serafín, un anticuario maduro, soltero y reprimido con un curioso trauma sexual desde la niñez, es llevado por sus amigos a Biarritz (Francia) para ver si viendo películas eróticas prohibidas en España se le curan sus males.

LUIS JOSÉ, LA PERFECCIÓN DE LA SÁTIRA EN LA “TRILOGÍA NACIONAL”

Imprescindibles en su filmografía las tres películas de Luis García Berlanga que componen la “Trilogía Nacional”, con el desternillante papel del caprichoso e inagotable hijísimo y heredero Luis José, personaje salido de la pluma de Rafael Azcona y afilado por la mala leche de Berlanga, que logró poner el dedo en la llaga con cada uno de sus comentarios.

Luis José se presentó en “La escopeta nacional” (1978), como el hijo del marqués de Leguineche, que volvió a aparecer en “Patrimonio Nacional” (1981), que enlaza la historia después de la muerte de Franco en 1975, hasta llegar a los ochenta en la desternillante “Nacional III” (1982).

En los noventa y en el nuevo siglo siguió paseando su humor por la gran pantalla hasta su última película: “¿Y tú quién eres?” (2007) dirigida por Mercero. Pero fue su delicioso Don Aquiles, de “Luna de Avellaneda” (Juan José Campanella, 2004) será recordado como un hermoso resumen de todos los hombres buenos que interpretó el actor.

Por Alicia G. Arribas