El museo del Louvre rescata a partir de hoy la figura y el arte de Hubert Robert, gran pintor olvidado del siglo XVIII considerado como uno de los más grandes de su tiempo en Francia, a quien no se rendía un homenaje similar desde 1933.
La pinacoteca más visitada del mundo, que ronda anualmente los nueve millones de visitantes, estrena con esta exposición su temporada artística y cultural, que dedicará este año al XVIII, tomado como “el mejor momento del gusto francés”.
La muestra reúne 140 piezas, de ellas 70 óleos, algunos monumentales, y medio centenar de dibujos, pero también elementos de mobiliario y de decoración ideados por el artista, que vivió y trabajó siempre muy próximo a la cúpula del poder.
Su inteligencia, gran simpatía y su carácter social le salvaron sin duda de la guillotina en la Revolución Francesa (1789) y sobre todo durante el período del terror, comentó a Efe el comisario, Guillaume Faroult, conservador jefe en el departamento de pintura del Louvre y uno de los principales expertos en su obra.
Con el título “Hubert Robert (1733-1808), un pintor visionario”, el museo aspira a demostrar que este artista cuyas obras ilustran casi anónimamente los manuales escolares franceses desde hace décadas, no es solo un “ilustre desconocido”, sino un pintor visionario y uno de los más grandes de su siglo.
Conocido por las abundantes ruinas y paisajes que plasmó en sus cuadros, Robert fue también pintor de París, “un poco poeta y también historiador”, además de personaje oficial y, por supuesto, “verdadero hombre de las luces”, que vivió en Italia una década en el inicio de su carrera, según el comisario.
Su figura y su arte interesan también en Estados Unidos, donde la National Gallery of Art de Washington recibirá la exhibición, en cuya preparación participó.
Aunque era pintor de corte, para la que realizó espectaculares decorados en el decenio que precedió la Revolución, y también historiador a través de sus cuadros de esa tumultuosa época que siguió, no fue, sin embargo, retratista. Un género que, reconoce el comisario, no era lo suyo.
La exposición, abierta hasta el 30 de mayo próximo, no estará sola en el Louvre, pues su Auditorio acogerá diferentes manifestaciones literarias, cinematográficas y musicales relacionadas con ella.
En primer lugar, al ritmo de una representación al mes, la puesta en escena de “Un feuilleton théâtral et épistolaire à travers le XVIIIè siècle”, interpretada por Maria de Medeiros y Elsa Lepoivre entre otros actores dirigidos por Clément Hervieu-Léger, miembro de la Comedia Francesa.
El cine servirá para mostrar del 12 de marzo al 22 de mayo decorados y arquitecturas soñadas del XVIII, con filmes como “Les Adieux à la reine” (“Adiós a la reina”) de Benoît Jacquot; “Casanova” de Fellini; “Le Carrosse d'or” (“La carroza de oro”) de Jean Renoir, o “La Flauta mágica” de Ingmar Bergman.
La música dará vida a dos conciertos y, sobre todo, del 1 de abril al 15 de mayo, a la proyección de óperas filmadas reunidas bajo el tema “Naples, Vienne, Paris... l'opéra dans les villes”.