La portada de mañana
Acceder
Feijóo confía en que los jueces tumben a Sánchez tras asumir "los números"
Una visión errónea de la situación económica lleva a un freno del consumo
OPINIÓN | La jeta y chulería de Ábalos la paga la izquierda, por Antonio Maestre

Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

“Manhattan Beach”, la novela que sumió en la duda a la pulitzer Jennifer Egan

EFE

Nueva York —

0

“Manhattan Beach” es la quinta novela de la escritora estadounidense Jennifer Egan, una “carta de amor” al Nueva York de la era de los gánsteres que le supuso un trabajo tan duro como para preguntarse si el éxito la había “arruinado” tras alzarse con un premio Pulitzer de ficción en 2011.

“Realmente es la cosa más dura que he hecho, de lejos y sin lugar a dudas”, confiesa la autora en una entrevista con Efe en su casa de Brooklyn, un oasis de tranquilidad desde que en 2018 publicó el libro, ahora editado en español por Salamandra, tras la “larga pausa de siete años” que siguió al laureado “A Visit From The Goon Squad” (2010).

Ambientada entre la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial, su última novela ya tenía a Egan investigando entre 2004 y 2010, a la vez que escribía la anterior, que “es como un día en el campo, en comparación” con “Manhattan Beach”, según aseguró jovial.

Junto a la Sociedad Histórica del carismático barrio neoyorquino donde vive, la escritora entrevistó a ancianos que habían trabajado en el Brooklyn Navy Yard, el astillero de la Marina estadounidense más importante de la época, que aportarían más adelante “texturas” de la memoria juvenil a los datos respaldados por expertos.

Sin embargo, el primer borrador “fue espantosamente malo” y se vio abrumada por el esfuerzo “que tenía por delante para darle una oportunidad, simplemente, de hacerlo trabajable”, algo a lo que “no ayudó” recibir entre medias un galardón que propulsaría su nombre fuera de las fronteras del país.

“Pensar que no publicaría (el libro), o que publicaría algo que todo el mundo pensara que era inferior, era intimidante. Puedes volverte loca y pensar: me he arruinado como escritora por el éxito”, relató la también periodista, que incluso abandonó sus reportajes durante ese periodo.

“No quiero sobredramatizar, pero no había sido publicada en España, por ejemplo, y en términos de audiencia internacional esto era un cambio radical. Pensé: ¿Y si soy una de esas personas que no funcionan en el punto de mira? Si esta atención hace que no pueda escribir otro libro, entonces es que no era lo mío”, agregó.

No fue hasta 2015 cuando enderezó la situación y logró “hacer suyo” el material: pese a usar diferentes estructuras en cada obra, la literatura de Egan combina “extremos” de emoción y acción que rozan “lo absurdo”, resultando humorísticos.

Al investigar sobre el puerto de Nueva York, le quedó claro que una de las “grandes historias” por contar era la de las mujeres, ya que la guerra las sacó “de sus situaciones ordinarias” y les permitió trabajar. Otra era la del crimen organizado, cuya recurrente presencia en sus relatos la fascinó.

Familiar de policías, Egan recordó que muchos entrevistados octogenarios, la mayoría ya fallecidos, hablaban de los gánsteres con naturalidad: “Yo no conozco gánsteres personalmente, excepto quizá nuestro presidente (Donald Trump)”, bromeó.

Así, protagonizan esta historia ficticia pero “plausible” Anna Kerrigan, una singular buceadora empleada en el astillero de Brooklyn; su padre Eddie, estibador de origen irlandés metido en un sindicato corrupto; y Dexter, un capo al que Anna recuerda haber visto negociar con su padre antes de que éste desapareciera.

Anna, que sustenta a su madre y a su hermana discapacitada, sobresale en esta novela que ha enganchado a “nuevos lectores”, ha “conectado a gente con sus padres y con la época de guerra” y ha sido acogida por la ciudad “porque en cierta manera es una carta de amor a Nueva York”, sostuvo Egan.

“No habría podido escribirla si no hubiera sido periodista”, resolvió la neoyorquina de adopción -nacida en Chicago, se mudó a la Gran Manzana con 24 años-, firmante en las últimas dos décadas de amplios reportajes para medios como The New York Times y para quien el periodismo “complementa” su trabajo literario.

Como esta obra la forzó a “dejar de lado el periodismo” dice no considerarse ya reportera, pero sí mantiene la necesidad de “seguir teniendo nuevas experiencias”. “Me gusta que me digan: ve a este mundo extraño, a ver qué puedes sacar”, explicó Egan en un salón repleto de libros, dibujos y objetos que reflejan su inquietud.

“Afortunada” de que “las cosas le fueran bien” a “Manhattan Beach”, recientemente premiada con la medalla Andrew Carnegie a la excelencia en el campo de la ficción, Egan confesó haber sentido un “gran alivio” al darse cuenta de que “A visit from the Goon Squad” no iba a ser su “último libro”.

Antes de despedirse, la autora comenta, con la liviandad propia de quien se ha librado de una gran “presión”, que precisamente está trabajando en un proyecto que verá la luz a finales de 2019 y será un “compañero” de la novela que le valió el Pulitzer.