“No caer en el error de confundir a Calígula con un loquito patolótico”, esto es lo que Mario Gas ha conseguido con su versión de este texto universal de Albert Camus que llega mañana al Teatro María Guerrero de Madrid después de más de un año de gira que arrancó en 2017 en el Teatro Romano de Mérida.
Hasta el 30 de diciembre la tablas del María Guerrero se convertirán en el escenario donde el Calígula de Gas trasladará al espectador “1.000 preguntas” que afectan al hombre actual, como cuál es la relación con el poder, según ha dicho hoy el director de escena (1947) durante la presentación.
“En la obra lo que hay es cómo a partir de una sensación de vacío se puede llegar al despotismo. Cuando leo el texto me parece que en toda la entidad de Calígula están las claves de muchos ordenamientos políticos que están jodiendo en muchas latitudes del universo”, ha señalado acerca de esta obra protagonizada por Pablo Derqui, quien saca toda la desesperación y crueldad de este emperador romano.
Porque en la obra de Camus (escrita en 1939) el autor francés nacido en Argelia nos presenta a un “dictador terrible” sumido en el absurdo después de la muerte de su hermana/amante, Cesonia (a quien da vida Mónica López), y somete a sus súbditos a una aterradora serie de demostraciones de lo que él considera ser la verdad absurda: que los hombres mueren y son infelices.
“Mi personaje lanza tal cantidad de preguntas que si busco un trasfondo psicológico me pegaría un tiro. Es alguien que busca el origen de la trascendencia con reflexiones como que gobernar es robar y todo lo el mundo lo sabe. El se da cuenta y lo denuncia. No es alguien loco, sino que vive desesperadamente por esa sinrazón de la existencia, y no lo puede soportar”, según Derqui.
El elenco de este “Calígula” -producido por Teatre Romea, el Festival Internacional del Teatro Clásico de Mérida y el Grec 2017 Festival de Barcelona- se completa con Borja Espinosa (Quereas), Bernat Quintana (Escipión), Xavier Ripoll (Helicón) y Pepe Ferrer, Pepe Molina, Anabel Moreno y Ricardo Moya, en el papel de los Corifeos.
En cuanto a la escenografía, en esta versión Mario Gas ha optado por situar a los personajes en la época de entre guerras, “en el nacimiento de los fascismos italianos”, y así le da a Camus “una cierta universalidad”.
Porque si “Calígula” está considerada una de las obras fundamentales del teatro universal contemporáneo es por ser “compleja”: “es una obra donde hay que dejar flechas para que el espectador viaje”, ha matizado.
“El amor y su imposibilidad, el paso del tiempo, el asesinato, todo un mundo de atroces y convulsas acciones que desembocan en la autodestrucción están presentes en este extraño y atrayente texto teatral”, destaca el dramaturgo sobre este texto cuyo protagonista persigue conseguir la transfiguración del mundo.
Tanto es así que, entre risas, los actores destacan cómo Calígula le pide a su amigo Helicón conseguir la Luna pese a saber que está pidiendo un imposible.
Gas -que “descubrió” esta obra en Barcelona cuando tenía 16 años- también ha destacado que representarla en el María Guerrero es el “colofón” de este año y medio de gira por España, pero, según ha destacado Derqui, este escenario también hará las palabras del dictador “resuenen muy bien”.
Según ha expresado Ernesto Caballero, director del Centro Dramático Nacional, el regreso de Gas al CND tras “El concierto de San Ovidio” es un “honor”, sobre todo por hacerlo de “esta forma”, es decir, con un “título que forma parte del repertorio universal contemporáneo”.