El Ministerio de Cultura cesa a Encarnación Hidalgo como directora del Museo de América

Peio H. Riaño

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El Ministerio de Cultura y Deportes ha cesado a Encarnación Hidalgo como directora del Museo de América, tal y como ha podido saber este periódico. La ex directora comunicó este martes a los técnicos del museo el cese fulminante firmado por Isaac Sastre de Diego, nuevo director General de Bellas Artes. La marcha de Hidalgo se ejecutará el próximo 8 de enero, después de cuatro años al frente de la institución. En julio de 2018 se anunció su nombramiento como directora, sucediendo por jubilación en el cargo a Concha García. El Ministerio de Cultura indica la causa a elDiario.es con un lacónico: “Renovación de cargos”. Sin embargo, no había ninguna fecha prevista para el final de las labores de Hidalgo al frente de la institución. A pesar de ello, desde Cultura no quieren ampliar las razones que han llevado a tomar esta decisión fulminante. Desde el propio Museo de América se indica que durante los cuatro años de la dirección de Encarnación Hidalgo el centro no ha estado a la altura de las expectativas. Al parecer, la falta de comunicación con el personal tampoco ha ayudado al buen funcionamiento del museo, que se ha visto muy mermado por la crisis de vigilantes de sala en los museos estatales.

Encarnación Hidalgo es doctora en historia de la Ciencia y había trabajado en el Museo de Ciencias Naturales antes de llegar al Museo de América. No obstante, aterrizó en el museo con la dirección de Paz Cabello, con quien colaboraba en la difusión y comunicación de los eventos. Después del cese de Paz Cabello y la llegada de Concha García, Encarna Hidalgo era la responsable del departamento de Documentación y allí estuvo dedicada al archivo hasta que fue nombrada directora; tras un concurso menos transparente de lo que los propios técnicos del museo recuerdan ahora.

Tal y como explican los trabajadores del museo a este medio, en 2018 todo parecía decantado a favor de Ana Azor, conservadora que ahora es vocal asesora de la dirección del Museo de las Colecciones Reales de Patrimonio Nacional. Aunque entonces se aseguró que el nombramiento sucedió cumpliendo el Código de Buenas Prácticas, la confianza de Javier García Fernández, subsecretario del Ministerio de Cultura con José Guirao como ministro, estaba depositada en la candidatura de Hidalgo, muy leal a Paz Cabello. El puesto no se concedió por concurso, sino por libre designación.

En estos cuatro años de dirección, el proyecto con el que ganó el concurso de dirección no se ha hecho público y los trabajadores del Museo de América desconocen si lo ha llegado a ejecutar. “Nunca hemos tenido conocimiento de cuáles eran las líneas, la misión o los objetivos del proyecto”, añaden las fuentes. De hecho, desconocen el posicionamiento de Hidalgo acerca de las políticas de descolonización de la museología. Explican desde el Museo de América que nunca transmitió la idea de reformar el relato del centro, ni se han generado nuevos relatos en las colecciones. La única posible restitución que ha tenido hasta el momento el Museo de América ha sido el tesoro de Quimbaya, procedente de Colombia, y lo ha llevado Encarna Hidalgo de manera confidencial en estrecha comunicación con el Ministerio de Cultura.

El despido de Encarnación Hidalgo coincide con la jubilación del director del Museo Arqueológico Nacional, Andrés Carretero (Madrid, 1955), que permanecía en el cargo desde el año 2010. Asumió el puesto en plena reforma integral del edificio, iniciada en 2008 y finalizada cinco años más tarde. A Carretero le debe el MAN el proyecto museográfico de las colecciones y, recientemente, la negativa a ceder la Dama de Elche a la población en la que fue hallada la pieza para celebrar el 150 aniversario de su hallazgo. Antes de llegar al Arqueológico había asumido la dirección y coordinación de los museos estatales del Ministerio de Cultura, la subdirección del Museo Nacional de Antropología y la dirección del Museo del Traje. Con la salida de Carretero, el museo se enfrenta a una nueva era, en la que debe replantearse su misión y tener en cuenta asuntos como la descentralización y la restitución de los bienes que conserva.

Desde el Ministerio de Cultura explican a este periódico que las nuevas direcciones serán nombradas por el procedimiento de libre designación, aunque con referencias a comisiones de expertos. Aunque parece lo propio, la Dirección General de Bellas Artes no tiene obligación de pasar por un concurso público.