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Murió Gerard Mortier, el genio maltratado del Teatro Real

Fue el director de ópera más exuberante, polémico y brillante de los últimos años y, contra todo pronóstico, fue a parar a nuestro Teatro Real de Madrid. Allí ejerció de director artístico de noviembre de 2008 a septiembre de 2013 y que quiso transformar en “un laboratorio de la ópera del siglo XXI” y allí se estrenó la que sería su última producción, una adaptación de Brokeback Mountain que entusiasmó a todos los aficionados al género. También fue su último trabajo como director antes de el que ser relevado de su cargo en favor de Jordi Matabosch y transformado en consejero artístico del teatro.

Antes de venir a Madrid, Mortier había dirigido la Ópera de París y fue elegido como director de la Opera de Nueva York, puesto al que renunció antes de empezar por falta de presupuesto. Muchos en el gremio consideraron que el trato que recibió Motier en España había sido nefasto y así se lo hicieron saber al presidente del patronato del Teatro Real, Gregorio Marañón.

El director de origen holandés y belga estaba siendo tratado de cáncer en Alemania, tras ser diagnosticado el pasado verano. Ha muerto a los 70 años rodeado de familiares y amigos.