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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

20 años después del mejor año de nuestra vida

Kurt & Courtney: la pareja malograda del año

Jesús Rocamora

El semanario británico New Musical Express está de celebración. El motivo es de cajón, es puro calendario: en este 2014 se cumple el XX aniversario de 1994, “el año en que cambió todo”, según reza el titular XXL de su último número. El año en que fueron lanzados un puñado de “álbumes que definen una era, de activismo político, de la llegada de las nuevas tecnologías y de trágicas pérdidas”. En lugar de un clásico, esta semana da para elegir entre unos cuantos.

En este sentido, 1994 fue un año de consolidación para el grunge (Nirvana y su Unplugged, Vitalogy de Pearl Jam, Hole con Live Through This, Soundgarden y Superunknown y aquel Without a Sound de Dinosaur Jr) y para el rock alternativo norteamericano en general (Crooked Rain, Crooked Rain de Pavement, Weezer de Weezer, Mellow Gold de Beck, Bakesale de Sebadoh, Starlite Walker de Silver Jews, Roman Candle de Elliott Smith). También para el punk rock: Dookie de Green Day, Smash de The Offspring y Stranger Than Fiction de Bad Religion.

1994 fue también, según el NME, el año en que la “la Costa Este reclamó el hip hop”, con los lanzamientos de Ready to Die de The Notorious B.I.G., Illmatic de Nas, Tical de Method Man, Hard to Earn de Gang Starr y Southernplayalisticadillacmuzik de OutKast. ¿Más? Fue también en 1994 cuando el periodista Simon Reynolds acuñó la etiqueta “post-rock” en una reseña de Hex de Bark Psychosis, y ahí fueron a parar otro montón de discos publicados ese año a ambos lados del Atlántico, como D.I. Go Pop de Disco Inferno, Mars Audiac Quintet de Stereolab y los debuts de Tortoise y de Flying Saucer Attack.

Pero, sobre todo, y esto es lo que más le pone al NME, 1994 fue un año fundamental para el estallido histérico del brit-pop y de la escena electrónica británica. Entre los ejemplos de lo primero hay legión: Definitely Maybe de Oasis, Parklife de Blur, His 'n' Hers de Pulp, Dog Man Star de Suede y The Holy Bible de Manic Street Preachers, todos publicados ese año. Entre los segundos, el escalofriante debut de Portishead (Dummy) y de Protection de Massive Attack, de Music for the Jilted Generation de The Prodigy, Lifeforms de The Future Sound of London, Dubnobasswithmyheadman de Underworld y Selected Ambient Works Vol. II de Aphex Twin.

¿Todavía hay más? Sí, algunos discos que se resisten a las categorías anteriores pero considerados por el NME igualmente influyentes, como The Downward Spiral de Nine Inch Nails y Grace de Jeff Buckley, además de la aportación de dos maestros del negro: Let Love In de Nick Cave & the Bad Seeds y las American Recordings de Johnny Cash.

¿Que en el resto del mundo pasaron cosas? Sin duda. Pero esto es el NME y tienen todo el año por delante para seguir dando la matraca anglófila y una excusa a la que agarrarse para seguir rellenando portadas a costa de nuestra nostalgia. Serán sinvergüenzas. Y ojo al año que viene, que les toca 1995.

CANCIÓN DE LA SEMANANeneh Cherry: Everything

Everything

Sorpresa, sorpresa: el 25 de febrero, Neneh Cherry pondrá fin a un silencio de ¡18 años! con la publicación de un nuevo álbum, Blank Project. La artista da continuidad así a una larga aunque intermitente carrera musical, que abarca desde el punk feminista y vanguardista de principios de los años ochenta (The Slits, Rip Rig + Panic) a musa involuntaria del trip-hop más elegante y sensual en los años noventa. Salvo contadas colaboraciones con otros músicos (la última el año pasado: un álbum de versiones con el colectivo de jazz The Thing), Cherry llevaba sin dedicarse en exclusiva a sí misma desde que publicó Man en 1996, un disco que parecía escrito por y para las mujeres a pesar de su título, y donde se recogían los que posiblemente fueron sus dos últimos éxitos: Woman y 7 Seconds, con Youssou N'Dour.

Cherry nunca trabaja sola y siempre ha sabido muy bien de quién acompañarse. Los encargados de arroparla en esta vuelta son, por un lado, el ubicuo y prolífico Four Tet (alias matemático del músico Kieran Hebden), que ha tomado los mandos como productor del álbum, y al que ya estamos acostumbrados a ver rodeado de gente de todo pelaje y condición, desde Omar Souleyman a Burial y Thom Yorke. Y detrás de ella, en todo momento, ha estado RocketNumberNine, dúo de electrónica con base en Londres formado por los hermanos Ben y Tom Page, en una colaboración que va más allá del concepto de banda de apoyo.

Por Blank Project, que ha sido grabado en 10 días en Woodstock (a dos temas por jornada con sus respectivas noches, según contaba Cherry en una entrevista para resumir un ambiente de trabajo donde ha reinado la inmediatez y la música poco cocinada), también se ha dejado ver Robyn como cantante invitada.

El pasado noviembre ya se pudo escuchar un primer adelanto de lo que está por llegar, la misteriosa Blank Project que da nombre al disco. Ahora es el turno de Everything, que viene a confirmar que Neneh Cherry no ha optado por la vía fácil y sí por volver asumir algunos riesgos: casi que habría que hablar aquí de colisión sonora, de cómo la calidez de la cantante se ajusta a un esqueleto rítmico hipnótico, de siete minutos y medio, donde apenas caben un ritmo huesudo y un sintetizador que florece frío como el cristal. Nada que ver con el suave trip-hop de antaño, tan cerebral como cabría esperar de una producción de Four Tet y en parte tan desafiante como siempre ha buscado ser la propia Neneh Cherry.

Por si Everything sabe a poco, la cantante ha colgado también un remix de la canción a cargo de Ricardo Villalobos y Max Loderbauer, que llega a los 10 minutos y que se puede escuchar aquí.

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DISCO DE LA SEMANATemples: Sun Structures

Sun Structures

Veinte minutos y cinco canciones, que es lo que duraba aquel Temples EP (2012), fueron suficientes para que estos británicos salidos de la nada nos convencieran de que el mundo necesita otra banda más de veinteañeros que se han aprendido de memoria las enseñanzas de los Beatles más alucinados, otros niños del siglo XXI capaces de imitar hasta las greñas y las ojeras de Syd Barrett. Para ser justos, en realidad el grupo necesitó mucho menos tiempo: sólo los tres minutos que dura su single de debut, Shelter Song (2012), una de esas canciones que se te agarra como un chicle a la suela del zapato y que no se va ni con lejía, y que el pasado verano se convirtió en melodía oficial del Festival de Benicàssim.

Su primer disco, Sun Structures (a la venta a partir del lunes) incluye todos los singles que ha venido publicando el grupo estos últimos meses y con el que ha ido calentando al personal: Keep in the Dark, Colours to Life y Shelter Song, además de las otras canciones incluidas en aquel Temples EP, como The Golden Throne, The Guesser y Sun Structures. Es decir, material de primera, que ya ha demostrado su eficacia de sobra y que no necesita que nadie salga en su defensa porque es capaz de defenderse él solo.

Por fortuna, el resto del disco funciona igual de bien y ya se puede decir que Temples aguantan la mirada a otros revivalistas de los sonidos añejos como Tame Impala y Unknown Mortal Orchestra. Otra prueba: Mesmerise, lanzado hace unos días como tema de presentación del álbum, resume lo luminoso y lo bien medido que está Sun Structures. En general, sorprende la naturalidad con la que el grupo se ha autoproducido y ha sabido cómo sonar y dónde colocar todos esos (viejos) ganchos para atrapar al oyente, al que no le queda otra que caer rendido.

El disco entero se puede escuchar en streaming aquí http://www.npr.org/2014/02/02/267026216/first-listen-temples-sun-structures

VÍDEO DE LA SEMANA Ornamento y Delito: Carnaval Armado

Carnaval Armado

Presumiendo de teclados fiesteros, con vocación bailable y haciendo gala de nuevo de un sentido del humor envidiable, los cuatro gamberros que se esconden detrás del nombre de Ornamento y Delito han presentado esta semana Carnaval Armado, adelanto del que será su próximo disco, El espíritu objetivo, que se espera para marzo a través del sello Limbo Starr.

Según decía el propio grupo en su Facebook, el tema está “libremente (muy, muy, muy libremente) inspirado en Payasos en la lavadora de Álex de la Iglesia” y es “muy apropiado para un festival de verano o para prender fuego a Madrid”.

Lo que parecía un montaje casero hecho a partir de imágenes policiales repartiendo con la porra en diferentes manifestaciones termina por convertirse en un verdadero carnaval de cultura popular y de viralidad 2.0, una hoguera alrededor de la cual bailan los barbudos de ZZ Top, La Loca Academia de Policía (y la loca academia de policía local de Cerdanyola del Vallès), el rey Juan Carlos, Superman borracho, El gran Lebowski y los Beastie Boys en pleno Sabotage.

La letra apunta a la denuncia social (“Cuerpo indisciplinado / Sin identificar / Crece el motín urbano / Cáncer vial / Turba descontrolada / Masa criminal / Lo que pilla lo arrasa / Decapita a la élite / Nacional / Nacional” e “Interpretan mal los vídeos / Tergiversan las palabras / Y todo les da lo mismo / A la España invertebrada”), aunque al final lo que se impone es la fiesta, cierto espíritu fallero: “El boulevard de la hoguera / Arden como en San Juan / El pelele que se quema / Antes era del partido / De la urbanidad / De la paz social”.

Por si acaso, desde su discográfica envían junto al vídeo el siguiente mensaje del grupo: “Declinamos cualquier tipo de responsabilidad con respecto a este vídeomontaje. Si alguien se siente herido o incluso expuesto haciendo algo feo, debería preguntarse a sí mismo”.

SESIÓN DE LA SEMANAEcos del Gueto: Psicosis Tropical

Psicosis Tropical

Detrás del colectivo Ecos del GuetoEcos del Gueto están el periodista Víctor Lenore y el sociólogo Isidro López. En sus propias palabras, “Ecos de Gueto es un proyecto que analiza y difunde música surgida en las periferias de las grandes megalópolis en ambos hemisferios. En estos espacios, asistimos a la explosión de géneros como el reguetón, el funk de las favelas, la champeta, el moonbathon, etc, en los que se expresan tanto las condiciones de vida en las ciudades-miseria como las de su superación, mientras la industria musical trata de rentabilizar ese enorme laboratorio de sonidos que son los barrios populares”.

A ambos les hemos visto explicar las ideas que hay detrás de su proyecto en conferencias en festivales como Zemos98 y también a golpe de música, en sesiones sudorosas y mixtapes con las que es difícil no menear el cuerpo. Para esta décima entrega, titulada Psicosis Tropical, han reunido al mexicano Javier Estrada (responsable de la imprescindible serie Ritmos del mundo), al puertorriqueño DJ Bass y al serbio Neki Stranac, entre otros, y han encontrado hueco para clásicos latinos (el Lamento de un guajiro de Fania All Star convenientemente actualizado por Uproot Andy) y hasta para una versión loquísima (y van...) del Get Lucky de Daft Punk.

CONCIERTO DE LA SEMANA

Sonic Boom en Madrid

A Peter Kember, más conocido como Sonic Boom, se le conoce sobre todo por su trabajo junto a Jason Pierce (Spiritualized) como astronautas del espacio interior en Spacemen 3 y por ejercer de productor de bandas como MGMT y Panda Bear. Pero también por poner en marcha dos proyectos sonoros de lo más interesantes como son Spectrum y E.A.R. (Experimental Audio Research), donde ha dado rienda suelta a su obsesión por la repetición, a su vena más experimental con las estructuras y a la práctica libérrima de todo tipo de conexiones entre el pop, la psicodelia y la música electrónica.

Kember visita Madrid este sábado con un show en el auditorio del Espacio Fundación Telefónica basado en versiones electrónicas de Spacemen 3 y de Spectrum, así como en piezas de Experimental Audio Research, lo que puede ser una buena oportunidad para hacer una aproximación a todo su espectro sonoro y conocer de cerca su manera de trabajar el sonido. Según los organizadores, los visuales juegan también un papel fundamental en el espectáculo.

El concierto es este sábado a las 20 horas en el auditorio del Espacio Fundación Telefónica. La entrada es gratuita y la inscripción está abierta desde ayer.

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