El 'Chup Chup', la canción que desahogó a la sociedad asturiana de la mina y la heroína
A principios de los años 90, una ciudad asturiana llamada Xixón (Gijón en castellano) se convirtió en un hervidero cultural. O, por lo menos, así lo reflejó la prensa musical y de tendencias del momento. En el 'Seattle español' se formaban grupos como churros y la actividad en los locales de ensayo era, si no frenética, agitada.
De entre aquella maraña surgió la banda Australian Blonde. Fue la que consiguió llegar al público masivo gracias a su canción Chup Chup, incluida en su primer disco Pizza Pop (Subterfuge, 1993) que este año celebra su 25 aniversario. Primero aclamada por la industria -ganó el concurso de maquetas de la Sala Maravillas y llegó a la final del de Rockdelux- dieron el salto al mainstream con su aparición en la película Historias del Kronen (Montxo Armendáriz, 1995) y en un posterior anuncio de Pepsi.
Fran Fernández (ahora también conocido como Francisco Nixon) es el guitarra y vocalista del grupo. Recuerda con eldiario.es que “es una de las primeras canciones que escribí para Australian Blonde, si no la primera. En aquella época, íbamos mucho a conciertos de grupos locales y uno de los que más me gustaban eran Los Sangrientos, el grupo del que con el tiempo se convertiría en nuestro productor y guitarrista, Paco Loco”.
Y continúa rememorando que “ellos tenían una canción bastante antigua, de la época en la que todavía tenían una cantante femenina al frente, titulada I Like You (en nuestro tercer disco grabaríamos una versión de esa canción). El estribillo era algo así como ”I like you, tu, tu, tu, baby I like you“. Después de un concierto suyo en una cervecería cerca del parque Isabel la Católica, llegué a casa con esa melodía y me imagino que construí la canción a partir de ahí”.
El triunfo alcanzado con su primer disco puso unas expectativas de ventas y de crítica muy altas para sus próximos trabajos. No las alcanzaron pero sí consiguieron mantenerse en el circuito del 'indie' (signifique lo que signifique esa etiqueta ahora, durante los 90 y primeros 2000 estaba claro cuáles eran sus bandas). Actuaron en festivales como el FIB, el Dr. Music o el Festimad y siguieron publicando discos hasta el 2014. Pero el Chup Chup sigue ahí, como estrella del repertorio.
“Una vez en Vigo llegamos a tocarla 15 veces seguidas. Es verdad que hubo una época en la que intentamos que la gente nos recordara por algo más que esa canción, pero con el tiempo hemos nos hemos hecho a la idea de que para la mayoría del público somos poco más que un One Hit Wonder”, explica Francisco.
Y añade que “muchas veces he intentado hacer canciones menos pop 'para que me tomaran en serio', pero luego me di cuenta que estaba haciendo el tonto, que debía componer según mi sensibilidad y que si tenía facilidad para las melodías tarareables, era algo que no debía evitar”.
Una vez pasó en Xixón
“Si les preguntáis en estas entrevistas que vais a hacer si pertenecían al Xixón Sound, muchos os dirán que no, lógicamente, que aquello fue una etiqueta que les pusieron porque nadie quiere pertenecer a un movimiento”, explica Juanjo Mintegui, del Taller de músicos de Gijón al principio del documental Cambia de vida: el viaje del Xixón Sound (Esgaya, 2005).
El filme interroga durante 2003 y 2004 a los y las integrantes de grupos como Nosoträsh, Penélope Trip, Manta Ray, Undershakers o Dr. Explosión. Y la predicción de Mintegui se cumple: que las bandas tocaban estilos diferentes, que no había un sonido propio y que aquello fue una invención de la prensa musical son efectivamente las respuestas generales.
José Luis García, cantante y guitarra de Manta Ray, afirma contundente en él que “aquello era muy gracioso. Parecía que nos estábamos forrando. Fue un boom mediático. Las putas revistas de tendencias que tenían la necesidad de encontrar algo. El País de las Tentaciones, el gran salvador de la tendencia del Estado. Aquello era una mierda, porque nosotros vendíamos 2.000 o 3.000 copias”.
Más suave y con otra visión, Francisco Fernández explica que “mi sentimiento en aquella época fue que nos tocó cabalgar una ola que no habíamos creado nosotros. Me refiero naturalmente a todo aquello del rock alternativo, indie, o como lo quieras llamar. Quizá el acierto que tuvimos en Gijón, gracias principalmente a la visión de Luis Mayo (cantante de Screaming Pijas) y Roberto Nicieza (director del sello Astro y miembro de Australian Blonde), fue la de presentarnos desde el principio como una escena. La prensa compró el discurso y, aunque luego pudo generar cierto rechazo, sirvió para 'poner Gijón en el mapa', como se suele decir. Yo fui el primer sorprendido de que algo así pudiera funcionar, pero lo hizo”.
El bar La Plaza era el lugar en el que coincidían todos y todas las protagonistas de aquella escena-sonido-movimiento o lo que fuese aquello. Su propietario es Nacho Álvarez, bajista de Manta Ray, que abrió el pub junto a su pareja de entonces Carmen González sin más pretensión que la de ganar dinero para vivir. Allí empezaron a parar los miembros de Penélope Trip y poco a poco fueron uniéndose el resto de integrantes de las bandas del momento.
Precisamente, el grupo que puso de moda el garito también fue el embrión a partir del cual nacieron el resto de formaciones. Penélope Trip compartía su local de ensayo e incluso sus instrumentos con aquellos que se empezaban a interesar por la música y gracias a esas facilidades el número de bandas empezó a multiplicarse. Había ganas de música y diversión.
En muchas ocasiones se ha señalado la falta de mensaje -incluso por integrantes de la propia escena- de aquella música indie. Hay que tener en cuenta que la sociedad asturiana, sobre todo en lugares como Gijón o las cuencas mineras, estaba saliendo de tiempos muy duros debido al desmantelamiento y la posterior y fallida reconversión de la industria minera y metalúrgica, así como de la invasión de la heroína. Parecía que la tensión empezaba a diluirse dentro de lo que era posible y lo que se buscaba era el desahogo.
Tampoco significa que no hubiera ningún tipo de compromiso político. Lo explica Xabel Vegas, batería de Manta Ray, en una entrevista con Pablo Texón con motivo del 20 aniversario de La Plaza en 2012: “Sí lo había y lo hay. Algunos de nosotros somos muy activistas en el compromiso social y político. Tampoco nos gustaba en exceso esa idea de banda comprometida y que tenía que pronunciarse ante todo. No nos gustaba porque también lo teníamos asociado a otras escenas que a veces pecaban de escorarse demasiado hacia lo panfletario. Pero sí que existía ese compromiso y aunque faltaba en grupos de aquella época, a finales de los 90 o primeros 2000 sí que hubo un movimiento de reacción y varios grupos empezaron a darse cuenta de que era necesario”.
Indie español
IndieLo cantan Las Odio ahora, pero ya lo reivindicaban hace 20 años las mujeres del Saison Saun, como dijo una vez Jesús Ordovás creyendo que era un nombre en inglés. En un mini-documental suyo emitido en La 2 de TVE, Cova de Silva, hasta entonces batería de Penélope Trip, explica cómo las que hasta entonces habían sido fans, amigas o novias de los integrantes de la escena decidieron coger los instrumentos.
“Son estas cosas a las que a posteriori les encuentras sentido, pero en su momento las haces porque te apetece. Parece que estamos todo el rato persiguiendo a los hombres: vamos a sus conciertos, les subimos y les bajamos en coche cuando necesitan ir al local... si a nosotras nos gusta la música ¿Por qué no pasamos también a la acción?”. Con dicho planteamiento nació Nosoträsh, que ganó el concurso de maquetas de Rockdelux junto a RCA en 1995.
“Nos hemos encontrado con muchos gilipollas o malos entendidos por ser chicas. Tipo ”Ah ¿pero tocáis en directo?“, ”¿No hacéis playback?“, que era cómo ¿pero tú la furgoneta que ves ahí fuera y de la que hemos descargado los instrumentos ¿Para qué te crees que es?”, declaró Beatriz Concepción en Cambia de vida: el viaje del Xixón Sound. Junto a ellas estaban Undershakers -de las que después nacería el proyecto alternativo de las hermanas Álvarez Pauline en la playa- y las dos bandas se hicieron fuertes y visibles dentro de la escena. Incluso más que otros de los grupos a los que antes solo iban a ver.
Pocos a excepto de Dr. Explosión que, con integrantes renovados, siguen haciendo giras o Australian Blonde, que están preparando nuevas canciones y quieren sacar nuevos discos, siguen estando en activo a día de hoy. Si el Xixón Sound fue sólo una etiqueta inventada por los medios o una escena verdadera puede ser un debate eterno. Pero la auténtica verdad es que en los años 90 en Gijón pasó algo importante y hay discos que lo demuestran.