Diez actores poseídos por el espíritu de una leyenda del rock
Mik Jagger y Martin Scorsese han encontrado un lugar común. Parece que los dos maestros han apostado por la adaptación al cine de la vida de las grandes estrellas musicales. A saber: juntos van a producir una serie para la HBO ambientada en el universo del rock de los años 70. Esperando a que Martin se decida a dar forma al biopic de Frank Sinatra, que tanto juego le dio a Gay Talese, es Mick Jagger en solitario quien con más ahínco se ha sumergido en la galaxia cinéfilo-musical.
Después de su otro estreno para la cadena norteamericana, el documental Mr. Dynamite: The Rise of James Brown, el líder de los Rolling Stones ha producido Get On Up, que se estrena el viernes en España. Aparte del desastroso doblaje, por cierto, la traducción española hace que pase a tener el nombre de una canción (Get on Up) a tener el de otra (I Feel Good), quizá porque en España quedaría un poco descontextualizada como en aquel famoso anuncio.
En esta ocasión es Chadwick Boseman quien da vida a Brown. El actor de 38 años –aunque parezca tener alguno menos– es prácticamente un desconocido. Aparte de una película sobre los Panteras Negras prevista para 2016 y otro biopic (esta vez sobre un jugador de béisbol) que aún no se ha estrenado en España, no hay nada reseñable en la carrera de este actor. Con I feel good entra en un club de actores muy especial: los que han sido poseídos por el espíritu de una leyenda del rock. Rápidamente aparecen algunas imágenes como la de Val Kilmer haciendo de James Morrison, Jamal Woolard rapeando en una buena caracterización de Notorious B.I.G. o Gary Oldman dando vida a Sid Vicious. Estos son nuestros favoritos.
Cuando Bette Milder encontró a Janis Joplin
Aunque en The Rose (1979) adoptase el nombre de Mary Rose Foster, se trata de una historia inspirada en la vida de la Bruja Cósmica. Entre otras cosas se nota por el hecho de que la banda sonora y la canción principal sean The Rose. La inesperada actuación de Milder, que consiguió asimilar el espíritu trágico y rebelde de la malograda artista, le valió una nominación a los Oscar. Además, el film obtuvo otras tres candidaturas.
Sam Riley es Ian Curtis
El entonces inédito actor (más tarde visto en la adaptación de Kerouac al cine con On The Road), se enfrentó a la compleja vida interior del precoz y malogrado líder de Joy Division. Control (2007) se llevó el BAFTA al mejor guión, así como los premios a su director en Cannes. De hecho, no se trata de la única filmografía sobre Curtis, quien también aparece en 24 Hour Party People24 Hour Party People o, lógicamente, en el documental Joy Division. Pero Sam Riley es el Curtis más Curtis de todos, un caso de posesión casi demoníaca. Es difícil, mirando las escenas de directo, distinguir al actor del original.
Jamie Foxx como Ray Charles
Ray (2009), versión del genial músico de Georgia, le valió a Jamie Foxx para hacerse con el Oscar al mejor actor. La caracterización es realmente buena y, lo que es más raro e impresionante, las versiones de las canciones de la película las canta el propio actor. Un virtuosismo que le sirvió más adelante para colaborar con su colega Kanye West.
Joaquin Phoenix y los altibajos de Johnny Cash
La muerte de su hermano en la niñez, las dificultades para abrirse un hueco en el mundo del country, las drogas y por fin y gracias a Dios, encontrar a June Carter. I Walk The Line (2005) recorre las etapas de la vida de Cash a quien Joaquin pone voz incluso cuando canta y lo hace realmente bien. En este caso su actuación le valió una nominación al Oscar, aunque fue su coestrella Reese Witherspoon la que se alzó con la estatuilla tras interpretar al amor definitivo del hombre de negro.
Cate Blanchett (y alguno más) haciendo de Bob Dylan
Todd Haynes dirige esta extraña película –I'M Not There (2007)– y le hacen falta seis actores para interpretar las distintas etapas en la vida de Dylan. Con un cariz surrealista, la premisa parte desde la historia de un niño afroamericano que admira a Woody Guthrie, pasando por la etapa religiosa interpretada por Christian Bale o incluso la versión mujeriega del artista encarnada por Heath Ledger. Sea como fuere, paradójicamente es la australiana Cate Blanchett la que borda al cantante, mostrando la parte más ambigua de Zimmerman. Fue su pasaporte al Globo de Oro y una nominación al Oscar.
Sissy Spacek calca a Loretta Lynn
La artista de country se casó con 13 años y a los 20 ya tenía cuatro hijos. Sissy Spacek, conocida por sus actuaciones en Carrie o Malas Tierras cuando apenas era una adolescente, encarna en Quiero ser libre (1980) a la Loretta que un día rompió con los lazos familiares de la América profunda para convertirse en la gran estrella del momento. Spacek, que fue aclamada por la crítica, interpreta con su propia voz las canciones originales e incluso llegó a actuar mano a mano con la cantante en algún show antes del estreno de la película.
Forest Whitaker trompetea a lo Charlie Parker
Drogas, alcohol e irreverencias. Como tantas veces se ha visto, el éxito repentino de un artista y su ascenso al estrellato a menudo se convierten en descontrol y descenso a los infiernos. De esto se aprovecha Clint Eastwood para dar forma en Bird (1988) a la película, acompasando la magnífica interpretación de Whitaker (mejor actor en Cannes) con una banda sonora espectacular de jazz de los 40.
James Stewart se viste de Glenn Miller
Con personajes como Louis Armstrong, Gene Krupa o Ben Pollack interpretándose a sí mismos, Música y lágrimas (1954) toma forma a medida que se adentra en la escena del swing de la primera mitad del siglo XX. Stewart da vida a uno de los más influyentes músicos de la época, cuya boda fue celebrada por todo lo alto como si de un concierto de jazz se tratase. La película incluye temas inolvidables como Moonlight Serenade y Over the Rainbow, interpretadas por el propio Glenn Miller.
André 3000 o la vida temprana de Jimi Hendrix
Este año se estrena el biopic del mejor guitarrista de la historia: el actor André 3000, más conocido como el 50% del formidable dúo Outkast, se convierte en el prodigioso Jimi Hendrix. All is by My Side (2014) no ha recibido unas críticas demasiado positivas y, entre otras cosas típicas del género, no podrá incluir las canciones de la etapa más consagrada del artista porque la familia de Hendrix, heredera de sus derechos de reproducción, las ha vetado para esta película. Habrá que conformarse con escuchar su primeros temas o con las versiones de los Rolling Stones y otros grupos.
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