Agenda musical de la semana

Disco de la semana: Delorean -Apar-

Advertencia para cool hunters: no se debe esperar del esperado nuevo disco de la banda vasca Delorean una ruptura radical con el formidable Subiza (2010). Afortunadamente, tampoco una repetición de la chispeante fórmula que les ha convertido en uno de nuestros mejores valores dentro y fuera de España. Sí que hay una mayor aproximación al estándar de canción pop, lo que se ha traducido en la incorporación de bajos y guitarras reales y un mayor peso de las letras. Las de Apar nos hablan de inestabilidades y rupturas emocionales en un contexto de inestabilidades aún mayores. Seguramente por eso el fantasma de la inmortal Europe Endless de Kraftwerk sobrevuele el tema de apertura, Spirit. La co-producción de Chris Zane ha contribuido a que sus canciones suenen más potentes que nunca, aunque igual de luminosas y expansivas.

Quizá el componente hedonista se haya perdido en el proceso. No es que la banda abandone la pista de baile, como queda claro en dianas inapelables como Destitute Time y sus baleáricos coros, pero cuando bajan los bpms en temas tan redondos como Walk High o Your face es imposible no acordarse de los Prefab Sprout del From Langley Park to Memphis.

Canción de la semana: Goldfrapp -Annabel-

Es ya mítica la capacidad del veterano dúo inglés para desconcertar a fans y crítica con cada lanzamiento discográfico, aunque no siempre den en la diana. Si se te quedó cara de empate a cero con el fofo synth-pop de Head First (2010) seguramente vuelvas a perdonarles con Tale of us, su nueva colección de piezas minimalistas grabadas casi a pelo (guitarras, cuerdas y poco más) en lo más recóndito de la campiña inglesa. O sea, como la facción más lánguida de su estupendo debut Felt Mountain (2000) pero sin su carga cabaretera.

Sirva de ejemplo esta formidable Annabel, una nana gótica y expresionista que parece extraida de la banda sonora de algún olvidado giallo de los 70. Tan agridulce y melancólica que la podemos almacenar en la lista de clásicos (que no lo fueron) otoñales, entre Lie in the sound, de Trespassers William y Love songs on the radio, de Mojave 3.

Clásico de la semana: Stevie Wonder -Innervisions

El discurso promocional caló tan hondo que muy pocos se atrevieron a discutirle a Michael Jackson su título de rey del pop. Sin ánimo de restarle méritos a Jacko, la excelsa discografía de Stevie Wonder en la primera década de los 70 merecería al menos una petición en Change.org para convertirle en aspirante legítimo al trono. Ya con Talking Book (1972) dio el primer aviso: el ex-niño-prodigio de Motown andaba sobrado de talento y quería volar por libre. Innervisions, publicado en agosto de 1973, le confirma como el más fertil visionario de la música pop del momento. Y sólo tenía sólo 23 años. Innervisions es un firme paso adelante en su carrera que le llevó no sólo a ocuparse en solitario de la producción y composición; también tocó todos los instrumentos en la mayoría de canciones. Sin desprenderse del todo de su alma soul, insufló fraseos jazzísticos, cuerpo sintético y hasta unas gotas de salsa (la irresistible Don't You Worry 'Bout a Thing) para revestir unas letras a medio camino entre la decepción por los sueños rotos de los 60 y la furia de los años de Nixon; un dietario desencantado y poliédrico que navega entre la desnuda calidez de Visions y el descaro funky de Jesus Children of America -chúpate esa, George Clinton-. Pero LA canción de Innervisions es Living for the city, una sobrecogedora crónica de realismo sucio y terrorífico crescendo final puntuada por un inolvidable palmeo hipnótico.

Videoclip de la semana: Arcade Fire -Reflektor

Después de la exagerada campaña de promoción con la que nos han acosado durante las últimas semanas, no debería extrañar que Arcade Fire presenten dos videoclips distintos para su nuevo tema, Reflektor. El que no te cansarás de ver en cadenas musicales lo ha dirigido Anton Corbijn, y cuenta con algunos de sus principales rasgos de estilo: blanco y negro inmaculado, un punto onírico y un discurso narrativo articulado en base a la presencia de objetos icónicos (aquí, bolas de espejos). No demasiado lejos, en realidad, de los vídeos que rodó para Depeche Mode entre 1986 y 1997. Pero la palma se la lleva el corto dirigido por Vincent Morisset, en realidad más una experiencia interactiva que un videoclip al uso. Si navegas con Chrome y tienes un ordenador con webcam y un móvil o tableta (también vale el puntero del ratón) puedes controlar los diversos efectos holográficos que incluyen la mayoría de escenas e incluso aparecer en pantalla. Lo mejor es trastear con la web que aloja el experimento: https://www.justareflektor.com/

Festival de la semana: BAM

Si la crisis, las vacaciones o los festivales te han dejado sin un euro, siempre te queda el consuelo de despedir el verano de nuestro descontento escuchando música en directo y gratis. Esta siempre ha sido una de las señales de identidad del Barcelona Acció Musical (o BAM, como se le conoce popularmente al festival), que entre el 20 y el 23 de septiembre celebra nueva edición en escenarios instalados en La Antigua Fábrica DAMM, el Parc Fòrum o la Plaça Reial. Es cierto que la programación es algo menos arriesgada que otros años, pero siempre hay motivos para dejarse caer por Barcelona, ya te guste el brit-pop de Miles Kane, las descargas de furia sónica de Triángulo de amor bizarro y Disco Las palmeras! o el indie de radiofórmula de Miss Caffeina y Supersubmarina.

Nosotros recomendamos no perderse los conciertos de los mallorquines Oso Leone, que presentan el hipnótico Mokragora, Animic y su oscuro y desolado nuevo repertorio y Los hermanos Cubero, con su desacomplejado folk-rock de raíces propias y ajenas.