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No solo en el Rototom: los conciertos vetados por la AVT y el PP

Matisyahu fue cancelado y con él se abrió la Caja de Pandora. El pasado lunes, el festival Rototom Sunsplash de Castellón anuló su concierto (previsto para el sábado 22 de agosto) y desde entonces, un alud de opiniones procedentes de todos los ámbitos han levantado tanto polvo como granos de arena hay en la playa de Benicàssim, lugar en el que se celebra el festival. En la tarde de ayer, los mismos organizadores dieron marcha atrás y el Rototom volvió a aceptar al cantante en la misma fecha y hora asignadas inicialmente.

Todo partió de una campaña iniciada la semana pasada por BDS País Valencià, que acusó al artista en Facebook de “sionista” y de “justificar un Estado -Israel- que practica el apartheid y la limpieza étnica”, en parte basados en declaraciones personales del artista negando la existencia de Palestina. Varios días después, el Rototom ratificó las palabras de la organización y pidió a Matisyahu grabar un vídeo o escribir una carta declarando su apoyo al pueblo de Palestina, cosa por la que el judío no pasó. “Me han intentado coercionar para hacer declaraciones políticas”, declaró. Entonces llegó la cancelación y con ella, el terremoto mediático.

Podemos expresó su “respeto” por una decisión “coherente” e IU celebró que la presión por el boicot tuviera éxito. PP, Ciudadanos y UPyD se apresuraron a clamar al cielo y condenar el veto al concierto, ya que consideraron la decisión “antisemita” y “discriminatoria”. El PSOE anunció que la decisión era un “precedente peligroso”, “desgraciado” y “desdichado”.

Censura made in PP

Esperanza Aguirre declaró en la mañana de ayer que la decisión del Rototom Sunsplash de cancelar la actuación era “intolerable” y que se trataba de una “censura” originada por las presiones “de los antisemitas”. Quizá Aguirre no recuerde que en julio de 2012, siendo ella presidenta de la Comunidad, el concierto que pensaban dar Reincidentes, Porretas, Boikot y Yesca en Casarrubuelos fue cancelado. Anteriormente, en el año 2006, el grupo vasco Berri Txarrak también vio anulada la actuación que tenían programada en Rivas Vaciamadrid.

Pero fue sin duda 2013 el año fatídico en la Comunidad de Madrid en cuanto a conciertos se refiere. Dos festivales y más de 10 artistas vieron suspendidas sus actuaciones. El presidente de la Comunidad, Ignacio González, canceló en enero el concierto Irreductibles Fest, que en un primer momento iba a tener lugar en la Sala Rock Kitchen. Tras la prohibición de las autoridades, fue finamente el CSO La Traba quien cedió sus instalaciones a un festival cuyo fin era el de recaudar dinero para los detenidos en la huelga general del 14N del año anterior. Artistas como Los Chikos del Maíz, Arma X, Habeas Corpus, Boikot  y Non Servium fueron censurados por “motivos de seguridad”.

En mayo de 2013 ocurrió algo parecido. Esta vez fue la Junta del Gobierno Municipal de Alcalá de Henares la que prohibió la actuación de Fermín Muguruza en el festival Planet Babylon que se iba a celebrar en junio de ese mismo año. La interpretación del artista vasco suponía “una vulneración de los valores y normas de convivencia propugnados en nuestra Constitución”. También ese mismo año, la sala Caracol canceló un concierto del grupo H Kanino por supuestas presiones por parte de la policía.

La última muestra de censura ha tenido lugar hace apenas cinco meses. El grupo vitoriano Soziedad Alkoholika iba a dar un concierto el sábado 14 de marzo en el Palacio de Vistalegre, pero el Ayuntamiento de Madrid vetó la actuación. La delegada del Gobierno, hoy presidenta regional, Cristina Cifuentes, solicitó a la Fiscalía que estudiase suspender el concierto, cosa que finalmente consiguió. Entre los motivos, la institución esgrimió una sentencia de 2007 del Tribunal Supremo sobre una querella que la AVT (Asociación de Víctimas del Terrorismo) interpuso contra el grupo por contenido “humillante e indignante” en algunas de sus canciones. El Supremo desestimó la queja.

Soziedad Alkoholika y Def Con Dos, en el punto de mira

La de marzo no fue la primera vez que un concierto de S.A. resultó cancelado. Ya les ocurrió en otras ciudades como Salamanca, Badajoz o Leganés. Suele pasar que la suspensión preventiva funciona bien en estos casos y las autoridades, una y otra vez remiten a los altercados que se produjeron en el Aupa Lumbreiras en 2014 en Alicante. Allí, S.A. compartió cartel con otros grupos “conflictivos” como Rosendo, Porretas o Def Con Dos.

Apenas tres semanas después de la anulación del concierto de S.A. en Madrid, el Ayuntamiento de Toledo prohibió otra actuación, esta vez de los gallegos Def Con Dos. Por segunda vez en su carrera y por segunda vez en la misma ciudad, el grupo vio censurada su actuación en la sala La Pasarela. En marzo de 2009, el Consistorio cedió ante una queja del Arzobispado toledano.

Libertad de expresión, ¿seguro?

Hay una larga lista de artistas afectados por esa “censura” que denunciaba Esperanza Aguirre. Piperrak y Lendakaris Muertos fueron denunciados por la AVT en 2009 en el marco del festival Extremusika. La Asociación también denunció al grupo Su Ta Gar por un concierto que pensaban dar en Pamplona en abril de ese mismo año. Ninguna de las denuncias prosperó. La AVT fue la encargada en 2007 de llevar ante el Tribunal Supremo al grupo Soziedad Alkoholika.

La asociación presidida por Ángeles Pedraza también denunció en 2010 al grupo de rap político Los Chikos del Maíz con motivo del concierto que pensaban dar en Sevilla en abril. El periódico ABC llegó incluso a calificar a los músicos como “un grupo de rap abertzale” y el diario La Razón los definió como “proetarras”. Dos años más tarde, sufrieron, de nuevo en Sevilla, la cancelación de otro de sus conciertos y en mayo del año pasado los raperos vieron anulada la actuación que pensaban dar en el festival Cultura Inquieta de Getafe en julio.

Pablo Hasél es otro rapero perseguido. Denunciado por el alcalde de Lleida en 2011 por ensalzar en una de sus canciones a un miembro del PCE(r), fue detenido y condenado a dos años de prisión en marzo por enaltecimiento del terrorismo. También vio cancelado un concierto en Lleida en mayo del año pasado.

El artista catalán Albert Plá manifestó hace dos años en el periódico La nueva España que “siempre le había dado asco ser español”. La consecuencia fue que el PP pidió la cancelación del concierto que pensaba dar el 25 de octubre en Gijón y el Ayuntamiento de la ciudad asturiana lo estimó oportuno. Las declaraciones completas de Plá fueron las siguientes: “A mí siempre me ha dado asco ser español, como espero que a todo el mundo. Me gustaría que los catalanes fuéramos independientes y que en Gijón se estudiara catalán por cojones, igual que nos pasa a nosotros ahora”.