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España negra: aquí también hay soul

Una joven Aretha Franklin

Patricia Godes

Benidorm, 1970. Aretha Franklin pasea junto a la piscina del hotel con minifalda de cuero y botas. Ha venido con sus hijos pero se han olvidado los trajes de baño y anda preguntando dónde comprarlos para que puedan chapotear con los otros niños. Esta noche se celebra la final del XII Festival Español de la Canción y la actuación de la Reina del Soul será el fin de fiesta.

En 1970, el franquismo agonizante se debatía cono una fiera furiosa. Aretha, la voz de los derechos civiles que reclamaba respeto en su mayor éxito, se presentó en España antes que artistas más asépticos como John Mayall o King Crimson. En el mismo año del juicio de Burgos, hubo quien vio cantar en directo a la gran Aretha en España. Conocí a alguien que había estado allí de pequeña y recordaba con fruición: “Se te ponía la piel de gallina”.

Sus discos se editaban con regularidad, sus canciones sonaban en las discotecas y en la onda media radiofónica. La moda soul, como la de la llamada sicodelia, arrasó en una juventud ansiosa de libertad y nuevos pastos que no entendía muy bien las letras y seguramente imaginaba mucho más de lo que escuchaba.

Jazz en tiempos de cólera

La música negra fascinó a los melómanos de todo el mundo desde principios del siglo XX. En España, pronto las orquestas adoptan la nueva música con el mismo tono humorístico de “esto no va conmigo” de los grupetes pop de la post movida. Gómez de la Serna la equipara a las cacerolas y la orquesta de Sam Woodin actúa y graba en Barcelona. La idea de jazz como música de calidad acabará grabándose en nuestro ADN para siempre.

Los años 30 verán el nacimiento del Hot Club de Barcelona y se fundan las revistas Música Viva y Jazz Magazine. En plena posguerra, nacen los de Madrid y Valencia. También funcionarán Hot Clubs en Granada, Sevilla, etc. La revista Ritmo y Melodía mantiene a los aficionados al día de las novedades junto a las de música clásica y música ligera. En 1947, Don Byas se instala en Madrid y Barcelona, orquestas como la de Jaime Planas y la Casa Loma de Fernando García Morcillo hacen bailar a la juventud. Un tema de este trombonista, La vaca lechera, pasará a formar parte de nuestra tradición popular oral significativamente despojada, ¡eso sí!, de todo swing... Pero en Valencia la policía interrumpe con violencia una audición de discos en el Hot Club.

El sello barcelonés Belter adquiere la distribución de Atlantic en España. Desde finales de los 50, se editarán discos del Modern Jazz Quartet, Herbie Mann, John Coltrane y Ornette Coleman... Muy interesante sería una investigación para saber cuántos se vendían. La Discoteca Educativa Nacional se crea en los 60 bajo el patrocinio del Ministerio de Educación y Ciencia: un sello estatal que acabaría reducido a mero archivo de losdiscos descatalogados por las compañías para uso y disfrute de los colegios con discos de música clásica y también de Ella Fitzgerald, Louis Armstrong, Coleman Hawkins, Charlie Parker, etc.

En los 1966 dan comienzo los festivales de jazz Donosti y BCN. Por poner un ejemplo, Ornette Coleman dio su primer concierto en España en 1965 y Sun Ra y su Arkestra en 1970. Tete Montoliu se convierte en figura mundial y Django Reinhardt inspira el nombre artístico de un cantante melódico que será enormemente célebre.

Pequeños clubs y buenos músicos surgen por doquier. Entre ellos, el club de Jazz del Colegio Mayor San Juan Evangelista fundado en 1970. Dentro de la escena contracultural, los grupos de rock se fusionan con el jazz de última hora. Motivados por las inquietudes de estos jóvenes músicos, surgirán posteriormente talleres y escuelas muchas veces bajo la protección institucional. Polydor/Fonogram lanza ediciones de lujo de los álbumes recopilatorios de Verve.

La política de subvenciones culturales y patrocinios de los 80 y 90 producirá festivales de jazz espectaculares en todos los rincones del Estado hasta la crisis de 2008.

Reunión con soul

El libro de Martin Luther King Por qué no podemos esperar se traduce al castellano en 1964. En 1967 se empieza a oír el término soul en la radio. Atlantic cambia de distribuidora y el sello madrileño Hispavox conseguirá que los nombres de Wilson Pickett, Aretha Franklin, las Sweet Inspirations, Otis Redding y todo el catálogo de Stax se conviertan en comidilla. Por primera vez y en pleno conflicto intergeneracional, los adultos reconocen la calidad y dignidad de una música juvenil abriendo la puerta para el reconocimiento posterior de los Beatles y Pink Floyd.

En verano del 69, el Ministerio de Información y Turismo promociona una gira de varios grupos y cantantes afroamericanos canadienses y estadounidenses bajo el slogan Festivales de soul que recorre plazas de toros y localidades veraniegas.

Al calor de éxitos virales como Soul Finger de Bar Kays, sintonía de un programa musical, numerosos sellos empiezan a distribuir en el pequeño pero candente mercado español. Ekipo, sello fundado en Barcelona por Artur Mas (no relation) distribuye las producciones de Shelby Singleton, la quinatesencia del deep soul sureño, y recupera clásicos de r&b del sello Kent Modern de los 40 y 50. Cualquier crío de la época podía comprarse B.B. King o John Lee Hooker por 35 pesetas en el Simago de su barrio.

También en Barcelona, un gran aficionado al jazz y el blues, Paco Ortega (otro Paco Ortega) había fundado Discophon. Con La Marelu y Antonio Molina como figuras locales, contaba también con la distribución de varios catálogos internacionales: Vee Jay, Specialty, Scepter o Sonet, catálogo sueco de jazz. En los 70, adquiere Fania. Fernando García, hijo del citado García Morcillo, trabajó en Discophon desde 1978. Su tarea era la promoción de discos de Clifton Chenier, John Lee Hooker y Champion Jack Dupree entre otros. Aunque no puede decir a ciencia cierta cuál se ía el volumen de edición de un sello de estas características, Fernando explica su modo de funcionar: “Era una compañía pequeña pero tenía estudio, imprenta y fábrica. Hacían prensajes con vinilo más flojito y sacaban los discos a la venta con precios más bajos”.

Otras compañías se empeñaron en distribuir exquisiteces de sellos como Calla, Ronn/Paula, Sound Stage 7, etc. Y hasta tres compañías se empeñaron casi simultáneamente en saturar el mercado de los viejos discos de Kent Modern.

Soul de Barcelona es un término infantil de los 60 que se ha convertido en culto entre coleccionistas desde los años 90. Incluye producciones que se hicieron en los diversos estudios barceloneses durante la moda sesentera del soul a base de metales y síncopas funky- pachangueras: de Pulpa de tamarindo por Los 3 Sudamericanos a Mare Lola de Serrat.

Historias de la televisión

En 1965, Discorama era el programa de jazz que emitía TVE desde los estudios de Miramar en Barcelona. A cargo de Pepe Palau -uno de los fundadores del Hot Club de Valencia y el primero que se definió como disc jockey- y un presentador de continuidad, ofrecía actuaciones en directo de grandes del jazz como el Modern Jazz Quartet, Wes Montgomery, Coleman Hawkins o Nina Simone. ¿Increible? Pues es cierto. Comparado con la telebasura que nos idiotiza actualmente, cualquier tiempo televisivo pasado fue mejor.

En 1967, RCA española adquirió la distribución de Motown y lo celebra trayendo a las Supremes a TVE a hacer playback sobre su último éxito, The Happening. En el vuelo se les perdieron las maletas con sus preciosos trajes de lentejuelas y tuvieron que actuar con traje de calle, muy mod. En cambio, tocaron en directo Joe Tex y su grupo en el plató televisivo de Galas del sábado en 1969. Al Green y Ann Pebbles actuaron en playback en los 70 y Labelle hicieron con Raphael una delirante versión de Lady Marmalade en 1975. En YouTube están los videos.

Pero, un domingo algo después, una llamada interrumpió la emisión de una grabación de James Brown en el Olympia parisino: la esposa de alguna autoridad del Régimen escandalizada llamaba para frenar el atropello a la moral del Padrino del soul. También sonada y muy comentada fue en 1974 la retransmisión en diferido del concierto de Miles Davis en el Palau de la Musica Catalana del año anterior.

A lo largo de los 70, TVE emite refritos de programas norteamericanos en Voces de color, dedicado al soul, r&b y cabaret negro. Mientras, Jazz vivo ofrece en 1976 producciones propias y retransmisiones en directo. Los Four Tops hicieron playback en el programa de Iñigo con toda la energía de que eran capaces.

Sin llegar a la bonanza de los 60 y 70, en los años 80 no se interrumpió la racha de programas musicales. En 1991, las quejas por la supresión del programa Jazz entre amigos de Juan Claudio “Cifu” Cifuentes llegaron al Congreso de los Diputados. Pero las televisiones privadas ya habían sustituido los programas de música juvenil por programas de marcha y, en el milenio, los canales temáticos dieron el tiro de gracia a la televisión musical, uno de los medios más efectivos de difusión de diversos estilos. Las ventas de discos y la melomanía han sufrido las consecuencias.

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