Los himnos de la Transición: siete canciones para olvidar a Franco
Los cambios sociales siempre han estado estrechamente ligados a la música. Durante los años 70, la reivindicación de las libertades y los cantos de autor y de izquierda iban de la mano. Eso es algo de lo que se bebe actualmente. Sin ir más lejos, las marchas de la dignidad culminaron con la interpretación de la histórica Canto a la libertad de Labordeta por parte de la Solfónica.
La Transición se podía cantar. Ya fuesen temas que más tarde sonarían en las primeras campañas electorales tras la dictadura, como poemas de Miguel Hernández. Letras que en muchas ocasiones tuvieron que esperar para ver la luz, pero que no caducan y se siguen utilizando como himnos. El siguiente heptálogo pretende dedicar un espacio de protesta añeja sin menospreciar todas las que fueron y todas las que faltan.
Canto a la libertad
Esta canción de José Antonio Labordeta ha ganado simpatizantes a través de las generaciones y ha sido adoptada por muchas de nuestras históricas causas perdidas. Sin duda, oficial o no, los aragoneses la han acogido como himno para su Comunidad Autónoma. Es una realidad que va más allá de las ideologías o de los sentimientos circunscritos. Es un ritmo esperanzador que nos ha acompañado desde los años 70 hasta incluso, apurando, el sábado pasado.
La última interpretación multitudinaria del Canto a la Libertad por la Solfónica se entremezcló con los petardazos de las bolas contra los manifestantes y las sirenas de policía y ambulancias. Como decía Olga Rodríguez, “El contraste de la música, la gente huyendo y el sonido de los disparos fue una estremecedora metáfora”.
Al vent
Si la anterior es el reclamo de Aragón, esta canción de Raimon representó el reclamo de Valencia frente al franquismo. El germen de Al vent se puede situar a principios de los sesenta, cuando se celebró el quinto centenario de la muerte de Ausiàs March, uno de los adalides de la poesía en valenciano.
Sin meditarlo previamente, lo que comenzó siendo un homenaje que bebía también de Sartre y Camus y que centraba su queja en el maltrato de las lenguas en las universidades, se convirtió en todo un himno contra la dictadura. Su artífice atribuye el éxito al olfato instintivo e insubordinado de la adolescencia. Un fruto visceral que ha madurado a fuerza de revoluciones.
Libertad sin ira
Como casi todas, el canto despreocupado de Jarcha se identificó de la noche a la mañana con el tránsito hacia la democracia. Pocas de las canciones de la lista se pueden relacionar con la ideología o antecedentes de Suárez, pero esta es la elegida para poner acordes a sus panegíricos.
Libertad sin ira surgió paralelamente a la apertura de Diario 16, pero la letra estuvo inicialmente censurada. Los hippies nacionales, con barbas y pelos largos, pantalones de campana y guitarra en mano personificaban aquel sentimiento revitalizante que se vendía en las pancartas.
Al alba
Al alba estaba escrita para ser cantada en las manifestaciones. Aute dijo que la escribió con urgencia justo después de los fusilamientos de 1975, su valor reivindicativo era fundamental y el tiempo corría en su contra. Pese a ser uno de los cantautores más influyentes de nuestra historia, sus composiciones no las popularizó su guitarra.
Massiel lanzó lanzó a la fama Rosas en el mar y Aleluya nº 1. Y Rosa León -con un toque comprometido y reivindicador tras el franquismo- interpretó la famosa versión de esta. Fue un acierto porque que su implicación en la política le daba el valor trascendental que la letra requería: militaba en el PCE, un hecho muy significativo en aquella primera democracia.
Para la libertad
Serrat representa la censura y la lucha por las libertades. Ese etéreo concepto inspiró muchas de sus composiciones por las que fue vetado en radio y televisión y obligado a exiliar a México. Tras llevar el catalán -la lengua prohibida del régimen- a Eurovisión, el cantautor se convirtió en todo un mito para los soñadores de Cataluña. Este poema de Miguel Hernández se suma a otras como Tres heridas, Penélope y Hoy puede ser un gran día, que se convirtieron en himnos optimistas, compartidos y que alentaban la lucha, al igual que lo hizo el barcelonés.
España camisa blanca de mi esperanza
España camisa blanca de mi esperanza/ a veces madre y siempre madrastra / navaja, barro, clavel, espada. Ana Belén y su marido Victor Manuel compaginaban su oficio en los escenarios con la militancia en el partido comunista. Uno era el reflejo de lo otro y este poema de Blas de Otero es un himno para los nostálgicos. Un tema para aquellos que tuvieron en las manos, para que posteriormente les arrebataran, los años de -casi- luz política.
Habla pueblo habla
Vino tinto fue un grupo de estudiantes murcianos cuya trayectoria se asemejó bastante a la de Jarcha. Simplemente el final de estos fue bastante infeliz en comparación. De ellos se recuerda la canción Habla pueblo habla, que se hizo muy popular en diciembre de 1976 al ser empleada por el gobierno para apoyar la participación en el referéndum de la Ley para la Reforma Política. Su tono folk no trascendió mucho más allá, pero algunos melancólicos también recordarán Volver en vino, El viejo, Duerme negrito o Viejo capitán.