'Circles': el disco póstumo del rapero Mac Miller es un testamento tan desconcertante como atractivo
Mac Miller
Mac Miller
CirclesWarnerRAP-POP8Circles
“Soy demasiado jover para hacerme viejo”, canta Mac Miller en el segundo tema del disco, Complicated. Unas palabras que resuenan como la explosión en una habitación vacía al recordar la muerte por sobredosis del joven rapero de Pittsburgh en 2018. Circles es pues un álbum póstumo que refleja además el trabajo de Miller en su mejor etapa creativa, cada vez más alejado de la ortodoxia del rap y abrazándose a sonidos al ralentí abiertamente pop, con ecos de la música caribeña y el soft-pop setentero.
El productor del disco, Jon Brion, es un hombre con amplio curriculo que le ha llevado a trabajar con artistas tan dispares como Rufus Wainwright o Kanye West. Desde el fallecimiento de Miller se enfrentó al proceso de recuperar las grabaciones originales y terminar de llevarlas hacia el lugar que había acordado con el músico.
Brion recuerda así su encuentro: “Miller llegó y tocó cinco o seis temas. El material era muy orientado al hip hop, muy divertido y a la vez muy personal. La cosa ya iba en dirección correcta. Me dijo también que tenía otras ideas de las cuales no estaba tan seguro”. Unas ideas que finalmente se convertirían en el germen de Circles, la reinvención de una carrera truncada y sobre la que ya solo queda fantasear hasta dónde podía llegar. Especulaciones al margen, Circles es un testamento tan desconcertante como atractivo, en las antípodas del malditismo que se le podría suponer a un disco compuesto y registrado en semejantes circunstancias.
Biznaga
Biznaga
Gran pantallaSlovenlyROCK8Gran pantalla
Biznaga llevan un paso más allá su particular leyenda. El cuarteto asentado en Madrid había publicado hasta la fecha dos largos impecables, Centro Dramático Nacional (2014) y Sentido del espectáculo (2017), con los que habían definido con precisión el espectro estético en el que se mueve el grupo: rock de guitarras afiladas, cuasi punk por su urgencia sonora y también por el estilo vocal de Jorge que, en deuda con Iosu Espósito, mas que pronunciar palabras las escupe. Gran pantalla ha sido grabado y mezclado por Raúl Pérez en los estudios La Mina (Sevilla) y masterizado nuevamente por Tim Warren, fundador del sello punk-rock por excelencia, Crypt Records. Y el resultado de todo ello es un nuevo puñetazo a la mandíbula, doce temas en la línea que ya conocemos —si acaso todavía un poco más fieros y empastados— que rehusan hacer concesiones en busca de potenciales nuevos oyentes.
Donde sí llegan las novedades es en el apartado lírico de un álbum que gira alrededor de esa gran (pequeña) pantalla que sirve para dar título al disco y que convierte a nuestros teléfonos móviles en metáfora del control y la estupidez que dirige nuestras vidas a estas alturas de la Historia. De alguna forma Gran Pantalla viene a ser una representación sonora y a toda pastilla del libro El enemigo conoce el sistema de Marta Peirano: “La democracia es vigilancia y yo soy solo información” expresan en el tema que sirvió de avance del disco, 2K20, definiendo de alguna forma todo el álbum.
Las letras de Jorge Navarro dejan por un momento de lado la poesía urbana que caracterizaba los dos discos anteriores. En cambio las letras de Gran Pantalla ahondan en las heridas que nos condenan a la infelicidad, citando a Adorno, recuperando el mito de Narciso en versión 5G, y apuntando a los mecanismos de autodefensa del poder. Ahí está La pantalla: abusos, una canción sobre la Ley Mordaza y, en general, sobre como la combinanción de los sistemas judicial y policial puede llegar a llevarse por delante la vida de cualquier ciudadano de bien. Un álbum, en definitiva, tan estimulante como incómodo cuando grita con rabia que el Emperador va desnudo.
Los Enemigos
Los Enemigos
SuddenlySatéliteROCK8Suddenly
Seis años después de su reunión, Los Enemigos está de vuelta con cambios en la formación —David Krahe de Los Coronas sustiruye a Manolo Benítez, centrado en Los Porretas— pero intactas las señas de identidad que les han convertido en una de las más grandes bandas de rock en castellano de siempre. Registrado con la ayuda de Carlos Henández (Los Planetas, Triángulo de Amor Bizarro, Carolina Durante,…) Bestieza —título que hace referencia a quien actúa de manera insensata— es, de hecho un álbum que rezuma frescura y que llama la atención precisamente por su empuje, ideal para que cuando se cumplen 35 años de su formación, que se dice pronto, los actuales Enemigos disfruten como chavales sobre el escenario.
“El futuro fue, desapareció. Si es que alguna vez estuvo aquí, conmigo”. A Josele Santiago le ha llevado dos décadas terminar Siete mil canciones, el tema con el que se abre el disco y desde ya uno de los títulos que se suma al puñado de clásicos firmados por la banda emblema de lo que se dio en llamar “sonido Malasaña”. Más allá de lo contradictorio que puede resultar cantar esa líneas en un momento en que Los Enemigos están de vuelta rejuvenecidos y en plena forma, esa declaración de principios se convierte también en la reivindicación de una manera de entender la música popular asociada a otros tiempos. Una manera de entender la música popular que, a tenor de lo que se escucha en Bestieza, todavía resulta plenamente capaz de resultar emocionante y vitalista.
Bernard Parmegiani
Bernard Parmegiani
L'Œuvre MusicaleIna GrmCONTEMPORÁNEA9L'Œuvre Musicale
El sello Ina Grm reedita esta caja compuesta por 12 discos en formato CD y un libro de 92 páginas con la que se rinde homenaje a uno de los grandes nombres de la música electrónica del siglo XX, el francés Bernard Parmegiani. El box set incluye la práctica totalidad de su producción musical en el terreno de la música concreta en el periodo que va de 1964 a 2007 —Parmegiani falleció en París en 2013 cuando tenía 86 años de edad—.
Uno de los grandes referentes de la música acusmática, vertiente de la concreta que renuncia a la escritura musical y se centra en la grabación del audio, Parmegiani entró a formar parte del Grupo de Investigación de Música Concreta como alumno de Pierre Schaeffer. Allí permaneció investigando en las posibilidades de las grabadoras y procesadores de sonido digitales prácticamente toda su carrera, aunque su producción también se extiende a otros campos de ámbito más “comercial”, como la televisión pública francesa, el cine, el teatro o incluso la publicidad.
Los planteamientos musicales de Parmegiani le convierten además en uno de los músicos que durante el siglo pasado conecta dos tradiciones a menudo irreconciliables como son la música académica y la música popular, y su trabajo ha sido reivindicado por artistas como Aphex Twin o Autechre, que plantearon un homenaje a su trabajo en 2003, cuando el festival All Tomorrow’s Parties les encargó programar aquella edición
U.S. Girls
U.S. Girls
Heavy Light4AD / Popstock!POP7Heavy Light
Es interesantísimo el ejercicio de atender a la evolución musical de Meg Remy, una mujer que arrancó su carrera explotando las posibilidades del do it yourself con discos que abiertamente podrían calificarse de experimentales y que, conforme ha ido pasando el tiempo, se ha entregado a formatos mucho más accesibles, desde el pop esplendoroso de Half Free (2015) al soul-funk de In a Poem Unlimited (2018).
Heavy Light sigue un poco en esa línea. Registrado en los estudios Hotel2Tango, regentados por músicos de Godspeed you Black Emperor, Heavy Light retoma allí donde In a Poem Unlimited lo dejó: los dos primeros temas del disco, 4 American Dollars y Overtime explotan el sonido funk, vientos incluidos, de aquel trabajo. A partir de ahí el disco explora otras sonoridades, más intimistas y también en su mayor parte faltas de la potencia emocional que sí tenían los discos precedentes de Remy. Es el caso de And Yet It Moves / Y se mueve, experimento con fraseo en español (“Nos mienten sobre todo / Nos mienten sobre el ayer para que no entendamos el mañana”) a partir de un ritmo de aires cubanos, más curioso que musicalmente relevante.
No son efectivamente las mejores composiciones en la carrera de U.S. Girls, tal vez por la fórmula que Remy ha elegido para vestirlas, pero en cualquier caso se impone siempre su imaginario conceptual, entre reivindicaciones abiertamente feministas -State House (It’s A Man’s World)-, sentencias políticas y un tono sentimental a bocajarro.
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