Daddy Yankee se retira del reguetón, género que transformó gracias a un balazo
Ramón Luis Ayala, conocido mundialmente como Daddy Yankee, se retira. Lo hará con un nuevo disco titulado Legendaddy y tras recorrer el mundo en una ambiciosa gira. “De esta carrera, que ha sido un maratón, al fin veo la meta”, dijo el domingo el mayor exponente del reguetón. Su vídeo de despedida corrió por las redes sociales junto con el cartel de la gira que empezará en agosto y donde de momento solo anuncia fechas en EEUU y América Latina.
Desde el lanzamiento de su primer disco de impacto, Barrio Fino (2004), Daddy Yankee se convirtió en el indiscutible rey del reguetón por convertir un género originario del underground puertorriqueño en el más escuchado del planeta. El single de aquel álbum, Gasolina, sentó las bases del reguetón comercial que suena ahora. Ya entonces alcanzó el número uno en la lista de Billboard a nivel mundial y se colocó entre las más escuchadas de países sin costumbre musical latina, como Austria, Noruega y Países Bajos.
En 2007, Daddy Yankee la explicó a un crítico del New York Times la que creía que era la clave del triunfo del reguetón. “La radio solo quiere música fiestera, y es necesario para vender discos porque no estamos serios todo el tiempo. Pero tampoco nos sentimos felices todo el tiempo y a veces necesitamos escuchar un mensaje que nos haga pensar. Es un equilibrio”.
El tiempo le dio la razón y este género musical se empezó a imponer al pop y al rock en la radiofórmula y las plataformas digitales. En 2016 se convirtió en el estilo más escuchado en España y desde entonces solo ha sido superado por la “música urbana”, que incluye tanto ritmos latinos como trap o rap. Spotify señala que desde 2014, los artistas de reguetón han aumentado un 250% su popularidad dentro de la lista Global Top 100, y en ello también tuvo mucho que ver Daddy Yankee.
Despacito, la canción que lanzó junto al cantautor puertorriqueño Luis Fonsi en 2017, fue un éxito inmediato. Convirtió a Yankee en el artista más escuchado del año en Spotify y a su videoclip en el más visto de la historia de YouTube, con 7.786 millones de reproducciones. Para Fonsi es “un tema que logró traspasar las barreras del idioma y que nos dio la oportunidad de celebrar nuestra cultura y nuestra bandera delante del mundo entero”.
La bala que le cambió la vida
Como ocurre con el hip-hop, el reguetón reproduce la parábola de la superación y del traspaso de la pobreza al capitalismo más voraz. Daddy Yankee no se escapa de la la estética ostentosa ni del alarde del lujo, pero ha admitido que su gran inspiración fueron los versos combativos y comprometidos de Vico C.
Yankee cantaba más a la pobreza, el barrio y las desigualdades en sus inicios, pero después viró hacia una temática distendida. También en sus primeros videoclips la igualdad brillaba por su ausencia –como se puede ver en Gasolina, Pasarela o Limbo– y ahora son mucho menos controvertidos. De hecho, ante las acusaciones de sexismo, él siempre ha mostrado tajante: “No soy nada machista, al contrario”.
“Hay todo tipo de temas en el reguetón, como la onda del baile del Caribe, que es la que me caracteriza, además de los temas sociales”, afirmó hace unos años. “Pero si buscas educadores en la música, vas a fallar. Educadores hay en la universidad y en las escuelas”, agregó, aunque él nunca se ha desligado de las problemáticas de sus lugareños.
Recuerdo como ayer, que tan solo por escuchar esta música te trataban como un criminal. Te arrestaban, violando tus derechos. Todavía el prejuicio no está satisfecho
“En los barrios donde crecimos, la mayoría queríamos ser narcotraficantes. Hoy por hoy, yo bajo a esos barrios, a los caseríos, y la mayoría quieren ser cantantes”, ha dicho en su vídeo el empresario puertorriqueño de 46 años. Yankee proviene de una familia de músicos –su padre era percusionista de grupos de salsa– y se crió en el complejo residencial Villa Kenedy, en San Juan. Después de que una bala perdida le impactase en la cadera y frustrase su sueño de ser jugador de béisbol, la música le atrapó a los 14 años antes que las drogas, en las que cayeron varios de sus colegas. Después de aquello sufrió tres atentados personales más. “Estoy bendecido”, le confesó a 20 minutos.
En ese barrio obrero de Puerto Rico conoció a otro reguetonero de cabecera, Nicky Jam, con el que fundó un grupo y más tarde se enzarzó en una disputa que duraría años. La adicción marcó la trayectoria de Jam, que ingresó durante varios años en la cárcel y se distanció de Yankee. Hoy en día ambos han recuperado la amistad y se han vuelto a unir en proyectos musicales y políticos, como en las protestas que encabezaron en 2019 junto Ricky Martin, Residente y Bad Bunny para derrocar al gobernador puertorriqueño Ricardo Rosselló.
“Quiero felicitar a Puerto Rico por lo que estoy viendo: la marcha positiva, prudente, con cordura e inteligencia, y eso es por lo que nos tenemos que seguir manifestando. No queremos violencia, lo que queremos son manifestaciones inteligentes”, declaró el cantante, que antepuso estas protestas a sus intereses comerciales. Algo que otros, como J. Balvin en el caso de los altercados en Colombia, no hicieron. “El pueblo está por encima de todo y de mí como artista. Cuando el pueblo habla, tenemos que escuchar sus exigencias”, aclaró Yankee.
El cantante ha liderado varios proyectos sociales relacionados con Puerto Rico. El primero de ellos, por el que la universidad de Harvard le destacó en 2008 como Latino del año, fue la Fundación Corazón Guerrero, encargada de reinsertar a expresidiarios en la sociedad. Daddy Yankee no ha tenido altercados con la justicia, pero compañeros y amigos de profesión sí, como Don Omar, Tego Calderón o el mismo Nicky Jam, y conoce la importancia de la reinserción. Ese año también presentó Edúcate con Impacto, un programa de becas para ayudar a jóvenes de correccionales a acceder a la universidad.
El músico y filántropo donó un millón de dólares para la reconstrucción de Puerto Rico tras el huracán María, en 2017 y fundó en República Dominicana el centro Daddy's House para ayudar a los niños en riesgo de exclusión. Por otro lado, está comprometido con el medio ambiente y el cuidado de los parajes puertorriqueños. Para ello actúa como portavoz en las organizaciones Tómatelo en Serio, Recicla por Puerto Rico y Yo limpio a Puerto Rico. “Uno puede hacer mil canciones, pero los hechos hacen mucho más y la crisis tiene a mucha gente bloqueada”.
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