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'The Get Down': Érase una vez en el Bronx

El día que se apagaron todas las luces de Nueva York, el 13 de julio de 1977, DJ Grandmaster Caz y su colega Disco Wiz pensaron que habían sido ellos. Estaban practicando en un pequeño parque con unos platos que habían conectado al poste de la luz. “Creíamos que habíamos chupado tanta electricidad que nos habíamos cargado el suministro -contaría Caz años más tarde.- Nos pusimos histéricos, mirando por todos lados, apretando botones, comprobando clavijas, tratando de ver lo que había pasado”. Así era el Bronx.

Las luces y las sombras

El apagón había empezado a las 8.37 pm, cuando dos enormes rayos frieron una subestación eléctrica del río Hudson. La caída produjo una sobrecarga en el resto de la infraestructura local, los sistemas de emergencia fallaron y la ciudad estuvo a oscuras durante las siguientes 25 horas. Según el Times, aquella noche se registraron 1.000 incendios, 1.600 robos en establecimientos y 3.700 arrestos. No todo el mundo lo vivió igual. Lo que la parte alta de la ciudad relata como una película de terror, para la otra mitad fue una fiesta.

El famoso apagón del 77 es el meridiano de la primera parte de The Get Down, la serie que Baz Luhrmann ha creado para Netflix, de la que ya se pueden ver los seis primeros episodios. Es una fábula sobre un Nueva York en bancarrota y separado en dos, el Manhattan blanco, posthippie, preyuppie de Studio 54, Warhol y la era disco y el barrio donde nació la cultura negra contemporánea, un lenguaje hecho de graffiti, break dance y hip hop.

Desde el mismo tráiler se han quejado algunos de que la serie no es realista, que le falta exactitud histórica, periodismo de datos, valor documental. Los que buscan datos invertirán mejor su tiempo viendo películas como 80 Blocks From Tiffany’s (1979) sobre las bandas del South Bronx, Style Wars  (1983) sobre el movimiento graffitero o Big Fun In The Big Town (1986), un programa de la televisión belga que cuenta la historia del hip hop en NY de barrio a barrio.

Aunque use metraje de estos y otros documentos históricos, Baz Luhrmann no está en el negocio de los documentales y no está interesado en contar lo que pasó; quiere que lo entiendas. Los que quieran saborear la radiación salvaje y profunda del nacimiento de una cultura que es al mismo tiempo nueva y ancestral, The Get Down es su casa. Y la increíble banda sonora es su nave espacial.

'All the black men in a white world'

Los tres primeros capítulos nos presentan una obra donde cada estrella tiene su némesis: Ezekiel Figuero, aspirante a MC, está enamorado de Mylene Cruz, futura diva del disco. Aunque ellos no lo saben, los jóvenes amantes son planetas tan irreconciliables como Romeo +Julieta: ella sueña con abandonar el Bronx, él quiere hacerlo eterno.

Como en Moulin Rouge, hay un pájaro enjaulado, pero no es Nicole Kidman sino Shaolin Fantastic, un carismático chapero huérfano y analfabeto de zapatillas rojas impolutas cuyo ídolo es Grandmaster Flash pero cuya dueña es Fat Annie, jefa del cartel de narcotraficantes. Annie es madre de Cadillac, un villano a medio camino entre Patrick Bateman y Tony Manero, propietario del garito más chulazo del South Bronx. Jackie Moreno es el canalla simpático, un productor venido a menos con debilidad por los estupefacientes que encuentra sus momentos de gloria en un vaso sin fondo de autohumillación.

Contra las medidas de higiene urbana y las campañas antivandalismo, la energía irresistible de los descampados del Bronx. Contra el alcalde blanco de Nueva York que no se aventura más allá del Upper East Side, Francisco “Papa Fuerte” Cruz, el puertoriqueño que chanchullea para levantar una comunidad de vecinos donde solo hay escombros. Jimmy Smits está enorme como Papa Fuerte, el verdadero protagonista de esta fábula, un amigo de Jane Jacobs dispuesto a hacer cualquier cosa para salvar un barrio sin ley.

Contra los DJ, los bootleggers. Contra los beatnicks, los poetas subterráneos del spray. Contra Herbert Gunns y los “seis reyes del comité de control  fiscal”, los cinco DJ Kings de los cinco barrios. Shaolin quiere ser Rey, Zeke quiere liderar a su gente y Luhrmann quiere salpicarte con la efervescencia de un mundo donde la muerte y la libertad son la misma cosa.

El lema de la serie es un graffiti que entonces colgaba suspendido en West 25th con la sexta: FORGET SAFETY, BE NOTORIOUS (olvídate de estar a salvo, consigue una reputación). Y es en detalles como este donde brilla con intensidad se aprecia la triple motal de finesse del director australiano. La frase, que podría haber nacido perfectamente en una canción de Nas, es en realidad parte un poema de Yalal ad-Din Muhammad Rumi, el místico persa del siglo XIII del que Marcus “Dizzee” Kipling saca su nombre de guerra. Pero al mismo tiempo nos recuerda el precio de su propia máxima, una pirueta que va hacia atrás y hacia adelante en el tiempo, invocando el fantasma de Notorious B.I.G., muerto a tiros en 1997 a los 24 años.

Dizzee es uno de los tres hermanos que acompañan a los protagonistas, encarnado con sorprendente dignidad por el hijo de Will Smith. Mejores aún son las amigas de Mylene, Yolanda y Regina, una pura llama adolescente. Y Grandmaster Flash, el maestro Po de Shaolín, fue la primera persona que hizo sonar la misma estrofa de un disco una y otra vez, usando dos copias del mismo vinilo y moviéndolas hacia adelante y atrás con la aguja puesta. Y esto sí que pasó de verdad. O, como dirían ellos, 4Real.

The Get Down no es la primera ni la única serie de la temporada que bucea en la contracultura de los años 70, pero está llena de algo mágico que no tienen las otras y que es muy difícil de imitar. Vynil, la serie que Mick Jagger, Martin Scorsese, Rich Cohen y Terence Winter, está ambientada tres años antes en la misma ciudad, pero es una historia blanca como la nieve blanca de la que está llena, de música blanca como la blanca garganta de Linda Lovelace. Y nos recuerda que, aunque el punk y el hip hop son hijos de la bancarrota, no son miembros de la misma familia. Si las dos series tuvieran mesita de noche, la de Scorsese tendría encima El otro Hollywood, la historia oral del porno editada por Legs McNeal y la de Luhrmann tendría Loves saves the dayLoves saves the day y Love goes to buildings on fire. Que son tres magníficos libros pero solo los dos últimos llevan el amor en la tapa.