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Jaime Altozano analiza 'Motomami' en un vídeo con la propia Rosalía

Mónica Zas Marcos

8 de abril de 2022 13:51 h

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Motomami, el nuevo álbum de Rosalía, ha despertado todo tipo de publicaciones. Desde las loas de los medios especializados, hasta análisis pormenorizados de sus dieciséis canciones o comentarios destructivos en las redes sociales. Pero nadie había diseccionado el disco como lo ha hecho el divulgador y productor musical Jaime Altozano. En un vídeo que se acerca al millón de reproducciones, Altozano revela conceptos solo distinguibles para los oídos más entrenados en la música y en la producción. Además, cuenta con la ventaja de tener a la propia cantante al lado para puntualizar sus comentarios.

Jaime Altozano ya desglosó en un vídeo de 2018 el anterior disco, El mal querer, ante lo que la cantante respondió haciendo un meta-análisis: comentando en su Instagram el vídeo de Altozano. Esta vez, sin pantallas de por medio, lo hacen juntos.

“Lo que ha conseguido Rosalía es muy especial. Tiene un estilo propio que distingues sin depender del genero musical. Es como un escritor al que reconoces aunque escriba una novela policiaca, un artículo de periódico o un manual de la thermomix. Se enfrenta con las mismas herramientas a una balada, un reguetón y unas bulerías. Este disco es una masterclass de songwriting y producción musical”, dice al final del vídeo, donde da su opinión sobre Motomami.

El músico critica que se diga que el álbum y algunas de sus canciones más pegadizas, como Saoko, son comerciales. “El beat de reguetón suena 40 segundos, está en modo frigio, tiene percusión de jazz y no tiene estribillo. No diría que es comercial ni el culmen del comercio”, opina sobre Saoko, el primer single del disco. “La gente usa comercial para referirse a un artista que compromete su arte a cambio de dinero. Pero yo veo que en este disco no hay nada hecho por compromiso. No hay nada obligado”, defiende.

De hecho, Rosalía dice en el vídeo que es su producción más personal. “En muchos aspectos, este es su primer disco”, matiza Altozano, pues en él se mezcla tanto la experiencia como las influencias musicales de la catalana: Daddy Yankee, Justo Betancourt, Kanye West, Lil Kim o La Paquera de Jerez. “Ella ve cómo conciliar todo esto y encima con una producción minimalista. Con dos trazos te dibuja la canción: y funciona”.

Los seis elementos de 'Motomami'

El experto ha reconocido seis elementos que convierten Motomami en un todo, aunque sus dieciséis canciones no puedan sonar más distintas. Son los drums agresivos, los filtros, la voz desnuda (sin reverb ni armonías vocales), los chops (sonidos vocales que se reproducen en forma de patrón o beat), el collage y la producción minimalista.

En cada una de las canciones se repiten al menos tres de estos elementos. La percusión de los drums se escucha en Hentai y Bulerías; los filtros, con los que elimina las frecuencias agudas a los instrumentales, se usan en todas las canciones, pero especialmente en Candy; la voz desnuda se distingue en Delirio de grandeza; los chops se identifican con La fama y La Combi Versace; el collage está representado con la base, la melodía y la enumeración del principio de CUUUUUuuuuute; y la producción minimalista, como es la de Bizcochito o Diablo, es la marca de todo el álbum.

“Todo ello une estilísticamente una bachata, con un reguetón, unas bulerías, una balada y una samba”, explica Jaime Altozano. Otra parte de su vídeo se dedica al odio en redes que ha despertado Motomami. Un odio, en muchas ocasiones, provocado por no comprender el significado de la letra o el trabajo que esconde la producción musical. Hay canciones sin mayor intención que la de sonar en una discoteca, como Chicken Teriyaki, y otras en las que Rosalía se abre de par en par, como en G3 N15, dedicada a su sobrino.

Pero el tema que mejor representa esos sentimientos exaltados de sus seguidores es Diablo: “En mi cabeza, la letra está poniendo voz a una parte de su fandom que es muy posesiva, y que a la vez que le dicen 'tienes una voz increíble, eres la leche, eres como ninguna', la quieren encerrar en una caja. Y cuando ella explora otro tipo de musicalidades pasan a decirle 'has cambiado, ya no eres como eras antes, eres un diablo'”, afirma Altozano.

“Me gusta que con su disco anterior había encontrado una fórmula que funcionaba y que podía haber seguido exprimiendo. En cambio, se ha arriesgado y ha hecho este plot twist para explorar su identidad”, apoya el productor. Jaime Altozano ofrece así una mezcla de crítica, análisis de las letras, estudio musical y clase maestra de producción apoyado en Motomami y acompañado de la única persona que conoce todos los secretos: Rosalía.

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