Jorge Ilegal: “Soy optimista porque confío en las explosiones violentas que se van a producir”
Ilegales retoma el rock and roll después de 30 años sobre los escenarios y 5 de parón. La gira La vida es fuego defiende las canciones de su último disco de estudio del mismo título. Comienza en Madrid después de un año que han pasado en la carretera, de festival en festival, “abriéndonos a un público más amplio”. Ahora, con su propio sonido y con todo el tiempo para ellos, prometen llevar “una especie de tormenta sonora muy sana y que es un buen insecticida” por buena parte de nuestra geografía durante un mes.
“Ni en mis cálculos más optimistas me veía de nuevo tocando de nuevo con Ilegales”, confiesa Jorge Martínez, líder de la banda. Pero se topó con una colección de canciones, su “verdadera patria”, que sólo podía contar con los de siempre. Hablamos con él.
¿Cómo os ha recibido el público?
Hasta el más recalcitrante lo ha recibido con alegría. Me habían insistido mucho en los bares con este regreso, incluso me habían amenazado con golpearme por dejarlo. He sobrevivido porque tengo una buena derecha. Pero bien, lo ha recibido bien, hasta hay quien me ha pagado unas cuantas copas.
¿Reconocéis caras nuevas en vuestros conciertos?
Hay un público nuevo, que muchas veces no se cree que lo que tocamos es de discos grabados en 1982, que sean canciones viejas. Las descubren ahora y no se lo creen, probablemente porque no han envejecido mucho. Ese mensaje de “levántate y lucha, nadie va a luchar por ti, esta es tu pelea...” sigue vigente. Estamos convencidos de que la mansedumbre es peligrosa y si no luchas, te matas. Y ese mensaje es tan actual como en el 82.
¿Y cómo habéis encontrado la industria musical?
Desmantelada. Cuando nos fuimos, hace 5 años, estaba en caída libre, y ahora ya desmantelada. He visto, no sin cierto placer, cómo ciertos magnates de la industria discográfica se han ido al paro. Pero bien, podemos afrontarlo. Ahora los medios de comunicación son otros, existen menos barreras entre la banda y su público, es mucho más fácil la comunicación gracias a Internet. Es un buen vehículo, aunque también somos víctimas de la rapacidad de las operadoras tecnológicas, que venden un ancho de banda a costa de derechos en música, teatro, cine... Incluso ahora también montones de libros. La prensa también está sufriendo, os habréis enterado.
No es cuestión de poner puertas al campo, se puede cambiar desde el Gobierno pero parece ser que la cultura no es prioridad, más bien la prioridad es combatirla por todos los medios. Les entiendo, un país de ignorantes es mucho más manejable para cualquier gobierno, sea del signo que sea.
¿Cómo veis el momento político que vivimos?
Estamos en un proceso de cambio. Pasamos de una época Keynes a una Hayek. Como pasó después del New Deal de los EEUU tras el crack del 29, en los años 40-50 surgió un periodo muy Keynes que cayó y dejó paso a uno Hayek, con las leyes del mercado dirigiendo el mundo, y eso por mucho que la Escuela de Chicago se empeñe tiene sus problemas. Parece que no hayan estudiado las páginas sangrientas de la historia, les repugna mucho la sangre y no lo tienen en cuenta.
Ese periodo está empezando, ya hay una agitación en la calle que estamos viviendo ahora mismo con movimientos que vienen de lejos como el 15-M, y ese tipo de políticas neoliberales se están criticando mucho. Por eso se está fortaleciendo infinitamente la izquierda, porque parecía que todo iba a ser un mundo Hayek, de derechas, de economía de mercado no intervenido, de ley de la jungla, de roba lo que puedas. Va a cambiar en los próximos años, está cambiando ya.
Eres optimista, entonces.
Sí, soy optimista porque confío en las explosiones violentas que se van a producir. Incluso una clase tan poco sospechosa de ser de izquierdas como puede ser la clase judicial o la policía están hartos de que les tomen el pelo. Por eso está cayendo toda esta gente, porque ya era muy evidente. Señores, roben, pero sean un poco brillantes como ladrones, no sean tan torpes.
Porque han sido tremendamente torpes. Se han creído que podían hacerlo todo. Yo estoy convencido de que el dinero aparecerá, va a emerger próximamente. Ya están emergiendo, de hecho, es de rabiosa actualidad. Y mucha gente se va a ir a la jaula de monos, que es donde deben estar. Les mandaremos cacahuetes de marca, y todo perfecto.
¿El panorama del rock español cómo lo ves?
Empieza a despertar, después de los oligofrénicos años 80 en los que parecía que estaba secuestrado por el rock anglófono y por las letras carentes de significado. Parece que empieza a despertar y comienzan a aparecer grupos que de nuevo dicen cosas. Eso es emocionante. Soy realmente optimista también en esto. Hay que devorar la vida, ser feliz, olvidarse de ser feliz es peligroso. Lo veo bien, muchas cosas están mal en este momento pero van a cambiar.
¿Qué escuchas tú?
De todo. Últimamente estoy en plena regresión mozartiana, escuchando a Mozart sin parar. Y mucho cool jazz, del que oían los primeros hipsters. Y todas las novedades, soy de los que se compran revistas, también de importación, que llevan disco. Escucho mucho emisoras como Radio 3 y descubro cosas interesantes. Grupos nuevos; me olvido de los nombres inmediatamente pero nunca de las canciones.
Últimamente he escuchado lo nuevo de Coque Malla, que es muy bueno, o incluso Vetusta Morla. Triángulo de Amor Bizarro tiene cosas muy buenas, con ese sonido freidor que parece una máquina rasuradora, me parece estupendo y muy excitante. Y las letras de Rodrigo son muy buenas. Hay muchas cosas ahí fuera, cosas interesantes.
Cuéntame qué es Mi vida entre las hormigas.Mi vida entre las hormigas.
Hay dos tipos descerebrados que han decidido hacer un documental sobre Ilegales. Hicieron la propuesta, y se financió con un crowfunding que ha recaudado mucho más de lo que preveían. Yo no he invertido, porque queremos que lo hagan con toda libertad. Yo soy un protagonista, y la historia la están contando ellos. Probablemente haya cosas negativas que no me van a gustar, esto es una moneda al aire, cara y cruz, cosas negativas y positivas que van a salir.
No somos ángeles, más bien nos ha tocado ser demonios y a lo mejor lo único que conseguimos hacer bien a veces es el mal, igual somos sólo unos pobres diablos. No se consigue tan fácil lo que se pretende. Pero bueno, el documental promete. Yo soy de los que digo que toda la verdad no es digna de contarse, pero hay veces que sí.
Mi vida entre las hormigas Teaser 1 from Juan Moya on Vimeo.
Esta etapa ha empezado con un trágico suceso, el fallecimiento de vuestro bajista Alejandro.
Ha sido muy duro, porque Alejandro no es que haya crecido con nosotros, pero digamos que ha completado su crecimiento al lado de Ilegales. Ingresó en el grupo con 20 años recién cumplidos. Y con 43 creo que es una muerte prematura. Lo hemos pasado de todos los colores, hubo un momento en el que realmente estábamos planteándonos no tocar, pero en el último momento decidimos que sí. Yo no soy de esas personas a las que se les llena la boca con la palabra rock and roll, me interesan muchas más cosas. Pero entre rock and roll y depresión, elijo rock and roll. Y el resto del grupo, igual.
La depresión es un camino que se emprende con facilidad, pero el regreso es difícil. Así que hay que vivir. Somos un accidente, puede ser uno gozoso o uno desdichado, así que lo mejor es ser lo más feliz posible. El rock and roll es algo que te envuelve, activa todas las partes del cerebro y hace que estés como en una especie de limbo, protegido. Percibes el mundo de otra manera. Funciona.