Música

Le Parody: “Madrid es un campo inmenso de hormigón donde encuentras gente hermosa intentando hacerla habitable”

Rafa Cervera

21 de octubre de 2024 22:04 h

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Existe una tendencia actual en la música pop española que consiste en recurrir a las músicas tradicionales autóctonas como materia prima. Una de las pioneras de esta corriente es Le Parody, nombre artístico de la malagueña Sole Parody, que acaba de estrenar álbum. Remedios se presenta en directo en Madrid el próximo 23 de octubre y, tres días después, en Granada, donde compartirá cartel con Califato ¾.

Dice Sole Parody que siempre anda inventándose seudónimos para abordar diversos proyectos creativos. Su segundo libro, Lo que América puede (Varasek, 2016) lo firmó como Billy E. Morreale, y para su trayectoria musical, que arrancó hace ya 12 años, eligió llamarse Le Parody. Su estilo se asienta en la mezcla de lo folclórico y lo contemporáneo, de las raíces y la tecnología. “No es algo que estuviera planeado, simplemente fue surgiendo así a medida que iba haciendo música. En aquel momento me preguntaba por qué en la música que se hacía en España había tanta influencia anglosajona, era algo que me chirriaba”, explica.

Sole nació en Málaga y después vivió en Granada siendo todavía muy pequeña. Por eso, cuando comenzó a indagar en sus raíces se encontró con músicas que provenían del norte de África y del Este de Europa, con las conexiones entre la India y el flamenco. “Luego todo se va diluyendo mucho. Pero básicamente se trataba de eso, tirar de la raíz y fusionarla con música pop y con la electrónica”.

Remedios es el título del quinto álbum firmado por Le Parody. Nuevamente, la intención es la misma, colocar el folclore en una nueva dimensión a la vez que humaniza la tecnología impregnándola con sonidos ancestrales. Pero, según su autora, en este disco hay una diferencia a destacar: “En mis álbumes anteriores había un objetivo muy claro, que era la intención de llegar a sitios donde no hubiese llegado antes. Remedios es un disco más relajado en ese sentido. Quería hacer canciones más pop, más accesibles, y hacerlas por gusto, a mi ritmo, sin andar buscando algo nuevo de manera visceral”.

Búsqueda es una palabra clave en el léxico creativo y vital de Sole Parody. Como ya hemos dicho, su primer vehículo expresivo fue la literatura. Los discos empezaron a llegar a partir de 2014, primero Cásala, luego Hondo (2015), y en 2019, Porvenir. Los cinco años transcurridos entre este último y Remedios los ha pasado haciendo músicas para películas y espectáculos de danza. “La gente me dice que si había desaparecido, pero no, simplemente estaba haciendo otras cosas que, como no forman parte del mundo del pop, parece que no existan. Soy militante del hecho de vivir con calma, de ejercer la creación a mi ritmo, de priorizar la vida”.

Sole también se ha dedicado a criar a su hija, que ahora tiene tres años. Vive con ella en un pueblo de Ávila, después de 20 años viviendo en Madrid. En Remedios hay una canción que habla de la ciudad que fue su hogar hasta no hace mucho, Nanas de Mayrit. “Este disco en un continuo contraste entre la esperanza y el caos y estas son unas nanas para calmar a un niño y dormirlo. Porque Madrid se ha convertido, estética y políticamente, en un lugar de mierda, un campo inmenso de hormigón donde solo se ve cemento. Pero también hay gente muy hermosa haciendo cosas increíbles allí, luchando para que sea un lugar habitable. Tengo raíces andaluzas, pero he vivido más de la mitad de mi vida en Madrid y eso tiene una influencia en mi música y en mí”.

Alguna de esa gente hermosa a la que se refiere Sole aparece también en Remedios. Por ejemplo, Puttaneska, banda femenina que lleva funcionando poco más de un año. “Solamente han publicado algunas canciones, una de ellas es una jota... cada una es de su padre y de su madre. Pertenecen a una generación superjoven que está reventando el folclore de una manera muy libre, son las nuevas oleadas de constructores y destructores del folk. Y quería que eso impregnara también el disco”. Otra colaboración puntual es la de La Fanfarria Transfeminista de Madrid, que aportan su sección de vientos a Cántese por cantar.

Hay una generación superjoven que está reventando el folclore de una manera libre

Remedios se publica en un momento en el que la reivindicación de las raíces gana cada vez más presencia en la música pop en nuestro país. La popularidad de Rodrigo Cuevas ha servido para arrojar más luz sobre artistas como Bewis de la Rosa, Baiuca o la propia Le Parody, que fue una de las primeras en hacer colisionar las raíces folclóricas con los sonidos contemporáneos. “Desde luego, este nuevo contexto a mí me ayuda mucho, porque hace 12 años, cuando publiqué mi primer disco, no me sentía tan acompañada como ahora. Las reseñas decían una y otra vez que lo mío era muy raro, que no se parecía a nada; ahora veo que encaja en esta especie de nueva corriente. Ha habido un giro. A la gente ya no le interesa tanto escuchar una canción en inglés porque, aunque no se enteren de lo que dice, queda muy guay hacerlo. Por fin hay un público que quiere escuchar otras cosas”.

Esa intención ha quedado perfectamente plasmada en la portada de Remedios, cuya imagen recae sobre una fotografía de Abigail Algaba. Un grupo de jóvenes lleva a cuestas un retrato de Sole realizado por Carlos Baonza porque la artista “quería salir en la portada sin salir”. “Le envié a Abigail el busto de Carlos y lo que hizo fue llevárselo de rave, montó una performance con él y sacó una foto inspirada en el salto de la valla del Rocío, una imagen de una de esas muchedumbres que no sabes si se dirigen a adorar algo o a asaltarlo”.

Según afirma su autora, Remedios es la banda sonora para hacer sonar en el postapocalipsis, canciones que poner cuando ya no quede nada de lo que antes éramos. “Esta es mi pequeña aportación, pero teniendo claro que todo se ha ido ya a la mierda. Estoy convencida de que todas las crisis que estamos viviendo traen la hecatombe total. Y cuando eso ocurra, ¿cómo vamos a vivir?, ¿dónde? Pues en esa búsqueda me encuentro inmersa ahora, en qué haremos cuando ya no quede un núcleo en el que nos reconozcamos, cuando ya no sean viables ni las macrourbes ni los pueblos pequeños que antes estaban vacíos y ahora se llenan de gente que no los entiende. Con este álbum no traigo soluciones, pero traigo remedios, que te pueden servir o no”.

Como persona blanca quizá me corresponde callar un poco y buscar otras voces a las que dar un altavoz

Pero a pesar de esa sensación que no se sabe si es pesimismo intentando cruzar la frontera del optimismo, este es un disco que está hecho con alegría, una emoción muy presente en su música. “En los discos anteriores había algo muy barroco, muy jondo, muy oscuro. Aquí estaba en una fase vital nueva y dije, 'vamos a dejar que entre un poco de alegría'. La dicha es el faro de este disco”.

Un disco donde las raíces no son solamente españolas o mediterráneas. La coproducción de Kiko Dinucci aporta aires brasileños a las bases y humaniza las percusiones. Los arreglos del colombiano Julián Mayorga, la trompeta de la italiana Ersilia Prosperi... “Todo eso hace que el disco tenga una influencia latina rara, porque es distinta a la que puede tener un reguetón”. En este disco, Sole también se replantea su postura combativa. “Estoy intentando virar a una zona de acción que no sea discursiva. Creo que la posibilidad de cambiar las cosas y hacer que mejoren está en otro lado y eso es lo que estoy buscando aunque no sepa muy bien cuál es. Pero como persona blanca quizá me corresponde callar un poco más y buscar otras voces a las que dar un altavoz”. La búsqueda, una vez más, es el motor de la música y la vida de Sole Parody.