El compositor griego Vangelis Papathanassiou ha fallecido a los 79 años en un hospital de París, donde estaba siendo tratado por COVID-19, según ha anunciado su representante y ha informado la agencia EFE. La muerte tuvo lugar, según ha comunicado la agencia griega Athens News Agengy, en la tarde del pasado martes.
Vangelis, autor pionero de la música electrónica y ambiental, destacó por la composición de las bandas sonoras de las películas Carros de fuego (ganadora de un Oscar en 1981), Blade Runner (1982) o Desaparecido, de su compatriota Costa-Gavras (1982). Su característico sonido envolvente, fruto del uso de los sintetizadores analógicos de los años 70, se nutrió de las raíces de la música griega folclórica y la música coral de la religión ortodoxa.
Fue uno de los primeros griegos que poseyó un sintetizador, debido a la posición acomodada de su familia. En 1966 Vangelis compone su primera banda sonora para la comedia 5.000 mentiras, del director Giorgos Konstadinou. A los 25 años se exilió en París, tras el golpe de Estado de 1967 que instauró una junta militar en Grecia, la Dictadura de los Coroneles. En su juventud conformó el grupo de rock Aphrodite's Child junto a su primo Demi Roussos y lanzaron 666 a finales de los 60, uno de los álbumes más influyentes de la década y alabado por el mismo Salvador Dalí.
Vangelis saltó del rock al rock progresivo, que fue vanguardia de la música popular en la década de los 70 y contribuyó a una escena de música electrónica no de baile que compartía con otros autores como Jean-Michel Jarre o Mike Oldfield. El músico empezó a ligarse al mundo de la ciencia-ficción por el característico sonido “espacial” que desarrolló en algunos álbumes como Albedo 0.39, pero también por su participación en Blade Runner, en la serie Cosmos y en proyectos con la NASA o la Agencia Espacial Europea.
A mediados de los 70 desarrolló muchas bandas sonoras y se centró en la electrónica. En 1975, el griego se estableció en Londres y abrió un estudio que recibió el nombre de Laboratorio. Pero el impulso llegó con la banda sonora de Carros de fuego (1982), con la que venció en los Oscar de aquel año a John Williams por En busca del arca perdida. La primera escena, donde los productores se arriesgaron a usar música electrónica en una historia ambientada en los años 20, es la que ha convertido a Vangelis en uno de los compositores míticos de la historia del cine.
Para no quedar encasillado en el mundo de las bandas sonoras, el griego se negó a publicar comercialmente sus partituras cinematográficas. Entre las composiciones inéditas se encuentran las películas Desaparecido, de Costa Gavras,â o Motín a bordo, de Roger Donaldson.
Vangelis alternó en sus últimos años trabajos comerciales como el himno del mundial de fútbol de 2002, los Juegos Olímpicos de Atenas de 2004 y las bandas sonoras de 1492: la Conquista del Paraíso (1992), Alejandro Magno (2004), de Oliver Stone, o El Greco (2007), protagonizada por Juan Diego Botto, con otros proyectos personales arriesgados. Entre estos últimos destacan The City y Oceanic.