Hay artistas que consiguen notoriedad gradual; otros, de una forma exponencial. A Irma Farelo (Vilassar de Mar, Barcelona), más conocida como Mushkaa, el reconocimiento le ha llegado por sorpresa a los 19 años.
Aunque es trompetista desde pequeña y compone y sube canciones a Internet desde los 16, su viralidad comenzó como ya es habitual en cada vez más artistas: subía trozos de sus canciones a TikTok. La que más alcance tuvo fue El mambo, con casi un millón de reproducciones.
En sus primeras canciones, englobadas la mayoría en la mixtape Tas Loko, abundan los ritmos de reguetón, las letras vacilando sobre pasárselo bien de fiesta con sus amigos. Ahora acaba de publicar SexySensible, un trabajo de nueve canciones, mostrando una faceta más íntima que, asegura, necesitaba enseñar.
Mushkaa llega ya a casi medio millón de oyentes mensuales en Spotify. Sus colaboraciones son casi todas con artistas catalanes. Pero su éxito va más allá del streaming. En las fiestas barcelonesas de La Mercè del año pasado congregó a casi 18.000 personas. Incluso el metro estaba desbordado. “No me lo creía. Mis amigos me pasaban los vídeos del metro porque no llegaban y el recinto ni siquiera creo que pueda albergar a tanta gente”, cuenta por videollamada desde el sofá de su casa a elDiario.es tras unos días de relax en la montaña.
Después de las fiestas, llenó dos veces seguidas la sala Apolo en Barcelona, algo que considera un antes y un después en su forma de ver su carrera. “Esa sala es muy emblemática. Estuve mucho tiempo preparando los conciertos y cuando salí estaba supernerviosa. No me creía que tanta gente estuviese pagando ahí para verme”, dice sonriente. Ahora, actuará el 16 de marzo en Girona, el 5 de abril en Madrid y el 31 de mayo en el Primavera Sound. También acaba de presentar un Gallery Session.
¿Qué tiene Mushkaa para desplegar el fenómeno fan en la juventud? Ella dice que busca ser humilde y sincera con lo que hace. Casi todas sus canciones son en catalán porque es la lengua que habla a diario, pero también defiende su uso. Lo tiene claro: “Es superimportante preservar las lenguas cooficiales. Son la cultura de nuestro país. Igual que en la pandemia se defendía el teatro o los conciertos, hay que hacerlo con las lenguas”.
Las lenguas cooficiales son la cultura de nuestro país. Igual que en la pandemia se defendía el teatro o los conciertos, hay que hacerlo con las lenguas
“Cuando buscas prohibir algo tan propio e identitario, cuando no lo normalizas, la gente se rebela y lo reivindica”, opina sobre la falta de apoyo político a las lenguas cooficiales por parte de la ultraderecha que entra a los Gobiernos locales. Aunque, eso sí, cuando ella canta en catalán no lo hace con una intención política: “Las cosas naturales acaban siendo también actos políticos. Creo que puede usarse el catalán en cosas más nuevas sin que suene viejo”. No siente que cantar en catalán le pueda restar público: “No creo que deje de hacer algo que para mí es tan natural”.
En su canción Xarnega, Mushkaa habla de una situación de amor con una chica que no es catalana, pero que intenta aprenderlo. “Nace de un vacile que teníamos entre nosotras y bromeábamos con eso”, confiesa. Sin embargo, ella defiende que el catalán, como todas las lenguas, cuanta más diversidad tenga, mejor. “No me gusta que se critique a la gente que intenta aprender catalán siendo de fuera. Es una variedad cultural que tenemos en Catalunya. Mola un montón que venga la gente de fuera a intentar hablar la lengua que hablas”.
Creo que puede usarse el catalán en cosas más nuevas sin que suene viejo
Como en esa canción, Irma Farelo habla de su orientación sexual, de salir de fiesta y enrollarse con otra chica o de haberse enamorado. Al igual que con el catalán, asegura, no ha sido intencionado. “Nunca he sentido problemas con esto y siempre me he sentido cómoda para expresarme como soy”, declara. Al plantearle si cree que artistas que normalicen así su orientación sexual ayuda al respeto al colectivo, cuenta una anécdota: “Me han llegado mensajes de chicas que me dicen que por mis letras se sienten más confiadas para salir del armario. Si puede ayudar, creo que es maravilloso”.
Esta joven se muestra madura y consciente del altavoz que posee como artista. En sus stories de Instagram ha compartido varios posts contra el genocidio que está sufriendo el pueblo palestino a manos de Israel. ¿Deben mojarse todos los artistas? “No creo que haya que posicionarse en cada cosa que pasa, sobre todo porque no dejan de pasar cosas”, pero contrasta: “A veces sí que hay que dar un paso hacia delante, posicionarse y mostrar qué está pasando. Sin poder cambiar demasiado, tenemos una influencia que otra gente no tiene y estamos viviendo urgencias en las que podemos echar un cable. ¿Si no lo hago yo, quién lo hará?”. “Lo que está pasando con Palestina hay que recordarlo constantemente. No para de morir gente”, recuerda tras una pausa reflexiva.
Familia de artistas
Hay quien asocia su fama a que es hermana de Alba Farelo, más conocida como Bad Gyal, otra estrella en la música urbana que suena en los auriculares de miles de jóvenes. Mushkaa no esconde su admiración por ella. En Bona Vida, con Flashy Ice Cream y 31 Fam canta: “Estoy creciendo aún, quiero seguir los pasos de Alba”. También su padre, Eduard Farelo, es actor. Irma reconoce que ese clima artístico en casa le ha ayudado: “Soy una privilegiada porque nadie en mi casa ha cuestionado que quisiera dedicarme a la música. Hay gente que tiene que ponerse a currar en otras cosas o que simplemente sus padres lo ven como una pérdida de tiempo”. Y aunque reconoce que tienen buena relación con su hermana, “cada una tiene su proyecto propio y va a su bola”.
Su madre y su hermano Pablo le ayudan con el management, su hermana Greta le hace los coros en los directos y sus dos mejores amigas de la infancia hacen de bailarinas. Prácticamente, Mushkaa se ha vuelto famosa de un día para otro. Reconoce durante la entrevista que tener ese ambiente familiar le ha ayudado mucho a poder gestionar todo el bum. “Si un día estoy mal tengo a mi familia y a mis amigos más cercanos al lado para desahogarme. No es como si tuviese a un equipo trabajando para mí solo por el dinero. Va más allá”, agradece.
Hija del trap
Si de alguien se declara fan e influenciada Mushkaa es de Yung Beef y de la Mafia del Amor. Ellos, entre 2013 y 2015 derribaron las puertas del rap de bombo y caja y acercaron sonidos de otros lados del mundo a España. “Hacían reguetón y trap con jerga española. Cambiaron mucho el paradigma. Aún los escucho y me siguen sonando frescos”, reconoce y destaca que “confiaron en un proyecto suyo cuando todo el mundo les tiraba palos”. Como anécdota, relata que no podía ir a sus conciertos en aquel momento porque era aún menor y ni siquiera podía ir con acompañante.
Todo ese movimiento, a expensas de artistas como C. Tangana o Dellafuente, se gestó en Barcelona. “¡En la plaza del Macba, tío!”, ríe Mushkaa. “En Barcelona nacen muchos movimientos underground que luego se llevan a Madrid. Ahí se ve el centralismo, pero creo que aquí siempre hay una vanguardia artística muy potente”, reivindica.
Industria musical peligrosa
En 2018, Yung Beef, Bad Gyal y C. Tangana actuaron en el Primavera Sound de Barcelona. Se les hizo una ya histórica entrevista a tres bandas en la que los tres opinaron sobre la industria musical y el futuro de la música urbana y underground en España. Yung Beef hablaba de un sindicato de artistas para protegerse de las grandes discográficas y auparse entre todos; C. Tangana, de introducirse en ellas para cambiar la industria y Bad Gyal se situaba en una posición intermedia de ambos.
Hermana de una y fan declarada de los otros dos, Mushkaa tiene su opinión sobre un debate aún presente en la vida de los artistas. Ella dice que no ve mal que alguien fiche por una discográfica, pero puntualiza: “Lo que veo mal es que una multinacional intente manipularte”. “Muchos artistas no tienen toda la información que deberían antes de firmar con el sello. Muchas veces solo buscan el beneficio económico de los artistas”, lamenta. “Tengo la suerte de haber podido ver lo que iba haciendo Alba y eso te coloca y te enseña cosas”, reconoce sobre Bad Gyal.
Ahora mismo, Mushkaa es una artista independiente y mantiene su distribución con el sello argentino Dale Play Records. Dice sentirse cómoda así y afirma que quiere alejarse de “la gente trepas y del faranduleo”. Sobre su prometedor futuro, espera un proyecto “aún más maduro”. “Ojalá pueda seguir viviendo de hacer música, seguir rodeada de la gente que quiero y sin volverme loca con todo esto”, desea.