Cada cuatro años, desde la vigésima Enmienda a la Constitución, la ceremonia de Inauguración Presidencial de los Estados Unidos empieza el 20 de enero a las cinco de la tarde en el lado oeste del Capitolio, donde el presidente y el vicepresidente electos juran sus cargos. El Presidente de la Corte Suprema de los Estados Unidos John Roberts presidirá este año la ceremonia desde las escaleras. Después, el 45 presidente de los EEUU dará su segundo discurso inaugural.
Este ritual, que se remonta a George Washington, es de gran importancia para la historia. Los grandes discursos inaugurales de los presidentes han marcado sus biografías. El “sin Malicia para ninguno; con Caridad para todos” de Abraham Lincoln en un país destripado por la guerra, en 1865. El imperioso “lo único que debemos temer es al miedo mismo” de Franklin Roosevelt en 1933 o John F Kennedy increpando a los norteamericanos “no preguntes que puede hacer tu país por ti, pregunta qué puedes hacer tu por tu país” en 1961.
Tocar para el hombre más poderoso del mundo
El discurso debe durar unos 20 minutos, o al menos eso es lo que duraron los dos discursos de Obama. Después los distintos líderes religiosos dirán algunas palabras, antes de que empiece la música para la fiesta. Están confirmados el Coro del Tabernáculo Mormón, un coro patrocinado por la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días; la joven concursante de America's Got Talent Jackie Evancho (quedó segunda) y las bailarinas del Radio City Las Rockettes. De momento, esto es todo lo que ha podido conseguir el comité de la Inauguración Presidencial de los Estados Unidos. Al parecer, por primera vez desde su nanadie quiere tocar en la investidura de Donald Trump. La lista de grupos y cantantes que han dicho no al 45 presidente de los EEUU es grande y curiosa. Y está en las antípodas de la enorme popularidad del presidente Obama, cuyos conciertos en la Casa blanca son legendarios.
Elton John, al que el Comité había anunciado como uno de los turrones de la noche, ha desmentido su asistencia diciendo que “por qué no van y llaman al p***o Ted Nugent”. Céline Dion declinó rápidamente y, al parecer, también lo ha hecho la leyenda del country Garth Brooks. El tenor italiano Andrea Bocelli también ha rechazado la oferta, aunque los medios citan razones contradictorias. Unos dicen que en realidad se ofreció y que fue Trump quien le dijo nones. Otros que dijo que sí y después se echó atrás, temiendo represalias. El nombre más sorprendente de esta lista de rechazos es sin duda el de la banda neoyorquina Kiss.
Según declaraciones de la esposa de Gene Simmons, cantante y líder de la banda de hard rock famosa por su maquillaje facial, tenían un compromiso previo. “Preguntaron amablemente y amablemente les dijo que no”. Sobre el particular, el propio Simmons ha querido quitarle importancia diciendo: “Creo que la gente debería superarlo. Es nuestro presidente y no hay nada más que hacer”.
De momento tienen tres números, aunque no los tienen del todo. Evancho no ha planteado problemas, aunque ya actuó ante Barack Obama en la iluminación del Árbol de Navidad Nacional en Washington DC en 2010. Algunas Rockettes, sin embargo, han expresado su indignación por tener que bailar para un presidente que “no les representa”. Bailarán porque les obliga el contrato. En un principio, el sindicato American Guild of Variety Artist dijo que “Todo el mundo tiene derecho a tener su propia posición política pero no en el trabajo”. Después se retractaron diciendo que, la que no quiera bailar en la inauguración, que no baile.
Aunque Azealia Banks ha declarado en numerosas ocasiones su apoyo a Trump, de momento no la han invitado a la ceremonia.