El grupo alemán Rammstein actúa este viernes 23 de junio en el Estadio Civitas Metropolitano de Madrid en su único paso por España, para el que se esperan más de 50.000 asistentes. Hacía meses que las entradas estaban agotadas aunque a medida que se acercaba la fecha, saltaban en las redes sociales y en los medios de comunicación las denuncias sobre presuntos abusos sexuales a mujeres jóvenes por parte del cantante, Till Lindemann.
El pasado 2 de junio, dos medios alemanes –NDR y Süddeutsche Zeitung– recogieron y ampliaron los testimonios que venían difundiéndose en internet de mujeres que acusaban a Lindemann, de 60 años, de “abuso de poder y sexual”, después de ser “elegidas” por el cantante entre el público de sus actuaciones para acompañarle a una fiesta en el backstage. Uno de los testimonios es el de una mujer que afirma haber sido drogada tras el concierto que la banda ofreció en Vilna (Lituania) el pasado 22 de mayo. Esta mujer, ciudadana irlandesa, interpuso una denuncia policial en Lituania.
A consecuencia de estas denuncias, así como de oficio, la fiscalia de Berlín ha abierto una investigación contra el cantante por presuntos abusos. El vocalista es sospechoso de haber cometido actos “del ámbito de los delitos sexuales y del suministro de sustancias narcotizantes”, según una portavoz de la oficina de los fiscales.
Los dos abogados que representan a Lindemann hicieron una declaración pública a los pocos días: “Se afirmó en repetidas ocasiones que las mujeres fueron drogadas con la ayuda de gotas o alcohol en los conciertos de Rammstein para permitir que nuestro cliente realizara actos sexuales con ellas. Estas acusaciones son, sin excepción, falsas”. Y aseguraron que emprenderían acciones legales ante estas acusaciones.
Tras este anuncio, la fundación berlinesa Amadeu Antonio, dedicada a la lucha antirracista, antisemita y contra las agresiones a los derechos humanos alentadas por la ultraderecha, abrió una campaña de recaudación de fondos para contribuir a las defensas, para las que ha recaudado más de 778.000 euros. Según esta organización, las mujeres que han hecho públicas experiencias relativas a su experiencia con Lindemann, han recibido ya cartas de cese y desestimiento de estas afirmaciones por parte del bufete de abogados que le representa. Por otra parte, una plataforma digital de recogida de firmas ha reunido más de 70.000 peticiones para que representantes políticos y la gerencia del Estadio Olímpico de Berlín retiren el permiso para que la banda actúe en julio en este recinto, que es de propiedad pública. El estadio tiene una capacidad de 74.000 personas y las entradas están agotadas para tres días casi consecutivos durante el mes de julio.
El gran grupo alemán
Rammstein es, probablemente, la banda de metal industrial más importante del mundo y uno de los grandes grupos de Alemania. Ha forjado una carrera que empezó en 1995 pero que hincaba sus raíces en el punk de la extinta RDA, y que cuenta con ocho álbumes de estudio. El último de ellos, Zeit (2022) es el que se presenta en estas semanas con una gira europea por estadios que comenzó en Lituania y que, tras su paso por España, recalará en Italia, Holanda, Hungría, Alemania, Francia, Austria, Polonia y Bruselas, con las entradas agotadas en casi todas las ciudades.
Ninguna de las fechas se ha cancelado. No obstante, el sello que publica sus discos, Universal Music Alemania, anunció que detiene la campaña de promoción y no hará “hasta nuevo aviso” ninguna inversión en publicidad para el disco, aunque este en realidad se publicó en abril de 2022. “Tenemos el mayor respeto por las mujeres que hablaron con tanta valentía en este caso”, han dicho. La noticia está viva en los medios de comunicación alemanes, donde se ha reabierto el debate sobre los abusos de poder en el mundo del espectáculo, al igual que hizo el MeToo. Además, el pasado 17 de junio unos 150 manifestantes según Euronews realizaron una protesta en la puerta del concierto de Berna (Suiza), convocada por diferentes organizaciones juveniles socialistas y feministas.
Mientras se acerca la llegada a España del grupo, se han sucedido los comunicados al respecto de esta investigación. El pasado domingo, el batería de Rammstein, Christoph Schneider, publicó en su cuenta de Instagram un texto que denominó como sus “pensamientos personales y emociones sobre la situación actual”. Admitía sentirse “en shock”. “No creo que haya ocurrido nada ilegal”, escribe. “Nunca he visto nada así, ni oído nada como eso por parte de ninguno de nuestros cientos de trabajadores”, advertía. Pero añadía: “Todo lo que sé sobre las fiestas de Till es que personas adultas hacían juntos una fiesta. Y, en cualquier caso, parece que sucedieron cosas que, aunque no sean ilegales, personalmente considero que no están bien”, valora.
La “burbuja” de Till
El batería comenta que se han desarrollado “ciertas estructuras que van más allá de los límites y valores del resto de los miembros de la banda”. Posteriormente, busca marcar distancia entre las fiestas tras los conciertos organizadas por el cantante, de las oficiales organizadas por el grupo. Señala que Lindemann se ha distanciado de sus compañeros, creando “su propia burbuja”. Para añadir posteriormente. “Creo a Till cuando nos dice que siempre ha querido y quiere que sus invitados privados pasen un buen rato. Sin embargo, la idea exacta que sus invitados se hubieran hecho, aparentemente difiere en algunos casos de la que él se había hecho”, explica Schneider con medias palabras. Y añade: “Los deseos y expectativas de las mujeres que han hablado públicamente, probablemente no se cumplieron”.
Los testimonios que recogieron los reporteros y otros que pueden leerse en redes sociales hablan de mujeres a las que, tras enviar una fotografía, se les ofrecía una invitación para la fila cero de los conciertos y acceso a las fiestas privadas, antes o después de los conciertos. Según los testimonios, en algunos casos las mujeres eran invitadas a acompañar al cantante durante unos minutos en un espacio bajo el escenario en el descanso entre canciones durante el propio concierto. Algunas de estas mujeres creían haber ingerido sin su consentimiento algún tipo de sustancia en las bebidas, pues afirmaban tener lagunas de memoria. Otras decían haberse sentido presionadas a mantener relaciones sexuales.
El mismo día de la publicación de los reportajes, la editorial alemana responsable de las publicaciones de los poemarios de Till Lindemann, anunció que finalizaba su colaboración con el artista. “La separación entre el ”yo lírico“ y el autor/artista, que tan firmemente defendíamos, ha sido burlada por el propio autor. Desde nuestro punto de vista, Till Lindemann supera los límites inamovibles en el trato a las mujeres”, escribieron en un comunicado. Forma parte de la imaginaría de Rammstein y de la obra en solitario de su cantante el uso del sadomasoquismo, la violencia o el bondage. Es por ello que la editorial alude a eso “yo lírico” como una ficción artística y no confesional. Y es lo que ahora pone en duda a raíz de las informaciones y testimonios publicados.
La promotora responsable del concierto, Doctor Music, ha anunciado que se realizará un inusual “control nominal” en el acceso, el cual califica de “estricto”, ya que se comprobará la identidad de los asistentes que deben ser los titulares de la entrada o ir acompañados de la persona que la compró. El promotor, que ha aclarado que se realiza así por petición expresa del artista, advierte de que el acceso al recinto será “lento y laborioso” por lo que solicita que el público llegue con antelación.