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Solange ya no necesita a Beyoncé para formar parte de la aristocracia pop

Solange

Solange

When I Get HomeColumbia / SonyR’N’B7/10When I Get Home

Es curioso cómo la publicación de un álbum por sorpresa se ha convertido en símbolo de estatus, de pertenencia a la aristocracia pop. Qué duda cabe que Solange forma parte de esa categoría desde al menos la publicación en 2016 de A Seat at the Table, el disco que definitivamente la catapultó como superestrella global y con el que al fin quedó atrás el citarla junto a su hermanísima Beyoncé.

Así que la inesperada aparición online el pasado viernes 1 de marzo de su nuevo álbum, When I Get Home, no hace más que potenciar un estatus que confirma el alucinante listado de músicos asociados a este disco: Pharrell Williams, Gucci Mane, Panda Bear, Sampha and Tyler, The Creator, The-Dream, Blood Orange y una larguísima retahíla de instrumentistas, algunos de ellos reputadísimos músicos de sesión cuyos orígenes se remontan a la era dorada del soul.

Porque, efectivamente, en When I Get Home no vamos a encontrar ningún Cranes in the Sky, un hit que prácticamente justifique por sí solo todo un disco. Y la decisión no parece casual. A lo largo de estos poco más de cuarenta minutos Solange pasa revista a su manera a la Historia de la música negra: Stevie Wonder, Prince, jazz , hip hop... Las canciones aparecen interconectadas entre sí, formando parte de un todo impresionista con el que la de Texas se muestra ajena a las prioridades del pop superventas, entregada tan sólo a sus propias exigencias artísticas.

 

James Yorkston

James Yorkston

The Route to the HarmoniumDomino / Music As UsualFOLK7/10The Route to the Harmonium

Aunque en los últimos años ha buscado un golpe de aire fresco publicando discos como parte del trío Yorkston/Thorne/Khan, el músico escocés James Yorkston lleva más de tres lustros reinventando con sus propias normas el folk de su país. En sus álbumes Yorkston ha adaptado esa música de raíz a una sensibilidad melancólica, que a su vez le ha permitido desarrollar la mayor parte de su carrera en un sello como Domino, un icono en el terreno de la independencia. Ya sea con banda de apoyo o sin ella, Yorkston ha publicado de esta manera una veintena de discos, todos ellos exquisitos en la formas y notables desde el punto de vista lírico.

The Route to the Harmonium no es una excepción. Es probable que el título haga referencia a la importancia que ese instrumento, asociado habitualmente a la música devocional, ha tenido en el desarrollo de las canciones: el propio Yorkston lo interpreta en buena parte de los cortes del disco. También el dulcimer, la celesta, la nyckelharpa, la concertina, el clarinete, y por supuesto las guitarras de un disco que no aporta nada nuevo al universo musical de Yokston (posiblemente tampoco lo pretende) pero que se deja escuchar con gusto y destaca por su riqueza instrumental.

 

Rafael Berrio

Rafael Berrio

Niño futuroRosi / Gran SolROCK7/10Niño futuro

El mayor enemigo de Rafael Berrio a día de hoy son dos discos monumentales titulados 1971 y Diarios que publicó respectivamente en 2010 y 2012. Desde entonces, sus nuevas composiciones han palidecido al lado de dos obras subyugantes que evocaban a Brel sin renunciar a sus raíces ibéricas. Era aquel un camino agotado, cierto es, y desde entonces el donostiarra busca un nuevo espacio a la sombra de aquellos gigantes.

En Paradoja (2015) lo intentó buscando sus raíces loureedianas con una banda a la que le faltaba un hervor. Y en el interim entre aquel y el presente experimentó con los géneros grabando una versión de la zarzuela Adiós a la bohemia, trabajo que apenas trascendió fuera de un  pequeñísimo círculo de aficionados.

Niño futuro supone, pues, un reencuentro, pero en la cita no teníamos del todo claro a qué Berrio nos íbamos a encontrar. El nuevo disco significa además su adiós a Warner, el sello que ha publicado la mayor parte de sus discos desde los lejanos tiempos de Amor A Traición. Dadme la vida que amo, el tema que abre el disco de alguna forma despeja las dudas. Su arranque con un precioso arreglo de piano remite a ese Berrio crepuscular de aquellos primeros dos discos publicados bajo su propio nombre, hasta que el resto de la banda (guitarra, bajo y batería) hacen aparición y lo sitúan cerca de la apuesta rockera de Paradoja.

De alguna forma, en este disco en el que ilustres como Joseba Irazoki (Atom Rhumba, Nacho Vegas) o Karlos Aranzegi (Iván Ferreiro, Mikel Erentxun, Rulo y la Contrabanda) ejercen de banda de apoyo, Berrio se acerca mucho más a la síntesis de todo aquello que ha definido su carrera: el lirismo de sus letras vestidas de un rock contundente a la par que profundamente emotivo.

 

Rema Rema

Rema Rema

Fond Reflections4AD / Popstock!POST PUNK7/10Fond Reflections

Dorothy Max, batería de Rema-Rema durante su exigua existencia es capaz de resumirlo en pocas líneas: “Beber mucho té en la habitación de Marco, tocar en sótanos sucios y grabar unas demos en 1978. Once conciertos durante 1979. Un doce pulgadas publicado por 4AD en 1980. Versiones a cargo de This Mortal Coil y Big Black. Una reedición en CD. Algunos bootlegs y extras no oficiales durante estos años”.

A eso se limita la vida de una banda asociada a los primeros pasos del influyente sello británico 4AD y que ahora ve publicado prácticamente todo su legado en un disco doble que se divide entre demos, grabaciones de estudio y una versión ampliada de su única referencia oficial: el EP Wheel in the Roses, compuesto originalmente por cuatro temas y que aquí se expande hasta los siete.

¿Hay motivo para el culto que aún hoy se profesa a Rema Rema y a estas canciones? Fond Reflections no deja de ser una curiosidad destinada a fans e iniciados en el afterpunk, un género en el que Rema-Rema distan mucho de ser pioneros o especialmente singulares.

Por mucho que en las notas de esta magnífica edición Dorothy Max asegure que los componentes del grupo sentían pasión por sonidos como los del funk o el soul, lo cierto es que a la hora de escuchar estas canciones resultan mucho más evidentes otras referencias igualmente reconocidas como la Velvet Underground o Siouxsie & the Banshees (con quienes llegaron a compartir escenario). De hecho con el paso del tiempo Rema Rema casi más han sido recordados por servir de campo de pruebas para músicos que terminarían formando bandas como Renegade Soundwave, The Wolfgang Press, This Mortal Coil, Mass o Psychic TV,

 

Robert Forster

Robert Forster

InfernoTapete / Gran SolFOLK POP8/10Inferno

En el tema que da título a su nuevo álbum el ex The Go-Betweens canta no sin sentido del humor a su ciudad Brisbane, a la que califica de “infierno en verano”. Sin embargo la grabación de este trabajo ha llevado a Robert Forster muy lejos de allí, casi en sus antípodas. Inferno se ha registrado a lo largo de unas pocas semanas en Berlín de la mano del productor Victor Van Vugt, un habitual de lo más granado de la escena rock australiana: ha trabajado en el pasado con The Triffids, Nick Cave, Mick Harvey, Barry Adamson y con el propio Robert Forster en su primer disco en solitario, el ya lejano Danger in the Past (1990).

¿Retorno al pasado, pues? Partiendo de la base de que Forster siempre ha sido fiel a sí mismo y que este disco no es una excepción, en Inferno hay intentos por expandir su sonido, como en el tema de apertura, Crazy Jane on the day of Judgement, en el que adapta un poema de W.B. Yeats y musicalmente el protagonismo del piano engrandece el tema. Curiosamente es lo más cerca que Forster ha estado nunca del lirismo oscuro de Cave o Harvey, y es probable que la elección de Van Vugt como productor tenga mucho que ver en ello.

No obstante, el cantautor lírico y ligeramente socarrón, el observador de pluma afilada, saca la cabeza a lo largo del disco, cantando sobre el paso del tiempo para gozo de su reducido pero selecto grupo de fans. El disco decae un poco en la recta final con un par de rock’n’rolls sin demasiada gracia. Pero con todo y con ello sorprende el altísimo nivel que Forster demuestra a lo largo de su ya extensa discografía, tanto en los años de los míticos The Go-Betweens como en las últimas tres décadas en solitario.

 

Rocío Márquez

Rocío Márquez

Visto en El JuevesUniversalFLAMENCO8/10Visto en El Jueves

El título de lo nuevo de Rocío Márquez a priori puede resultar chocante para quienes han seguido la trayectoria de esta renovadora del flamenco, autora de discos tan rotundos como El niño o Firmamento. Pero todo tiene su explicación: con Visto en El Jueves, la artista onubense no se refiere al semanario satírico sino al mercadillo más antiguo de cuantos hay en Sevilla, del que Márquez era habitual.

De esta forma, su nuevo álbum se convierte en una mirada retrospectiva a un tiempo pasado en el que el acceso a la música por parte del audiófilo tenía lugar con otros códigos bastante más exigentes que los actuales. “Mirar hacia atrás para poder mirar hacia delante” ha resumido en una entrevista reciente la propia Márquez, una frase que engloba en su simplicidad la esencia de todo su arte.

El disco parte de una peculiar coartada conceptual: sus catorce canciones (cameo de Kiko Veneno incluido) son interpretaciones de piezas que Rocío Márquez encontró en el mercadillo de El Jueves. Y de esta forma y con la ayuda de Juan Antonio Suárez Cano “Canito” pulsando las seis cuerdas, se enfrenta a un cancionero clásico en el que caben de Bambino a Paco Ibáñez, desde Luz de luna en la versión de El Cabrero hasta Se nos rompió el amor, la canción que popularizó Rocío Jurado y que aquí adapta de la versión de Fernanda y Bernarda de Utrera.

El álbum supone un regreso al territorio natural en el que se mueve esta excepcional cantante, tras la excursión por el terreno de lo experimental que supuso el disco publicado hace unos meses junto al violagambista Fahmi Alqhai. Un territorio natural que, partiendo de la tradición, florece cuando Rocío encuentra nuevas vías de expresión para el flamenco.

 

Test Dept

Test Dept

DisturbanceOne Little Indian / Popstock!INDUSTRIAL8/10Disturbance

Ni los más optimistas apostarían a un retorno de los industriales Test Dept en tan buena forma como demuestran en este Disturbance. Han pasado más de dos décadas desde la disolución de la banda y aunque su influencia puede rastrearse en infinidad de estilos –desde la escena dubstep al doom más intelectualizado- el género industrial tal y como fue definido en los 80 por Test Dept., SPK o Cabaret Voltaire suena inevitablemente a música que referencia otro tiempo y otro lugar.

Pero ese no es el problema de Disturbance, un disco en el que Graham Cunnington y Paul Jamrozy en una suerte de banda sonora distópica priorizan la creación de ambientes sobre los brutales ejercicios rítmicos que antaño caracterizaron a Test Dept. Algo de eso queda todavía por ejemplo en esa actualización de la EMB que es Information Scare, uno de los pocos temas de este disco con letra: “¡Hail! Las trompetas llamando, yace el alma de una nación desnuda. Control, abuso, introducen el terror a la información”.

Pero en líneas generales y al referirnos a este disco podríamos decir que a través de la electrónica y el sampler Test Dept. han modificado su discurso musical para, dos décadas después, seguir siendo tanto o más reconocibles que en los años en que representaban la punta de lanza de la vanguardia pop.

 

Thighpaulsandra

Thighpaulsandra

Practical ElectronicsMegoEXPERIMENTAL7/10Practical Electronics

Los que una década más tarde aún seguimos llorando el trágico final de Coil encontramos cierto consuelo, además de en la avalancha de reediciones y recuperación inédito del dúo, en la publicación de trabajos a cargo de músicos cercanos a Balance y Christopherson. Posiblemente el que más, hasta el punto de llegar a ejercer durante un tiempo como miembro de pleno derecho de la banda, sea el galés Thighpaulsandra, que a lo largo de su carrera también ha estado vinculado con otros perros verdes que entienden la música popular como una suerte de viaje espiritual más que como un mero divertimento, gente como Julian Cope o Jason Pierce (Spiritualized).

El caso es que Thighpaulsandra está de vuelta con su octavo álbum bajo ese nombre, un disco que efectivamente es lo más cercano que ningún artista en activo va estar del universo Coil. Lo deja entrever la propia portada del disco: hay algo de teatralidad y sobreactuación en estas cuatro piezas que superan cada una los diez minutos de duración, pero también una solemnidad que invita al oyente más inquieto a entrar dentro y perderse durante una hora en un universo de frecuencias inusuales, rítmica abstracta y misticismo. Obviamente dista mucho de ser música para todos los públicos, pero los pacientes tienen premio.