Madrid, 9 jun (EFE).- Ha sido un proceso arduo, lleno de dudas y “autoexigencia” a la búsqueda de una perfección que no existe, pero de su primer LP, “Tiene que ser para mí”, dice Natalia Lacunza que ha salido “contenta” y victoriosa con una colección de canciones “compactas” que conectan con la sensibilidad.
“En el mainstream español no hay mucho de eso, somos más fríos y se tiende más a la chulería, creo que por pudor, por intentar dar una imagen más de seguridad al exterior”, opina a Efe esta joven compositora e intérprete tras contrastar esa filosofía en sus recientes viajes a México con otra forma de volcarse en la música.
En tales trayectos al otro lado del Atlántico se escribió parte de este álbum, construido a lo largo de dos años y que toma el relevo a los EP “Otras alas” (2019) y “EP2” (2020) con los que Lacunza (Pamplona, 1999) se reveló como una de las voces con más personalidad y seguidores de cuantas pasaron por el programa “Operación Triunfo”.
“Tardé tanto porque me sentía demasiado novel para enfrentarme a un disco largo, pero he tenido mi tiempo de ver, oír y callar y ahora ya estaba preparada”, alega la artista navarra, que reconoce que en la primera etapa de composición desechó muchas canciones por un “alto nivel de autoexigencia”.
Las que se quedaron, indica a continuación, terminaron ordenándose solas para explicar el contexto de su creación. “Son pensamientos míos de cosas tan básicas como crecer y de repente tener muchas responsabilidades profesionales y personales, de cómo me adaptaba a eso y de darme cuenta de que me hacía mayor de verdad, sin vuelta atrás”, explica.
“Ahora me permito un poco más el error. Estuve en una época de ser muy machacona conmigo injustamente, pero en este punto me estoy dando tregua, trabajando para ser más flexible y descansar, porque la perfección es falsa”, afirma Lacunza, que ha coproducido el disco junto a Pau Riutort y presume del resultado, “muy variado y compacto a nivel musical”.
Sobre “elementos comunes que hacen que el viaje sonoro sea homogéneo”, enumera las distintas influencias y estilos: pop de los 2000, canciones más tipo R.E.M., britpop, r&b, drum & bass, cortes más ochenteros y hasta un bolero compuesto junto a la mexicana Silvana Estrada, “Tiempo atrás”.
“'Olvídate de mí' ya nació como un bolero, pero lo europeicé porque me sentía un poco impostora”, cuenta sobre esta nueva y más decidida incursión en dicho género, al que ha dotado de una producción contemporánea.
Añade que la premisa de partida fue hacer un disco pensado para el directo, que tuviera la base del sonido de banda, y en breve podrá demostrar cómo se trasladan estas 12 nuevas canciones a una gira que estará el 17 de junio en El Bosque Sonoro de Zaragoza y el 24 de junio en Tomavistas Extra de Madrid.
Además pasará el 15 de julio por el Ribera Sound de Tudela (Navarra), el 29 de julio por el Oasis Sound de Ciudad Real y el 25 de agosto en el festival Gigante de Alcalá de Henares, de nuevo en Madrid.
A futuro, además, no descarta tentar esta vez de una forma más decidida su salto a Eurovisión tras una preselección en 2019 a la que no fue del todo cómoda. “Yo ni había nacido como artista, no tenía recorrido y no había estado implicada en la creación del tema”, se excusa.
¿Participaría ahora en Benidorm Fest? “No lo descarto si encuentro una canción que encaje, porque a mí me encanta un show”, responde.
Javier Herrero.