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Nueve películas que deberías ver aunque no vayan a ganar ningún Oscar

A finales de enero, la Academia de Hollywood anunció a bombo y platillo la lista de nominados de la 89º edición de los Oscar. Mientras La La Land copaba el plantel con 14 nominaciones, un récord que sólo habían conseguido antes Titanic y Eva al desnudo, muchas películas se quedaban fuera. Nada menos que 336 eran los títulos que aspiraban a ser elegidos en las categorías genéricas, 31 más que el año anterior.

Para poder pisar la alfombra roja más vista del mundo, los filmes tenían que cumplir varios requisitos: haberse estrenado comercialmente en Los Angeles antes del 31 de diciembre de 2016, proyectarse en 35 o 70 milímetros o en algún formato digital calificado y haber aguantado en salas al menos siete días consecutivos.

Aun cumpliendo estas normas, es inevitable que muchos títulos se queden fuera de la selección; la que centra el foco y el debate en unas pocas afortunadas. También es inevitable tener que hacer una criba en este texto, pues no se han incluido películas que a pesar de contar con alguna nominación merecían muchas más, como Elle, la increíble película de Paul Verhoeven, Animales nocturnos, que tan bien cayó en Cannes, o el religioso retorno de Martin Scorsese a la palestra con Silencio. Además de títulos tan imponentes como la magna Sieranevada o el drama portugués Aquarius que no tenían opciones por no cumplir alguna de las normas.

Así las cosas, las películas que siguen podrían haber optado a los premios de la Academia de Hollywood y se cuentan entre lo mejor del año, digan lo que digan los Oscar.

La doncella

La doncella

Era una de las mejoresmás seductoras películas del año pero no ha sido suficiente para encandilar a la Academia. Un cuento truculento ambientado en la ocupación japonesa de Corea, dirigido con el excelente talento para el detalle de Park Chan-wook. Un laberinto sume al espectador en un estado de hipnosis, mientras presencia la historia de una criada contratada por una rica mujer recluida en una mansión oscura y llena de secretos.

Su puesta en escena, su guión adaptado de una novela de Sarah Waters o las actuaciones (y la química) de Kim Min-hee y Kim Tae-ri. Es difícil enumerar todas sus virtudes. Basta con verla.

Sing Street

Sing Street

El realizador irlandés John Carney se ha especializado en ofrecer una comedia musical cada pocos años. Obviando todas esas historias de que el musical estaba muerto, apostó por llevarlo al terreno del drama romántico independiente con Once y le funcionó a las mil maravillas. Repitió la jugada con Begin Again y, sin alcanzar las cotas de calidad de la anterior, salió bien parado de la jugada.

Con Sing Street cambia ligeramente las normas para dejarse llevar por una comedia teen absolutamente encantadora. En el Dublín de 1980, la historia de Sing Street sigue los pasos de Conor, un joven y talentoso músico que, cautivado por una chica llamada Raphina, decide formar una banda para que ella protagonice sus videoclips.

Paterson

Paterson

Jim Jarmusch daba en el clavo con este poco velado homenaje al poeta William Carlos Williams, originario de Paterson, Nueva Jersey. En la misma ciudad, el personaje interpretado por Adam Driver, también llamado Paterson, conduce un autobús público y escribe poemas. Una semana de su vida, eso es todo lo que cuenta el filme.

La película es un delicado canto a la creatividad, se encuentre donde se encuentre, y a la capacidad de apreciar la belleza de las pequeñas cosas. Un relato emotivo y amable, pero nada sentimental, que llega a lo más profundo sin apenas esfuerzo. Esta joya se ganó múltiples alabanzas a su paso por Cannes, por los Premios Gotham y por los galardones de la crítica de Los Angeles.

Buscando a Dory

Buscando a Dory

Buscando a Dory no tenía fácil enfrentarse al recuerdo que había dejado la anterior aventura submarina de Pixar. Buscando a Nemo es, a día de hoy, una de las mejores películas de la factoría.

Pasa con casi todas las secuelas inesperadas: mancillan el buen nombre de la primera, o resultan ser correctas pero sin estar a la altura. Lo cierto es que Buscando a Dory es una película excelente tanto en su factura como en su más que digno desarrollo. Pero ser una de las mejores películas de animación del año no le ha servido de nada al estudio del flexo esta vez.

Un monstruo viene a verme

Un monstruo viene a verme

Se podrán decir muchas cosas de Un monstruo viene a verme: que es demasiado exagerada, que busca la lágrima fácil, que es un dramón… pero es difícil obviar que es también una película sincera. No cuenta, ni lo pretende, una historia sencilla, de las que se olvidan al salir del cine. Su mera sinopsis podría asustar a más de uno: es la vida de un joven que debe cuidar de su madre enferma de cáncer mientras lidia con el bullying que sufre en el colegio.

Fábula de fábulas, Un monstruo viene a verme reflexiona sobre el poder transformador de la tradición oral. Rompe, también, con el significado obvio de moraleja, pervirtiendo el efectismo de la lección fácil. Nada es blanco o negro ni tiene sólo una lectura: ni en el cine, ni en la literatura.

Your Name

Your Name

Antes de su estreno comercial previsto para abril, se pudo ver en el pasado Festival de Sitges, donde se hizo con el premio a Mejor Película de Animación. También fue nominada a los Annie, los más prestigiosos del sector, y a una ristra de premios suficientemente extensa para, como mínimo, llamar la atención de cualquier amante del cine.

Cierto es que pesa sobre ella un aire ingenuo que puede costar de superar, y que su preciosismo visual disimula problemas narrativos. A pesar de ello, la última película del cada vez más reconocido realizador Makoto Shinkai se cuenta entre los mejores títulos que nos ha brindado la animación nipona en lo que va de década.

En Japón ya ha conseguido romper el récord de taquilla de esa obra maestra llamada El viaje de Chihiro. Pero para la Academia, no ha sido suficiente ni para colarse en la categoría en la que la película de Hayao Miyazaki hizo historia.

Neruda

Neruda

Pablo Larraín bien podría haber sido premiado por más de una película en la 89º edición de los Oscar. La mirada chilena dispuesta a revolucionar el biopic compite en tres categorías gracias a Jackie. Puede o no ser relevante el hecho de que ésta sea su primera película norteamericana, pero lo cierto es que la misma impronta visual y narrativa tenía una hermana gemela inmediatamente anterior: Neruda.

La particular biografía del poeta chileno estuvo nominada a los Globos de Oro, fue muy bien recibida en Cannes y para la National Board Review es una de las mejores películas del año. Todos tienen parte de razón: el talento de Larraín merece un reconocimiento acorde a su visión. Mientras la Academia se decide, Neruda se confirma como un biopic libre y voraz. Como Pablo Neruda, sin ir más lejos.

The Neon Demon

The Neon Demon

Sabido es que la Academia no es amiga del terror ni del fantástico. Poco tenía que hacer una película en la que ambos géneros están más que presentes, aunque no de manera manifiesta. El caso es que última película Nicolas Winding Refn ha quedado como uno de los más provocadores ejercicios fílmicos del año. Tantos detractores como amantes hacen evidente que, aunque ponga de los nervios, su cine no es agradable pero tiene algo.

El caso es que The Neon Demon cuenta con una de las mejores direcciones de fotografía del año, y su dominio de la puesta en escena y de las posibilidades del sonido juegan a favor de su mejor baza: la inmersión. Aunque solo fuese por la polémica, The Neon Demon merecía algo más de atención.

Julieta

Julieta

Con dos Oscars en su haber, Pedro Almodóvar ya no debe sorprenderse cuando le llaman para decirle que se ha quedado fuera de los Oscar. Sin embargo, Julieta suponía un regreso al escenario de un realizador más sosegado y maduro que el que poco antes había estrenado aquella debacle cinematográfica llamada Los amantes pasajeros.

Esta vez nos enfrentábamos a un drama sobre la maternidad elegante, sin estridencias en su ejecución e inteligente en su desarrollo. Un regreso al cine de calado, que no exactamente de calidad, que bien podría haber supuesto el regreso a Hollywood del director de Calzada de Calatrava.