Después de cumplir casi nueve meses en prisión preventiva, el acosador que ha amenazado de muerte a la artista y escritora Paula Bonet ha sido puesto en libertad unas semanas antes del juicio que determinará si el investigado vuelve a prisión por acosarla desde 2019. Bonet ha decidido anular toda presencia en actos públicos para preservar su seguridad, en plena promoción de su nuevo libro, Los diarios de la anguila (Anagrama). En una entrevista por escrito con elDiario.es asegura que se encuentra “serena”. “Por eso tuve que anular todo, para no perder la fuerza que he trabajado y consolidando durante este último año. Sobre todo los últimos meses, sabiendo que el juicio estaba cerca”, explica la artista.
En opinión de los tres magistrados de la Audiencia Provincial de Barcelona, sección décima, “el conjunto de datos recopilados en la instrucción de la causa no ofrece de forma mínimamente rigurosa o razonable la perpetración de un delito”, tal y como explican en el auto al que ha tenido acceso este periódico. Como no ha existido una agresión física, lo dejan en libertad. Como el encarcelamiento del acusado fue una medida preventiva, no hubo una actuación instructora que investigara el caso en profundidad y en el relato de la denuncia los hechos “no constituyen delito”, según los jueces de la Audiencia Provincial. Además, aseguran que “en ningún momento [hubo] acto de violencia, ni siquiera remotamente”. Además, las dos magistradas y el magistrado sostienen que el riesgo sobre la vida de Paula Bonet es “inexistente”.
“Si he de ser sincera, no me sorprendió que lo soltaran: para el mundo, las mujeres seguimos siendo la alteridad. Poco puedo esperar de un contexto que sigue negando la violencia machista”, cuenta Paula Bonet a este periódico. ¿Qué es lo que más le indigna? “Que mi historia no es una excepción, que este contexto las cuente a cientos, que sea mi privilegio lo que la haga visible”. ¿Qué medidas de seguridad ha tomado? “No salgo sola y llevo el frasco de gas pimienta pegado a la palma de la mano. Estoy siempre alerta. Compruebo a diario que las cámaras del taller sigan funcionando y graben a tiempo real”, explica la autora de La anguila (Anagrama).
“Voy a descuartizarte”
Hay que recordar que Bonet denunció el acoso por primera vez en marzo de 2020, la segunda en septiembre de 2020. Aunque el acoso empezó en 2019. Su abogada Carla Vall i Duran ha ido ampliando la denuncia con nuevos hechos desde entonces. El 30 de septiembre reclaman una orden de alejamiento contra el acosador porque pasó a actuar en la esfera digital para amenazar de muerte a Paula Bonet.
El 16 de septiembre de 2020, lanzó varios tuits de su perfil personal, ahora eliminado, que se presentaron como prueba para reclamar el alejamiento inmediato: “Eres una niñata indolente, una embaucadora empedernida y una mentirosa compulsiva. ¿Por qué no te largas a llorar a casa de mamá y papá el resto de tu vida y dejas a las personas inteligentes y maduras arreglar el mundo que habéis estropeado toda tu generación de pijoteras malcriadas? Más te vale no volver a pisar mi ciudad porque como me cruce contigo voy a estrangularte y descuartizarte para complacer a todos los miserables vagabundos que habitan las calles de Barcelona. Verás qué festín, dejaré los ojos para lo último y me guardaré los pezones en una carmanyola para mi propio disfrute […] Si lo prefieres puedes suplicar clemencia a este acosador, violador, torturador y psicópata; solamente serás violada hasta tener tu tercer y último aborto...”
Lejos de esconderse, el acosador terminó el hilo de tuits indicando su nombre completo e incluyendo una fotografía suya. Dos días después de que el investigado amenazara con violar, matar y descuartizar a Paula Bonet, la abogada Carla Vall i Duran presentó este hilo en el Juzgado de Instrucción número 9 de Barcelona. La letrada aseguró que las amenazas generaron un sentimiento intenso de miedo que la obligó a abandonar la ciudad para garantizar su protección. Se dictó orden de alejamiento, pero el acosador no la cumplió. Y entró en prisión el 23 de diciembre de 2020. Los tribunales vieron suficientes indicios graves como para privarle de la celebración de las Navidades.
Persecución y acoso
Tres meses después, en marzo de 2021, la justicia decidió ponerle en libertad. El acosador no se detuvo en su persecución y amenazas. Paula Bonet aprovechó esos meses que tuvo de libertad para cambiar de taller, pero el acosador descubrió la nueva ubicación secreta. Decidió presentarse a diario en la puerta. Bonet publicó una foto del mismo al otro lado del cristal. Carla Vall i Duran presentó en septiembre de 2021 una denuncia por saltarse la orden de alejamiento y a la primera vista el acusado no se presentó. El cinco de octubre se celebra la nueva vista y la jueza de primera instrucción no duda en mandarlo a prisión de manera inmediata.
Y allí ha estado hasta hace unos días, liberado por la Audiencia Provincial. El abogado del demandado por acoso celebraba en su blog la puesta en libertad de su cliente y explicaba cómo se ha opuesto a que se le impute por la comisión de un delito de odio contra las feministas. “El supuesto acoso denunciado nada tiene que ver con el activismo feminista de la Sra. Bonet”, asegura en su blog Sergi Mercé Klein, que podrá explicar durante el juicio entonces a qué se debe.
Bonet ha decidido apartarse de la escena pública, a la espera de la celebración del juicio en el que le reclaman para el acosador dos años de cárcel, 1.000 metros de alejamiento y la prohibición de comunicarse con ella por un delito de acoso de modo continuado; dos años de cárcel por un delito de amenazas; y 24 meses de multa con cuota diaria de 12 euros y un día de privación de libertad por cada dos cuotas diarias impagadas por quebrantamiento del alejamiento. Además, “en concepto de responsabilidad civil derivada del daño moral perpetrado durante años, así como la imposibilidad de trabajar con normalidad”, la abogada Carla Vall i Duran reclama 15.000 euros al acusado.
“Hace un año pensé que la fuerza implicaba que no modificara mi vida y así fue como actué: como si no pasara nada. Hoy sé que la fuerza tengo que destinarla a cuidarme, a no exponerme innecesariamente. No quiero perderla, no puedo permitir que eso suceda”, cuenta Bonet. Reconoce que a lo que más teme no es solo por su vida. “Eso era algo que me bloqueaba. Ahora temo que algo que pensaba que era evidente (conseguir la igualdad y reventar privilegios), no lo sea en absoluto”, explica la artista.