Los museos sufren la falta de personal: persisten los cierres y se retrasan las oposiciones
La crisis de los museos no se ha resuelto. Permanecen cerradas algunas salas de las 16 instituciones estatales debido a la falta de auxiliares de Servicios Generales N6, los conocidos como vigilantes en salas. El convenio laboral aprobado en 2019 ha degradado de categoría a estos empleados y ha estructurado los diferentes trabajos de atención al público según diferentes categorías y titulaciones. Esto ha provocado, por ejemplo, que un auxiliar de sala no pueda sustituir a un taquillero si este se pone enfermo, por lo que ha habido museos que han cerrado este verano al no poder vender entradas.
Para intentar paliar esta crisis, el Ministerio de Cultura ha anunciado este lunes contrataciones extraordinarias para así poder abrir las salas de Grecia y Egipto del Museo Arqueológico Nacional. Son 18 puestos de atención al público (vigilantes de sala y un taquillero) que se activarán este martes. Se trata de una incorporación temporal hasta que se convoquen y resuelvan los procedimientos selectivos de la Oferta de Empleo Público 2020, que prevén 80 plazas, 76 de ellas destinadas a puestos de atención al público.
Los problemas vienen de atrás. En mayo de 2019 se aprobó el IV Convenio Único del personal de la Administración General Estatal. Uno de los objetivos del nuevo convenio acordado por el Gobierno y sindicatos era crear grupos profesionales en función de la actividad a desempeñar. Para ello, debían especificar la categoría y titulación requerida para acceder al empleo de vigilante en sala. Como no existe una FP concreta para el puesto, los vigilantes sufrieron un descenso de categoría al E1, aun habiendo hecho las oposiciones con un temario idéntico al que se exige para el E2. Desde entonces, los museos estatales gestionados por el Ministerio de Cultura sufren falta de personal para cubrir los turnos.
Las bajas y jubilaciones han dejado vacantes abiertas que no se pueden cubrir fácilmente porque la formación de los vigilantes ya no encaja con la que ahora se exige. Como consecuencia de un personal insuficiente, los museos llevan alrededor de año y medio cerrando sus salas temporalmente, justificando en su página web que se debe a “motivos de organización interna”. Algunos de los museos más afectados son el Museo Sorolla, el Arqueológico, el del Romanticismo y el Cerralbo, entre otros. El Museo de América y el Nacional de Escultura también se vieron obligados a cerrar espacios, pero actualmente están abiertos al completo, salvo casos excepcionales.
El Arqueológico ha sido el museo más perjudicado con estos desajustes. Tiene salas que no se pueden visitar desde la pandemia. En 2020 cerraron las exposiciones permanentes de Reinos Cristianos, Moderna, Numismática y la Réplica de Altamira: no han vuelto a abrir. El resto sufren aperturas y cierres constantes, como es el caso de Oriente próximo o Historia del Museo. Las salas de Egipto y de Grecia estuvieron abiertas hasta hace apenas una semana. De esta manera, a día de hoy toda la Planta 2 se encuentra fuera de acceso, aunque se espera que con la medida de urgencia del Ministerio de Cultura, se reabran. Fuentes del museo explican que desde 2020 “no ha llegado a reabrirse por completo”: “Si una persona se da de baja, no se repone, por tanto hay una falta de personal que no se puede solucionar hasta que salga la próxima convocatoria”. Las fuentes con las que ha contactado este medio también quieren recordar que “no es algo puntual” y que luchan por solventar la situación, pero que “no se puede hacer nada más que esperar” a la solución del Ministerio.
Las otras instituciones afectadas salen del paso con reorganizaciones semanales. Actualmente el Museo Sorolla cierra por las mañanas la Sala 2 y abre al completo por las tardes. El Museo del Romanticismo alterna el cierre y apertura de algunas salas casi diariamente, “según haya personal suficiente o no”, dice un trabajador anónimo. En el Museo Cerralbo no se puede visitar ni la parte de Verano ni la de Invierno, pero sí la parte más antigua del museo.
A la espera de convocatoria
La escasez de vigilantes en sala también genera inquietud entre los trabajadores del Museo del Prado, tanto por las necesidades de cubrir todos los turnos como por la consolidación de las plazas que actualmente ocupan interinos. Esta institución convocó hace un año y tres meses una oposición para 28 plazas de vigilancia y, a día de hoy, todavía se desconoce cuándo se celebrará el examen. Según indican sus bases, el plazo máximo para la celebración del ejercicio es de ocho meses. Siendo agosto un mes inhábil, el Museo está incumpliendo las bases desde el 28 de abril de este año, según los expertos consultados. Fuentes del Museo del Prado indican que los plazos suelen ser orientativos.
El Museo informó en junio de que la oposición no se celebraría antes del 15 de septiembre pero, desde entonces, han circulado rumores sobre posibles fechas para el examen, pero ninguna comunicación oficial. Se trata de plazas que, además, vienen de muy atrás, pues 11 de ellas pertenecen a la Oferta de Empleo Público (OEP) de 2018. Las OPE se deben ejecutar en un plazo máximo de tres años y, en esta ocasión, la resolución de convocatoria se ha publicado dos días antes de que acabara el plazo. Según los expertos consultados, es interpretable si el plazo está o no expirado, y por tanto la convocatoria caducada, dependiendo de si se toma como referencia la fecha de la publicación de la convocatoria en el BOE (31 de julio) o la del examen (que aún se desconoce).
Otras 14 plazas vienen de la OEP de 2019 y las tres restantes son una reserva para personas con discapacidad. En la misma convocatoria se tiene que renovar la bolsa de trabajo temporal, que estará compuesta por 450 candidatos y que se formará con aquellos que se presenten pero no consigan plaza.
Los sindicatos consultados afirman que la Administración Públcia tiene todavía concursos de la oferta de 2018 sin resolver y que la pandemia ha generado grandes retrasos en las tramitaciones.
Petición en la Asamblea de Madrid
Hace una semana la consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid pidió al ministro de Cultura resolver el problema de los vigilantes de sala, alegando que “en algunos casos se ha llegado al cierre del 50% del espacio” y que la situación puede conllevar un “impacto negativo” en el turismo. Con la última irrupción de dos activistas climáticos en el Museo del Prado, la consejera Marta Rivera de la Cruz ha puesto en relación ambos temas y resaltado que desde el Gobierno de la Comunidad de Madrid ya se había advertido de la falta de vigilantes en los museos: “En una época en que han tenido lugar ataques vandálicos en distintas pinacotecas europeas, me parece especialmente preocupante un problema de control en la salas”, dijo la consejera. Los trabajadores afectados, sin embargo, prefieren insistir en que “a menudo se olvida o no se destaca lo suficiente” que los vigilantes de sala son “personal de evacuación en caso de emergencia”, dice una empleada que prefiere permanecer en el anonimato.
Miquel Iceta respondió a la petición de Rivera con una carta en la que asegura que las plazas vacantes “se cubrirán con la convocatoria de Oferta de Empleo Público de 2020, que se publicará a principios de 2023”. De manera provisional, dice Iceta, “se va a proceder a la contratación temporal de trabajadores para reforzar la plantilla”. Se prevé que cuando se resuelva el concurso, habrá una dotación estable de 80 trabajadores en los 16 museos de gestión estatal. “De estas 80 plazas, 76 estarán destinadas a puestos de atención al público”, dicen fuentes del Ministerio de Cultura.
Con la reciente noticia de que los presupuestos de Cultura para 2023 serán más ambiciosos que nunca, también se espera solventar el problema. Miquel Iceta aseguró que entre los 600 funcionarios que se prevé contratar, habrá plazas también para las instituciones que dependen del Ministerio: “Esto está pasando porque el Gobierno anterior puso una tasa de reposición cero a bajas y jubilaciones. No se cubrían, pero desde que llegó el Gobierno progresista ya no es cero y estamos haciendo un esfuerzo importante”, dijo el ministro en la presentación de los presupuestos culturales.
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