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Piden proteger el único mural de César Manrique que queda a pie de calle en Madrid

Piden proteger el único mural de César Manrique que queda a pie de calle en Madrid
Madrid —

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Pepi Cardenete

Madrid, 28 mar (EFE).- En la madrileña calle de Santa Cruz de Marcenado, entre el icónico Edificio Princesa e, irónicamente, la Casa de Canarias, se erige desde hace más de 70 años un mural de César Manrique (1919-1992), carcomido por la suciedad y el paso del tiempo, e inspirado en el mundo de la construcción.

Entre manchas, papeles pegados y desconchones, Manrique representa un botijo y una hormigonera, y a albañiles subidos a escaleras, arrastrando sacos o portando cubetas en la cabeza, todo ello plasmado con una austera paleta de colores en un mural de azulejos de cerámica que es apremiante proteger por varias razones.

Porque es la única obra a pie de calle que se conserva en Madrid de todas las que encargaron a Manrique realizar empresas como hoteles y bancos; porque data de 1954 y da cuenta de una fase del artista lanzaroteño en la que conecta con las vanguardias y con las nuevas tendencias artísticas del Madrid de los años 50, y porque el local en el que está incrustada, en el número 9 de Santa Cruz de Marcenado, está en venta y puede peligrar su futuro.

Así lo explica a EFE Violeta Izquierdo Expósito, profesora de la Universidad Complutense de Madrid y experta en la obra de Manrique, que incide en que es una pieza que “necesita ser preservada como parte de su legado”.

Lo asevera tras hacer hincapié en que muchas de las creaciones que se encargaron a Manrique durante su etapa en Madrid, donde llegó para estudiar en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, acabaron siendo destruidas, entre otras cuestiones, por falta de conocimiento una vez el inmueble o la compañía que hizo el encargo cambió de manos.

“El que llega muchas veces no sabe lo que hay ahí”, resalta Izquierdo.

Eso teme que ocurra con el mural de la calle Santa Cruz de Marcenado, que es más grande de lo que parece a simple vista: no solo recubre gran parte de la fachada exterior del local en venta, sino que se adentra en el establecimiento, aunque esa parte se esconde tras una persiana metálica llena de grafitis.

Según comenta la experta, se lo encargó a Manrique una empresa de construcción, de ahí su iconografía: albañiles y elementos típicos de este sector están representados con una estética “bastante figurativa”, aunque también se aprecia “cierta tendencia a la abstracción”.

El Ayuntamiento estudia incluirlo en el catálogo de elementos protegidos

Izquierdo explica que en 2022 contactó con ella Patricia Esquivias, una pintora que le pidió hacer un informe del mural de la calle Santa Cruz de Marcenado para, después, solicitar al Ayuntamiento de Madrid su inclusión en el catálogo de elementos protegidos del consistorio.

Esquivias cursó la petición en julio de 2022 ante el área de Urbanismo, y asegura que, desde entonces, no ha obtenido respuesta y fuentes municipales trasladan a EFE que se está estudiando la solicitud.

También la Fundación César Manrique apuesta por cualquier medida que contribuya a la protección y conservación de la pieza mural, ya sea declarándola Bien de Interés Cultural (BIC) y restaurándola en su emplazamiento original o, si no fuera posible, “adquiriéndose por parte de alguna administración canaria”, como ocurrió hace pocos años con otra pieza mural, ubicada en el interior de un local de la madrileña calle Covarrubias.

En aquel caso, la Fundación intervino ante la propiedad del local y el Cabildo para facilitar la adquisición y posterior arranque de la pieza, como así sucedió finalmente, comentan a Efe desde la institución cultural.

Institución que, hace casi 30 años, en 1996, encargó un informe para conocer el paupérrimo estado de conservación del mural de Santa Cruz de Marcenado, y que en 2018 se dirigió formalmente a la comunidad de propietarios del edificio para conocer quién o quiénes eran los dueños del local y manifestar la preocupación por el estado en el que se encontraba la pieza.

La Fundación, sin embargo, nunca obtuvo respuesta a esa carta.

Otro hito en el intento de proteger el mural de César Manrique se produjo en 2022, cuando la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias mostró su interés por tramitar, junto al Ministerio, la protección, salvaguarda o reproducción del mural.

La Fundación colaboró con las partes enviando información sobre la pieza, pero “finalmente las gestiones de las administraciones no llegaron a consolidarse en un sentido práctico”.

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