En su primera aparición en público tras la publicación de las acusaciones de acoso sexual en su contra, Plácido Domingo ha recibido una larga ovación del público del Festival de Salzburgo. Aplausos y vítores que han acompañado su actuación en la ópera Luisa Miller en el marco del festival.
El propio tenor ha agradecido su recibimiento: “Ha sido un cariño de todo el público, había una ópera extraordinaria con un cast fantástico y que ha sido verdaderamente inolvidable”, afirmaba en declaraciones a EFE. “El público nos ha recibido con cariño a todos y aquí estamos”, afirmaba.
Previamente, a la salida del Grosses Festspielhaus donde tuvo lugar la representación de la obra, el tenor y barítono de 78 años firmó autógrafos, rodeado de admiradores que gritaban “¡Bravo, Plácido!”.
El pasado 13 de agosto, AFP daba a conocer las declaraciones y experiencias de nueve mujeres que afirmaban haber sufrido acoso sexual por parte del tenor en los años ochenta. Revelaciones que describían tocamientos, propuestas incómodas y en ocasiones relaciones sexuales que alguna de las denunciantes no quería haber realizado.
“Pero cómo le dices que no a Dios”, dijo Patricia Wulf, la única que desveló su nombre. La respuesta de Domingo reflejó su propio shock: “Los baremos por los que nos medimos hoy son muy diferentes a los del pasado”.
Tras aquello, la Ópera de Filadelfia y la de San Francisco anunciaron las cancelaciones de sendos conciertos que tenían contratado con el tenor, pese a que no hay sentencia concluyente acerca de las acusaciones. La Ópera de Los Ángeles, en la que trabaja Domingo como director general desde 2003, anunció que abriría una investigación.
En España, sin embargo, la respuesta fue mucho más cautelosa y varias sopranos como Ainhoa Arteta, Pilar Jurado –actual presidenta de la SGAE- y Ángeles Blancas, salieron en defensa del tenor.
La de Domingo, no obstante, es la punta del iceberg de otros muchos artistas del mundo de la música clásica que recientemente han sido acusados de acoso sexual. En su mayoría son directores de orquesta, que precisamente es uno de los puestos de trabajo menos feminizados dentro de la ópera.